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Monólogo encontrado de un Mesías Galáctico

Paso a trascribir el monólogo encontrado de un "Mesías Galático",  para la primera entrega de "Huellas", después de casi 8 años  de ausencia de los medios de comunicación y la segunda parte de mi libro "Bajo mis Ojos".

«Este es un relato  de Ciencia Ficción  entragado por un Mesías Gálactico»

“Podríamos decir que un creador es un Dios, en efecto así es si un ser sobrenatural, para los humanos, crea un mundo incluyendo a los humanos, ese es su Dios y no se equivocan. El principio de la vida es el ADN, los humanos poseen propiedades codificadas en su ADN que nunca podrán descifrar  por que su programación está realizada para que nunca lleguen ahí.

En su código genético se implantó un algoritmo, que como su nombre lo indica, va perfeccionando de forma ascendente la inteligencia humana. Ese proceso de desarrollo no se detendrá hasta que no se estén aproximando a la autoconsciencia plena, que será cuando hayan llegado al máximo desarrollo.

Los humanos van por el camino tecnológico correcto, todo según lo planeado. Incluso ya descubrieron que hay diversos tipos de civilizaciones, partiendo del principio de su capacidad de aprovechar los recursos energéticos, dentro de sus limitantes, es asombroso que hayan podido llegar a ese tipo de conclusiones; pero lamento decir en este monólogo, que nunca estuvieron más equivocados.

Según los humanos, hay tres tipos de civilizaciones: Tipo 1, es la que puede aprovechar la energía de su planeta. Tipo 2, es la que sería capaz de aprovechar la energía de su planeta y estrella. Tipo 3, sería la que puede aprovechar todos los recursos energéticos de su galaxia.

Quise denominarme el “Mesías Galático”, con la esperanza de que varios receptores en la tierra reciban y difundan este mensaje, soy de un mundo absolutamente energético, donde, por ejemplo, la velocidad de la luz resulta simpática y es ahí donde radica la atención de este mensaje galáctico.

Si la humanidad alcanzara alguna vez el 10% de la velocidad de la luz, no iría a ningún lado.  Sólo rocas inertes y frías hallarán. Ya lo verán.

Si aumentaran su potencial tecnológico y alcanzaran el 15% de la velocidad de los neutrinos, sería algo así como sembrar en el desierto, para decirlo en términos humanos. Porque estarían enviando al suicidio a las mejores mentes del desarrollo de la especie para que mueran en medio de las gélidas temperaturas de -270 Fahrenheit,  en  mundos estériles y vacíos.

Intentarán crear hábitats dentro del sistema solar, eso es lo único que con enormes sacrificios podrán alcanzar, solo para aumentar las angustias y miserias de la humanidad.

Los humanos luchan por prolongar la especie y por eso miran hacia las estrellas. Eso es solo parte del proceso de la “granja”. Esa búsqueda inquebrantable de una “nueva génesis”, es parte de la codificación del ADN humano, esa nostalgia inspirada en lo inexplicable que de generación en generación han puesto sus miradas hacia los astros, les dice que en realidad no son de la tierra, pero no entienden que ese mundo no es más que una causalidad, una “granja”.

Para que tengan una idea, el humano fue creado en un plano abstracto para que viva en un plano físico. Por eso se le impuso leyes físicas que nunca podrán sobrepasar. Velocidad de la luz, velocidad de neutrinos, espacio-tiempo, en fin. Por ejemplo, la velocidad de la luz en un plano cósmico sería ver una hormiga atravesar el sistema solar.

La creación de los humanos fue la personificación entre el bien y el mal de fuerzas universales antagónicas que la mente humana no posee los códigos genéticos para entenderlo.  A decir verdad, esa batalla épica no la ganó la fuerza del bien. Se impuso la concupiscencia y creó un planeta único, con seres híbridos genéticamente codificados, a los que ellos llamaron creación de la “granja”.

Mientras los humanos sobreviven en unos estándares de vida que oscilan entre los 70 y 90 años; solamente el sol necesita 30, 000 años luz para darle una vuelta a la Vía Láctea, y ésta gira a 820.000 km/h. Eso es como poner cualquier criatura humana en la capacidad de poder realizar ese recorrido en el mismo período de tiempo, cosa imposible.

La batalla épica de la que le hablé más arriba terminó entre dos civilizaciones cuyas escalas evolutivas, los humanos no fueron programados para entender, a una de ellas se le otorgó el derecho de crear un planeta y especies de seres vivos, donde quisiera para los fines evolutivos de esa civilización. Así crearon el planeta tierra, único en su especie, donde fluye la vida física por doquier, pero hay un ser único, creado a imagen y semejanza de esa etnia, al que le dieron gran parte de su ADN, para reproducir un néctar que sirve de rejuvenecimiento de esa generación de Dioses.  Es decir, el alma de cada ser humano es la fuente de rejuvenecimiento de esa civilización.

Esa es la única razón  por lo que los crearon hombre y mujer, es por eso que es la única forma divina de procrear y multiplicarse, es por eso por lo que los humanos son animales sexuales, porque fueron modificados para reproducirse en masa. Pero nunca piensan por qué, si fueron creados a imagen y semejanza de los Dioses, ¿no son inmortales?

Es porque la humanidad es  una granja. Esa civilización súper dotada los creó  porque necesitan el néctar de la escancia del alma humana. Por cada 1,000 humanos que mueren; representa mil años luz de vida en la consecución de la eternidad de esa civilización.  Entonces, la idea fue crearlos, que se reproduzcan y que mueran en un período que oscila entre los 0- a los 90 años de vida de cada uno, mientras más mueren, mayor fuente de alimento existencial tiene  esa civilización. Por eso el ser humano busca la felicidad y nunca la encuentra, por eso, aún viviendo en un paraiso terrenal, cada día son más infelices y el 1% controla al 99%, porque en realidad son un experimento, como una especie de granja de pollos.

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