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Bon reafirma que confía en este país; invertirá US$6 MM en una nueva planta

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La empresa Helados Bon sigue demostrando que confía en el mercado dominicano, donde nació y creció. Ha tenido resultados en sus años recorridos y el clima de negocios le parece tan favorable y positivo que le genera confianza para colocar más capitales en el negocio y en sus programas de responsabilidad social.

Luis Fernando Enciso Prieto, gerente general de la marca, le dijo a elCaribe y CDN que Helados Bon montará una nueva planta, en la que invertirá un poco más de seis millones de dólares.

La firma quiere seguir colocando recursos en más negocios donde conecte empresas con los mismos valores que en general se tienen hoy, y el hecho de que eso sea así se debe a que esta nación es -a nivel de toda la región latinoamericana y caribeña- la que posee más condiciones, ventajas y oportunidades para invertir.

“Este es un país dinámico, tiene una capacidad de recuperación asombrosa. Vimos que -por ejemplo en la pandemia- fue rapidísima. Es un país que consume; al dominicano le gusta consumir y busca el camino para hacer cosas, para el día siguiente o a los dos días ver qué hace. Y lo encuentra. Eso genera una dinámica impresionante”, resaltó.

Acudió al encuentro en compañía de Jesús Moreno, director del Consejo de Administración de Bon; Carolina Pantaleón, directora de Mercadeo y Nuevos Negocios, y Enver López Milander, asesor de Relaciones Públicas. Los ejecutivos de Bon fueron los invitados al desayuno semanal de elCaribe-CDN.

Resaltó que sostiene conversaciones con gerentes de todo el Grupo Nutresa que están en 40 países, y las conclusiones que tiene es que una de las recuperaciones más rápidas las tiene República Dominicana. “Yo a veces le digo el misterio dominicano”. ¿Cómo hace este país para recuperarse tan rápidamente y para manejar las circunstancias?, se pregunta Enciso Prieto, originario de Colombia. Es bueno para conversar y deja sentir el acento que caracteriza a los de Bogotá.

En 2011, Helados Bon fue adquirida por Grupo Nutresa, que obtuvo el 81 % de sus acciones y fortaleció los procesos para seguir promoviendo un modelo de negocio basado en su gente, en el talento, la innovación, el compromiso y el desarrollo sostenible. Los valores dominicanos se mantienen a partir de esa operación.

El gerente general de Bon resaltó que República Dominicana es un país muy bien ubicado en el Caribe y que la empresa aprovecha muchísimo esta plataforma. “Estamos en ocho países exportando y una de las posibilidades que se ha generado es esta ubicación. En los tratados del Caricom tenemos buena ventaja y eso nos ha permitido entrar en otros países”, apuntó.

“Esta es una nación que a pesar de las dificultades se sobrepone rápido y hay oportunidades más grandes de cómo ser competitivos, y uno de los elementos importantes es contar con procesos mucho más ágiles a nivel gubernamental. Pero es una potencia muy importante, con una capacidad muy grande”, dijo.
Planteó que Grupo Nutresa lo ha visto como una oportunidad importante para invertir. De momento no está todavía ubicado el lugar donde se instalará la nueva planta a la que se refirió el gerente general de Bon. Se busca el mejor lugar para ello, incluyendo la ubicación geográfica.

Enciso Prieto asegura que después de 50 años de que don Alfonso Moreno tuvo la iniciativa de crear Bon, la misión se mantiene intacta y se ha fortalecido. “Yo creo que ese es uno de los elementos esenciales, que nos enorgullece, nos motiva, nos impulsa y nos reta todos los días a hacer mejores cosas. Es conectar ese propósito superior que él definió a su manera, hace medio siglo”, expuso el ejecutivo empresarial en la conversación.

Y agregó: “Esa vinculación ha sido afortunada para Grupo Nutresa y para Helados Bon, porque esa filosofía de don Alfonso, que luego sus hijos continuaron, conecta con los valores globales de Nutresa, que es parte esencial. A veces en estas alianzas, digamos, no se tiene en cuenta esa parte del sentido y de los valores del negocio, sino meramente lo económico. Y cuando es así, es relativamente fácil que se pierda esa estructura, esas ideas, esos valores, que se tenían en una compañía, en este caso familiar, ante un tema más corporativo. Eso ha sido lo que ha ayudado para que esos valores y esas ideas de don Alfonso sigan (…)”.

Rememoró que Bon nació como una fuente de apoyo al país y la gente, y eso la empresa lo tiene dentro de su filosofía.

“Eso ha ayudado para que permanezcan esos valores que se identificaron cuando se hizo el proceso estudio de Helados Bon y el coqueteo. Porque debemos decir que las empresas llevaban buena cantidad de años coqueteándose (risas), hasta que finalmente vino un matrimonio”, recordó el gerente general de la marca, refiriéndose a la operación que culminó con la adquisición por parte de Nutresa de la mayor parte de las acciones de Bon.

Desde su punto de vista, Helados Bon es dominicano; es una marca país y un orgullo país, porque ha visto que su esencia no ha cambiado en el fondo, aunque ha cambiado ciertas cosas de forma. “Esto es para el país; esto es para todos los dominicanos y por ellos trabajamos todos los días”, expuso. Dijo que cuando se adquirió la mayor porción de la empresa dominicana no hubo que cambiar nada, porque estaba muy bien cimentada. “Y así ha seguido”.

“Parecía imposible lograr lo que hoy es Helados Bon, pero se soñó y se logró. Muchas personas aportaron, fue una unión de esfuerzo”, recuerda Jesús Moreno, mientras revisa los años en los que el proyecto comenzó a dar sus primeros pasos. Unos pasos que se han ido agigantando conforme ha ido transcurriendo el tiempo. A Moreno se le nota la satisfacción en cada una de las expresiones. “Ha valido la pena seguir haciendo todo aquello que papá soñó y trabajó”, dice, trayendo al escenario de la conversación los recuerdos de don Alfonso, el ideólogo y fundador de Bon.

“Lo importante y lindo de esto es que los jóvenes puedan ir aprovechando nuestra experiencia y sacar provecho de los errores y éxitos. La gente teme a los errores, pero los errores son los retos que nos ayudan a reflexionar (…)”, plantea.

LA RECEPTIVIDAD DEL PÚBLICO

Helados Bon es una empresa de tradición, una de esas que llegan a ser consideradas “patrimonio del pueblo”.

Fue fundada por la familia Moreno en el 1972, como una pequeña empresa que apostaba a la calidad, destacándose por imprimir a sus productos lo que ellos denominaron “un toque de sabor y alegría especial”, concepto que rompió con los formatos establecidos de esa época. El negocio inició con RD$6,000 que don Alfonso Moreno tomó prestados.

La tradición, calidad y capacidad para fortalecer un modelo de negocio innovador fueron las cualidades que permitieron en casi medio siglo alcanzar todas las regiones de la República Dominicana, convirtiese en una empresa de gran admiración en el país.

A principio de los años 80, de una pequeña empresa familiar trascendió a ser un modelo de negocio franquiciado, y se convirtió en una marca que desarrolló e inspiró a cientos de emprendedores dominicanos, transformándolos en pequeños empresarios, quienes en la actualidad tienen acceso a recibir la experiencia de contar con un negocio propio y operar con los más altos estándares de calidad.
El pensamiento visionario e innovador de sus fundadores les permitió crear proyectos de impacto para el desarrollo social y ambiental de República Dominicana, constituyéndose en una de las marcas preferidas y más queridas del país.

Cuando la empresa realizó la negociación de venta no canceló empleados y solo se han ido de ella aquellos que así lo han querido. El personal sigue ahí y eso es parte de los valores de la marca.

“Tenemos como política nunca promover la compra de tierra a los pequeños agricultores que nos suplen, sino ayudarlos a que se queden. Y hoy se han quedado una gran parte… Ganaderos que se han convertido en suplidores de macadamia”, indica Jesús Moreno.

“Así mismo tenemos franquiciatarios que hoy no solamente aprenden a vender helado, sino que aprenden a ser empresarios (…). Eso se llama hacer un país inclusivo a través de un modelo de negocio como el que hemos tenido”, agrega.

En estos cincuenta años de desarrollo del negocio, Bon se ha movido básicamente con un modelo franquicia (es 100 % un modelo franquiciado). “Quiere decir que esta empresa familiar inspiró a muchos jóvenes a involucrarse en este negocio. Hoy tenemos alrededor de 175 franquiciados, con 320 galerías a nivel nacional, calcula Carolina Pantaleón, directora de Mercadeo y Nuevos Negocios.

“Tenemos una distribución que impacta a todas las regiones, todos los puntos de la geografía nacional y este año tenemos una estrategia de penetrar más, a poblaciones más pequeñas, para que puedan disfrutar de todo el sabor y alegría que trae Helados Bon a las familias dominicanas. En ese sentido, impactamos diversas áreas de la economía y hemos desarrollado múltiples productos de impacto social y ambiental”, dice Pantaleón.

Citó en esa parte del diálogo a los productores de café orgánico de la Loma Quita Espuela, que se involucraron para ser llevados a una certificación orgánica; productores de frutas (como coco, mango, tamarindo, fresa y uva de Neiba). Todos han sido incluidos en los programas de compra de la empresa.
Bon posee más de 80 productos con presencia en mercados de los siguientes países caribeños: Jamaica, Trinidad & Tobago, Barbado, Antigua, Saint Kitss, Saint Martin, Aruba, Islas Turcos y Caicos, y la más reciente incursión en Nueva York, Estados Unidos.

PROGRAMA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL

Cuando se echa la mirada al trabajo realizado por Bon, hay que citar que está inmerso en un amplio programa de Responsabilidad Social. Es miembro fundador de la Fundación Loma Quita Espuela, del Voluntariado que apoya al Banco de Alimentos y participa en programas medioambientales, y educación ambiental para escuelas. Bon ha obtenido ISO y certificaciones, entre ellas: Sistema Gestión de Calidad basado en ISO 9001:2015, Sistema Gestión Ambiental basado en ISO 14001:2015, Sistema Gestión Ambiental certificado en Sostenibilidad 3Rs, mención oro.

Jesús Moreno explica que con el curso de los años, han coincidido sabores de helados que se han convertido en proyectos sostenibles. El primero de ellos surgió dos años después de que su padre Alfonzo murió, en 1997. Para entonces vino el helado de Macadamia, en el 1999 vino el helado de chocolate orgánico y poco después del año 2000 el de café orgánico.

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