Supermax ADX, la cárcel federal en Colorado donde El Chapo estará 23 horas al día sin ver el sol
Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Después que sea sentenciado a cadena perpetua el 25 de junio por los 10 cargos de los que el jurado lo declaró culpable en la Corte Federal de Brooklyn, el capo mexicano de la droga Joaquín Archivaldo Guzmán Loera (El Chapo), será enviado a la cárcel denominada Supermax ADX (El Alcatraz de las Rocosas), en el condado Florence en Colorado, donde estará en su celda 23 de las 24 horas del día sin ver el sol.
Supermax, considerada la prisión más segura de Estados Unidos y una de las del mundo, es hospedaje de por vida de 420 presos, entre los que hay terroristas, asesinos en serie, violadores destripadores de menores, estafadores de alta gama, un espía que era agente del FBI, entre ellos Dzhokhar Tsarnaev, quien mató a docenas en el Maratón de Boston, Ted Kaczynski, conocido como el “Una Bomber”, Zaccharias Moussaoui, uno de los cerebros de Al Qaeda en la asonada del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Richard Reid, quien junto a Terry Nichols, explotaron en 1995, el edificio de oficinas federales en la ciudad de Oklahoma y el ex agente del FBI, Robert Hanssen, quien vendió secretos de seguridad nacional a enemigos de Estados Unidos, entre muchos otros.
“La cárcel Supermax ADX, se construyó para ser mucho más segura que las famosas prisiones de Alcatraz y USP Marion en Illinois”.
Desde su apertura en 1994, han sido recluidos los criminales considerados más peligrosos de Estados Unidos y la hermética estructura, no permite ni la remota posibilidad de un escape, lo que hasta ahora, no ha ocurrido, mientras los expertos sostienen que El Chapo, no será la excepción.
Larry Nutter, ex psicoterapeuta de la prisión dijo que los presos que hay allí, son criminales que Estados Unidos, no puede permitirse que sigan en las calles.
“Si alguien fuera a escapar, sería una vergüenza nacional”, dijo.
Thomas Silverstein, director de la cárcel en Colorado, dijo que Supermax ha cumplido su propósito.
Explicó que los presos que están en aislamiento se sientan en su celda de siete por 12 pies de hormigón vertido durante 23 horas al día.
La celda tiene un taburete de hormigón, repisas para un televisor y una cama.
La comida se les pasa a los presos por una ranura. Por la ventana de cuatro pulgadas de ancho solo se puede ver el cielo desde abajo hacia arriba y ningún ángulo de la pradera y montañas no puede ser visto.
Las luces nunca se apagan, y una cámara vigila cada uno de los movimientos de los reclusos a los que se les permite una hora de ejercicio solitario, programada fuera de la celda.
En el exterior, un botón bloquea 1.400 puertas simultáneamente, algunas hechas de acero de dos pulgadas de espesor.
Las capas de alambre de púas cubren el perímetro, y desde torres de vigilancia equipadas con alta tecnología, se capta el más leve movimiento.
Entre los presos y sus familiares, no se permite ningún contacto físico en horas de visita.
La enfermera Mark Andreis, que trabajaba como enfermera en Supermax, dijo que ha habido intentos de fugas, pero se hace un trabajo perfecto para que nadie pueda escapar.
Pero ella dice que la automutilación y el auto daño son extremos. “Cualquier cosa y todo, puede ser un arma”, dijo.
Hasta ahora, el récord de Supermax en imposibilidad de escapes, es de un cien por ciento.
La cárcel está ubicada a 90 millas al sur de Denver (Colorado).
“Esta es una prisión como ninguna otra”, dijo Martin Horn, ex comisionado del Departamento de Corrección de Nueva York y profesor de la Universidad John Jay de Justicia Criminal de CUNY.
“Está construida sobre la ladera de una montaña, muy difícil para escapar de y una vigilancia hermética a los movimientos de los presos siendo constantemente monitoreados por las cámaras de vídeo”, añadió.
Dijo que cuando son sacados por alguna razón, los presos se mantienen esposados, encadenados desde la cintura a los pies y con pesado grillo en el tobillo.
El Chapo, estará en un asilamiento tan estricto, que no podrá hacer ningún contacto con los demás internos.
“Los presos son en su mayor parte, se mantienen separados de manera que no pueden actuar en connivencia y no hay violación de la seguridad”, explicó Horn.
“La probabilidad de escape es muy, muy baja, pero no se puede decir nunca más”, dijo.