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Es urgente y mandatorio la reorganización del PRM en Pennsylvania

"¿Cuál es o debería ser el peso de la palabra en nuestro Partido para superar estos desacuerdos y tiranteces existentes?".
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Por: Nilba Sánchez, MBA, MFT

Filadelfia, PA: El pasado lunes 30 de agosto, mientras escuchaba un mensaje publicado en uno de los chats, del compañero Pedro Julio Peña, el cual invita, entre otras cosas, a la organización del Partido en nuestra Seccional de Pennsylvania con miras a una futura convención del Partido y más luego, al próximo torneo electoral 2024-2028, reflexionaba acerca de su mensaje, con el que en parte estoy de acuerdo y en otra, no tanto. Estoy plenamente de acuerdo en que necesitamos reorganizar el partido, no solo organizar.

Es urgente y mandatorio la reorganización del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en Pennsylvania, si queremos seguir arrojando resultados como lo hemos hecho en todas las elecciones pasadas, incluyendo el último torneo, donde, sin estar organizados y no bien coordinados, aunque se quiera decir lo contrario, nuestro actual presidente, Luis Abinader Corona resultó ganador, con un 85%. Nuestra Seccional tiene un enorme potencial que, si despertamos ese león dormido, ningún otro Partido tendría chance de resultar ganador en el próximo torneo electoral.  Ahora nos hace falta algo más que una simple organización, es urgente que la comisión política de la Seccional se ponga las pilas, no dos o tres miembros de la comisión, que se reactive y comience una labor de reorganización, si queremos una convención sana.

Decía Aristóteles, que los seres humanos podemos formar comunidades porque tenemos” logos o palabras”. Y es la “palabra” precisamente lo primero que nos hace falta en nuestra Seccional para empezar el proceso de reorganización y poder distinguir lo justo de lo injusto.

“Las palabras” son vulnerables, están en nuestras manos y podemos utilizarlas para construir un Partido mejor desde la veracidad y el afán de encontrar acuerdos justos, y también podemos usarlas para manipular estratégicamente las emociones ajenas y sacar créditos individuales y grupales, sin tener en cuenta en lo absoluto el mal causado a los demás. Es por lo que una simple organización, como técnicamente la podemos definir, no es suficiente para resarcir todos los agravios acontecidos y aglutinar todas, pero todas, las energías productivas desparramadas e inconformes en nuestra Seccional.  La Seccional no es solo Filadelfia, ni cualquier otra jurisdicción del Estado, porque allí se encuentren viviendo el presidente y demás oficiales del Partido.   La seccional somos todos y todos tenemos que formar parte de esta reorganización. Por esto es tan importante que los aspirantes tomen en cuenta a todos y cada uno de los inscritos y no inscritos en el Partido. Recuerden que pasamos por un proceso de desintegración del PRD y todavía muchos experredeistas no se han registrado con el PRM, aunque apoyaron a nuestro actual presidente.

Tomemos en cuenta que para una buena reorganización de la Seccional es necesario la educación a lo largo y ancho de nuestra Seccional.  Educación Moral de las personas que somos los que nos servimos de las “palabras”, la cual podemos usar para fomentar o una conciencia justa o para seguir promoviendo la discordia.

Hay que recordar que los seres humanos no somos individuos aislados, sino personas en diálogo, dotadas de igual dignidad y que, por tanto, a través de ese diálogo de la “palabra” es como hemos de construir y reorganizar nuestro Partido. La palabra “organizar nos habla de “preparar una cosa pensando detenidamente en todos los detalles necesarios para su buen desarrollo”. La palabra reorganizar nos habla de reformar; renovar; levantar; rehabilitar; alzar; actualizar; sanear; cambiar; reparar; prosperar; florecer, restaurar; innovar y modernizar.

Antes de comenzar la carrera hacia la convención, y entrar sanamente en la batalla por las nominaciones, “yo soy de Pedro o yo estoy con Juan, o ahora yo apoyo a este y no al otro”, preguntémonos cuanto puede ayudar una “palabra tuya a promover la convivencia, la tolerancia, el respeto a los otros y el compromiso a lo establecido.  Si somos capaces de responder sinceramente, sin hipocresía, estaremos listos para empezar nuestra campaña para la convención. Hasta el momento yo no he oído a ninguno de los aspirantes a la presidencia y secretario hablar de su trayectoria como unificador y pacificador y de la necesidad de hacer valer todo lo bueno de los demás.

Seamos sinceros con nosotros mismos y reconozcamos la existencia de la peor patología de grupos en nuestra Seccional: la antipatía y la hostilidad. Al tanto, y esto lo digo desde mi propia experiencia, que personas que no pertenecen a nuestra seccional y nunca han trabajado aquí, se lanzan a escribir y refutar cualquier opinión emitida por una de las partes en los respectivos chats, sin conocer las razones, solo por el simple hecho de que es amigo/a del que se cree es su opositor. Por el amor de Dios, esto atenta contra la dignidad humana y socaba las bases de la democracia, y por ende la vida política de nuestra Seccional.

¿Cuál es o debería ser el peso de la palabra en nuestro Partido para superar estos desacuerdos y tiranteces existentes?

Si queremos realmente reorganizar el Partido, creo que el primer paso consistiría en tomar en serio que hablar es actuar, es comprometerse con lo que se dice y, por lo tanto, responsabilizarse de cumplir los compromisos asumidos. Si en nuestra Seccional asumiéramos el valor del compromiso que tiene “la palabra”, se hablaría mucho menos, y los resultados fueran mucho mejor.

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