Cuerpo de banilejo que murió en accidente de México llega a RD este domingo
El cuerpo de Yariel Alfredo Pérez, de 27 años, quien falleció durante un accidente de tránsito el pasado 19 de febrero en México, llega a República Dominicana este domingo por el Aeropuerto Internacional de Las Américas (Aila).
Tras 41 días del hecho, el cadáver de Yariel será traído al país alrededor de las 8:00 de la mañana. Será traslado al municipio Baní, provincia Peravia, lugar donde era oriundo.
Yariel Alfredo murió tras accidentarse el autobús en el que iba a bordo con 45 pasajeros, de los cuales 18 murieron, incluyendo también otra banileja, cuyo cuerpo fue traído al país el viernes y ya le dieron cristiana sepultura.
El miércoles los familiares de Yariel Alfredo Pérez y Ana Rosanna Zapata indicaron a Diario Libre que estaban “desesperados” por el tiempo que tenían sus allegados en la morgue de México.
Ambos emprendieron un viaje irregular hacia México, desde donde pretendían dirigirse hacia Estados Unidos, sin embargo, todo les salió mal.
Yariel era un joven amante de las matemáticas
Con solo 27 años, su deseo de ayudar a su familia lo tenía planificando el viaje “de sus sueños” desde hacía meses. Era un experto en las matemáticas y trabajó realizando inventarios en algunos colmados del municipio Baní, provincia Peravia.
Yariel Alfredo tenía dos niñas, para quienes trabajó día y noche buscando que no les faltara nada.
Ana Rosanna buscaba su mejoría
Ana Rosanna se dedicaba cien por ciento a su familia, pero lo poco que cobraba trabajando en una pequeña tienda de la provincia, no le alcanzaba para cubrir sus gastos.
Según comentó en días pasado su abuela, Dilcia Marcia Brenón, desde niña su nieta fue una mujer única y con buena disposición para hacer el bien. La describió como una persona responsable, capaz de lograr cualquier cosa, por imposible que pareciera.
«Ahora cómo me hago sin ella, ella era todo para mí. Tenemos la incertidumbre de no saber si está viva o no», expresó la señora Dilcia al llorar desconsolada en la sala de la residencia de Ana Rosanna.
Las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex) solicitaron a México pruebas dactilares, debido a la negación de los familiares, quienes dudaban que los muertos correspondían a los mostrados en unas fotografías. En las imágenes los rostros de los occisos estaban desfigurados, con golpes y sangres que les dificultaba a los allegados identificarlos.
