La ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, renunció tras una serie de pasos en falso y días de especulaciones sobre su futuro, un golpe para el Gobierno del canciller Olaf Scholz, que evalúa decisiones cruciales sobre el armamento de Ucrania.
Lambrecht pidió ser relevada de su puesto en el gabinete, culpando a la intensa información de los medios de comunicación como una distracción inaceptable, y Scholz aceptó la petición y respeta la decisión, dijo el Gobierno el lunes.
Lambrecht, de 57 años, era titular de Defensa desde que Scholz se convirtió en canciller en diciembre de 2021. Sus críticos afirmaban desde hacía tiempo que el puesto le quedaba grande, aunque Scholz le mantuvo su apoyo y el mes pasado la describió como “una ministra de Defensa de primera clase”. La presión en su contra creció hace poco tras un impopular mensaje de Año Nuevo.
El líder alemán propondrá un sustituto para su compañera socialdemócrata “con prontitud”, aunque es poco probable que eso ocurra antes del martes, dijo Christiane Hoffmann, portavoz adjunta de Scholz, en la habitual rueda de prensa del Gobierno en Berlín. Lambrecht permanecerá en el cargo hasta que el presidente federal nombre a un sucesor, añadió Hoffmann.
Entre los posibles candidatos se encuentra la experta en defensa del SPD Eva Hoegl, el jefe de gabinete de la cancillería de Scholz, Wolfgang Schmidt, y el ministro del Trabajo,Hubertus Heil. También han sido nombrados los colíderes del SPD Saskia Esken y Lars Klingbeil, así como la exdirigente del SPD Andrea Nahles, quien actualmente dirige la oficina federal del trabajo.
Lambrecht, de 57 años y abogada de formación, fue objeto de un minucioso escrutinio por su supuesta falta de experiencia militar, y las críticas se intensificaron tras un vídeo de Nochevieja mal ejecutado en el que parecía tomarse a la ligera la guerra de Rusia contra Ucrania.
La partida de Lambrecht afecta de lleno a Scholz. La había elegido como una de sus adjuntas cuando se desempeñó como ministro de finanzas en el último mandato de Angela Merkel y la había apoyado en las últimas semanas incluso cuando aumentaban las críticas.
El proceso ha sido turbio. El viernes salieron a la luz informaciones sobre su dimisión. El Gobierno se negó a hacer comentarios durante días, dejando la incertidumbre en el aire.
Los socialdemócratas son los responsables de nombrar a un sucesor, y el tiempo apremia. El viernes está prevista una reunión de altos funcionarios de defensa de los países aliados en la base aérea estadounidense de Ramstein (Alemania). Antes de la reunión, se espera que el Gobierno tome una decisión sobre la entrega de tanques.
Scholz se ha comprometido a mantener la paridad de género en lo que respecta a los puestos de ministros del SPD. Esto significaría que o elige a otra mujer o implementa una reorganización más amplia del gabinete.
La agitación marca un gran revés para la coalición gobernante y amenaza con perturbar decisiones críticas para el esfuerzo internacional para enfrentarse al Kremlin. La Administración de Scholz se enfrenta a una presión cada vez mayor para suministrar tanques leopard a Ucrania después de que Polonia y Finlandia dijeron que querían enviar los vehículos de combate de fabricación alemana.
Se espera que Alemania abandone su resistencia y suministre Leopardos a Kiev en medio de preocupaciones sobre nuevas ofensivas rusas en la primavera, según funcionarios familiarizados con las ideas del Gobierno.
La guerra ha dejado al descubierto el mal estado de las fuerzas armadas en la mayor economía de Europa. El puesto de ministro de Defensa suele ser un cáliz envenenado, con pocos ministros que duren mucho en el cargo en medio de una persistente subfinanciación. Para intentar invertir el declive del poder militar alemán, el Gobierno de Scholz ha creado un fondo especial dotado con €100.000 millones (USD 108.000 millones).