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Estudiantes de periodismo en EEUU cubren sus convulsionadas universidades; Esto es lo que dicen

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Cuando la policía les ordenó abandonar el sitio de una protesta en el campus de la Universidad de California en Los Ángeles después de que estalló la violencia, Catherine Hamilton y tres colegas del periódico Daily Bruin se encontraron de repente rodeados de manifestantes que los golpearon, patearon y rociaron con una sustancia química nociva.

En los campus estadounidenses inundados de ira esta primavera, los estudiantes de periodismo están en el centro de todo, a veces de forma incómoda. Se encuentran inmersos en la historia de formas que los periodistas de los grandes medios de comunicación con frecuencia no pueden igualar. Y enfrentan un doble reto: como miembros de la prensa y como estudiantes de las universidades que cubren.

Al otro lado del país desde la UCLA, una estación de radio operada por estudiantes transmitía en vivo el martes por la noche mientras la policía desalojaba un edificio tomado por los manifestantes en el campus de la Universidad de Columbia, al tiempo que otros estudiantes de periodismo eran confinados en dormitorios y amenazados con ser detenidos.

Las personas que atacaron a Hamilton portaban máscaras. Pero reconoció a uno de ellos por su voz: era un manifestante que simpatiza con la causa de Israel, y ella se percató gracias al trabajo previo de reportera que había hecho, cuando algunos de ellos la videograbaron trabajando y la hostigaron por su nombre. El miércoles fue dada de alta de un hospital tras enterarse que las heridas en sus brazos y pecho eran contusiones.

«Aunque fue aterrador y, honestamente, requerirá mucho procesamiento mental, la experiencia me confirmó la importancia de los estudiantes de periodismo, porque conocemos nuestro campus mejor de lo que lo haría cualquier reportero externo», dijo Hamilton, de 21 años. «No me ha disuadido de querer continuar con esta cobertura«.

Una cobertura cercana y personal

El miedo y la ira eran obvios en las voces de los estudiantes que narraban la acción policial en la estación de radio WKCR de Columbia el martes. El sitio web de la radiodifusora se cayó brevemente debido a que había demasiadas personas escuchando la transmisión vía streaming, y sus anunciantes le recomendaron a la gente que mejor sintonizara la estación a través de la radio FM.

A pesar de que portaba una insignia que lo identificaba como miembro de la prensa, la policía le ordenó a Chris Mandell y a otros reporteros del periódico estudiantil Columbia Daily Spectator que se metieran en un dormitorio. Cuando trató de abrir la puerta, Mandell contó que le dijeron que iba a ser detenido si lo volvía a hacer.

Mandell lleva meses cubriendo las manifestaciones y la planificación. Aunque lo considera una experiencia de aprendizaje, dijo que «se me ha roto el corazón» al ver la presencia policial en el campus y la forma en que periodistas externos han cubierto la historia.

En el Dartmouth College de Nueva Hampshire, dos estudiantes de periodismo del periódico The Dartmouth fueron detenidas el miércoles por la noche mientras cubrían una manifestación en el campus. Charlotte Hampton y Alesandra «Dre» Gonzales llevaban identificaciones de reporteras cuando fueron arrestadas, según el periódico.

El Daily Spectator de Columbia ha seguido la historia en todo momento y no ha dudado en confrontar en sus artículos a los dirigentes de la universidad. En un editorial publicado a fines del mes pasado, los estudiantes censuraron duramente a la presidenta de la universidad, Minouche Shafik, y dijeron que los directivos se han mostrado poco comunicativos, salvo por «ominosos correos electrónicos a altas horas de la noche».

«Este es su legado», escribió el Spectator: «una presidenta más enfocada en la marca de su universidad que en la seguridad de sus estudiantes y sus exigencias de justicia».

En distintos campus universitarios del país, la cobertura las 24 horas de las protestas y las audiencias disciplinarias para los estudiantes ha significado efectuar vigilias de toda la noche en los campamentos, a lo cual hay que añadir las clases matutinas, las tareas y los proyectos finales llevados a cabo entre una entrevista y otra.

Los sitios web de noticias operados por estudiantes en la Universidad de Yale y en la Universidad de Texas en Austin cubren la acción mediante innovadores blogs en vivo. En la Universidad del Sur de California, las ediciones impresas del Daily Trojan han cesado para lo que resta del semestre, pero su jefa de redacción, Anjali Patel, trata de mantener a un reportero y a un fotógrafo disponibles a todas horas para alimentar su sitio web, publicar noticias en la red social X e Instagram y hacer transmisiones en vivo. Todo ello durante la temporada de exámenes finales.

«A fin de cuentas, seguimos siendo estudiantes«, señaló Patel.

La Junta del Premio Pulitzer, ubicada en Columbia y reunida este fin de semana para decidir quiénes recibirán sus galardones anuales, emitió el jueves un comunicado en el que reconoció «las incansables labores de los estudiantes de periodismo de los campus universitarios de nuestro país, que cubren las protestas y los disturbios enfrentándose a grandes riesgos personales y académicos».

En Columbia, cuya facultad de periodismo es considerada una de las mejores del país, el decano de la facultad, Jelani Cobb, escribió un memorándum el miércoles a la población de periodistas en ciernes que son sus alumnos: «Ya forman parte de la historia. Su perseverancia durante un momento complicado y desafiante no puede ser subestimada. Contaron las historias que el público global merecía oír. Ayudaron a la escuela a cumplir su misión».

Aprendiendo habilidades de la profesión en tiempo real

El movimiento de protesta se ha convertido en un campo de entrenamiento para estudiantes que lidian con complicadas decisiones editoriales por primera vez en sus carreras. Se enfrentan a la incomodidad de informar sobre sus compañeros y al reto de no dejarse llevar por las emociones.

«Este es un momento en la historia de nuestro campus«, dijo Arianna Smith, jefa de redacción de The Lantern en la Universidad Estatal de Ohio. «Poder contribuir a su cobertura es un privilegio que no nos tomamos a la ligera. Estamos sometidos a mucha presión para hacerlo bien, para ser precisos, así que eso es lo que tratamos de hacer».

Más de una treintena de estudiantes y manifestantes de la Universidad Estatal de Ohio se enfrentan a cargos por delitos menores tras la represión implementada por la universidad el jueves por la noche contra las protestas por las inversiones en Israel.

Los miembros del personal de The Lantern están llevando a cabo reuniones para mantener un equilibrio entre las experiencias de los manifestantes propalestinos y las de los estudiantes judíos que protestan, dijo Smith. Debaten si publicar o no los nombres de los alumnos que son sujetos de medidas disciplinarias, comparan el lenguaje que eligieron con el de otras organizaciones de noticias, y reflexionan sobre qué puntos de vista faltan en las historias. Los editores les ordenan a los reporteros que se guarden sus opiniones.

En el periódico de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, The Daily Tar Heel, los estudiantes de periodismo también toman decisiones difíciles sobre las fuentes anónimas. Liv Reilly, directora editorial, señaló que los fotógrafos se cuidan de no tomar fotos que muestren los rostros de personas que temen ser detenidas.

Josie Stewart, directora editorial de contenidos del Lantern de la Universidad Estatal de Ohio, dijo que reconoce a compañeros en ambos bandos de las protestas. La cobertura del periódico se discute en sus clases, y sus amigos le preguntan con regularidad al respecto.

«Sin duda es difícil», señaló. «Todo periodista tiene que equilibrar las preocupaciones éticas, pero es más difícil cuando estás mirando a alguien a la cara en clase».

A veces Reilly siente el instinto de saludar a los compañeros de clase implicados en las protestas, pero se detiene. Le preocupa decir sus nombres en voz alta si temen ser identificados, y es consciente de la delimitación que existe entre ser compañero de clase y ser reportero. Se asegura de identificarse como reportera, pero «la actitud de la gente a veces cambia cuando dices que eres de la prensa«.

Annika Sunkara, editora de contenido en redes sociales de The Huntington News de la Universidad del Noreste en Boston, dijo que ha sido emotivo hablar con compañeros, algunos entre lágrimas, sobre sus experiencias con las fuerzas policiales. Un centenar de personas fueron detenidas el sábado por la mañana cuando la policía desmanteló campamentos propalestinos en el campus.

Pero mientras los medios de comunicación nacionales acuden a las universidades de todo el país, los estudiantes de periodismo dicen que la conexión con sus campus es su recurso más valioso. Han establecido relaciones con grupos de estudiantes, profesores y directivos. Siguen a muchos de sus compañeros —ahora convertidos en líderes de las protestas— en redes sociales.

«Somos los que estamos sobre el terreno viendo lo que ocurre con nuestros propios ojos», dijo Stewart. «Tenemos un nivel diferente de acceso, de confianza en nuestro campus y de comprensión».

Algunas universidades, entre ellas la UCLA, también han presenciado protestas aisladas y organización estudiantil desde octubre de 2023. El Daily Bruin ha estado allí «a cada paso», comentó Hamilton, por lo que el personal «entiende las exigencias de los estudiantes, las diferentes perspectivas en el campus, las partes interesadas de una manera que otros medios noticiosos no pueden».

Vestida con una sudadera con capucha del Daily Tar Heel, Reilly observó a los reporteros de medios nacionales ponerse delante de las cámaras para tomas en vivo antes de volver a casa una tarde reciente. Se sentó con botellas de agua y mantas, lista para un turno de 14 horas.

«Esto es una pieza monumental de la historia para mi generación y mis compañeros«, dijo. «Y ha sido difícil de navegar, tomar las decisiones editoriales correctas, permanecer lo más neutral posible y a la vez no causar daño a ninguna comunidad. Pero estamos aquí y estamos aprendiendo, y estamos listos para seguir cubriendo».

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