La Diáspora y sus Diputados
Los diputados son representantes electos del poder legislativo, encargados de debatir, elaborar y aprobar leyes, así como de supervisar las acciones del gobierno. Los Diputados de Ultramar, específicamente, son elegidos por la diáspora dominicana para representar sus intereses en el proceso legislativo.
La diáspora dominicana se refiere a la emigración significativa de ciudadanos dominicanos hacia países como Estados Unidos, España, Puerto Rico, Italia, Chile, entre otros. Este movimiento migratorio se inició en los años 1960, tras la muerte del dictador Rafael Trujillo y la subsiguiente inestabilidad política y económica. La represión política durante los 12 años de Joaquín Balaguer también motivó a muchos dominicanos a buscar mejores oportunidades en el extranjero. El impacto de la diáspora es significativo en la economía, la cultura y la política de la República Dominicana.
En el último año, República Dominicana recibió 10,157.2 millones de dólares en remesas, lo que representa un incremento del 3.1% respecto al año anterior, según datos del Banco Central. Este aumento subraya la importancia crucial de la diáspora dominicana, especialmente desde Estados Unidos, que contribuyó con la mayoría de estos fondos. Las remesas son vitales para muchas familias dominicanas, mejorando su calidad de vida y fortaleciendo la economía nacional. Además, las contribuciones desde España, Haití e Italia destacan el impacto global de la diáspora. Estos ingresos, junto con el turismo y la inversión extranjera, juegan un papel crucial en mantener la estabilidad económica y financiera de la República Dominicana.
A pesar de la importancia de los aportes económicos de la diáspora, la crítica se centra en la efectividad y compromiso de los actuales diputados de ultramar. Resido en Filadelfia, Pensilvania, EE.UU., y conocí los nombres de los actuales diputados de ultramar durante la última campaña electoral. Tanto ellos como sus competidores se comprometieron con propuestas similares, como cambiar la normativa que limita la importación de vehículos con más de 5 años de antigüedad, establecer oficinas de asistencia para dominicanos en áreas densamente pobladas y brindar apoyo legal. Sin embargo, hasta la fecha, no han cumplido con sus promesas.
Los políticos dominicanos parecen ignorar que la población, especialmente la diáspora, ha evolucionado. De los 863,785 dominicanos elegibles, solo 160,374 votaron, aproximadamente el 19%. Los dominicanos en Pensilvania, Nueva Jersey y Massachusetts pudieron observar la baja afluencia en los centros de votación. La baja participación electoral en el exterior no se debe a la falta de movilización o coacción, sino a la falta de interés en ejercer el derecho al voto debido a la falta de apoyo continuo por parte del Estado Dominicano en sus vidas cotidianas.
Es fundamental que los diputados de ultramar reconozcan y respondan de manera efectiva a las necesidades cambiantes de la diáspora dominicana. Esto incluye no solo cumplir con las promesas electorales, sino también adaptar políticas y servicios públicos para mejorar la participación cívica y el bienestar de los dominicanos en el exterior. Un enfoque renovado y proactivo puede fortalecer la conexión entre la diáspora y la República Dominicana, promoviendo así un desarrollo más equitativo y sostenible para todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación geográfica. En conclusión, el impacto de los diputados de ultramar en la diáspora es mínimo, y su función parece centrarse en movilizar votos y estructurar partidos durante los procesos electorales.
