Por Araceli Aguilar Salgado
“La mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.” Confucio.
El año 2020 en el cual el mundo entero sufrió una crisis inesperada y millones se vieron directamente afectados por la pandemia del COVID-19, que ha cobrado la vida de millones a nivel mundial, dicha situación obligó a la humanidad a frenar proyectos tanto del ámbito personal, profesional y a trabajar vía virtual, así mismo en la actualidad, casi un tercio de la humanidad se halla en situación de confinamiento obligatorio, por un lado, se cierran fronteras externas, se instalan controles internos, se expande el paradigma de la seguridad y el control, se exige el aislamiento y el distanciamiento social.
Seguimos en pandemia, hay rebrote de este gran mal, el virus sigue aquí, nos amenaza el coronavirus, está en el centro de atención, ya que se extenderá para este año 2021, ya que cada día se reportan más casos de contagiados del virus, aunque con la esperanza de que desaparezca el coronavirus para retornar a la normalidad esta puesta en las vacunas Pfizer, Astra Zeneca y Moderna, que desaparezca el coronavirus para retornar a la normalidad, dichas vacunas las aprobadas y colocadas hasta el momento, en algunos países de Europa y Estados Unidos.
Y pensar cómo salir de la crisis, qué estado necesitamos para ello; por otra parte, nos aguardan no solo otras pandemias, sino la multiplicación de enfermedades ligadas a la contaminación y al agravamiento de la crisis climática no debemos perder de vista los riesgos causados por las catástrofes naturales por el cambio climático, se tenga un gran peso en la resiliencia ya que la humanidad ha mostrado que puede adaptarse y perseverar en este tipo de situaciones ha demostrado ser resiliente.
La resiliencia es la capacidad de las personas para afrontar y sobreponerse a las adversidades y salir fortalecido de ellas, como la actual crisis que estamos viviendo y de la cual todavía faltan muchos meses para salir.
La resiliencia no es solamente un estado de ánimo colectivo, el cual, si bien es importante, resulta insostenible si no existen elementos prácticos que le indiquen a la colectividad que es posible estar mejor, sin la dirección efectiva de los esfuerzos por resolver los problemas el desánimo, la desesperanza y la incertidumbre se esparcen con la misma velocidad con que el virus ha contagiado a buena parte de la población
Así mismo lo que nos ayuda a ser resilientes es:
– Aprendizaje continuo: El cerebro aprende con suma facilidad, lo que realmente le cuesta es desaprender. Cada nueva experiencia se convierte en un aprendizaje. Es importante conocer cómo aprendemos, saber cómo funciona nuestro cerebro para aprender más y mejor, y así facilitar la mentalidad de crecimiento.
– Buscar oportunidades escondidas: No podemos modificar los acontecimientos o adversidades que ocurren, pero sí podemos decidir qué actitud vamos a tomar frente a ellos y también hacernos nuevas preguntas que nos ayuden a cambiar la mirada.
– Generar futuro: Desde una mirada esperanzadora, rediseñarnos en tiempo real en nuestros trabajos, emprendimientos, proyectos, formas de liderar, de comunicar, de conectar y de cooperar.
– Expresar gratitud: La gratitud nos facilita a poner en perspectiva las cosas, a ser más optimistas, a ver el vaso medio lleno y a tomar conciencia de nuestras fortalezas.
– Conectar con la creatividad: Todas las actividades artísticas, manuales, así como escribir y leer nos ayudan a regularnos emocionalmente y a fortalecernos interiormente.
– Cuidarnos: Hacer ejercicio regularmente, meditar y alimentarnos bien; es beneficioso tanto para la salud física como psicológica. Mente sana cuerpo sano.
– Practicar el humor: El humor es una de las herramientas más generativas con la que contamos los seres humanos ya que nos ayuda a liberarnos de la tensión emocional.
– Hacer comunidad: La construcción de la resiliencia en una persona, no es sólo atribuible al desarrollo de sus atributos personales, más bien se teje en la relación con las demás personas. La promoción de la resiliencia es una tarea colectiva y por lo tanto tiene una dimensión comunitaria.
Ya lo decía Mahatma Gandhi. “Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo” por lo que entre todos podamos contribuir con un granito de arena para lograr el cambio que el mundo necesita, por lo que detrás de los cubre bocas, esta crisis ofrezca las oportunidades de reevaluar, percibir un futuro colectivo por medio de la solidaridad, hermandad, fraternidad, unión, fuerza para una transformación social a gran escala, con el cambio de conciencia de la humanidad, recordemos que el sentido de la vida está en nuestra esencia, en nuestros valores, dones, virtudes, talentos, emociones
Nadie dice que será tarea fácil, pero tampoco es imposible, nos necesitamos reconciliarnos con la naturaleza, reconstruir con ella y con nosotros mismos un vínculo de vida y no de destrucción con la responsabilidad del trabajo en conjunto, el cual es indispensable para hacer del mundo un lugar más resiliente en los años por venir y podamos resurgir como el Ave Fénix, que lo hizo desde las cenizas.
Por lo que se dicen que todos los principios son buenos, por lo que queridos lectores(as), amigos(as), hermanos(as) les deseo que conviertan cada uno de los 365 días en un maravilloso principio, que el Gran Supremo Creador del Universo, Dios les brinde este 2021 un año lleno de mucha felicidad, dicha, prosperidad, amor y ante todo lleno de mucha salud para cada uno de Ustedes y de sus seres queridos, prosperidad y puertas abiertas a todos los proyectos para esta nueva normalidad.
¡Bendecido, venturoso año 2021!
¡Que Dios padre celestial les siga acompañando y bendiciendo siempre!
Un fraternal abrazo de corazón a corazón.
Con mis mejores deseos
Araceli Aguilar Salgado
“Hemos venido a este mundo como hermanos; caminemos, pues, dándonos la mano y uno delante de otro”. William Shakespeare
Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.