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Los jóvenes latinos gay ven un porcentaje creciente de nuevos casos de VIH en EEUU

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Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — Cuatro meses después de buscar asilo en Estados Unidos, Fernando Hermida comenzó a toser y a sentirse cansado. Primero pensó que estaba resfriado. Luego aparecieron llagas en su ingle y empezó a empapar su cama de sudor. Se hizo una prueba.

El día de Año Nuevo de 2022, a los 31 años, supo que tenía VIH.

“Pensé que me iba a morir”, dijo, recordando el escalofrío que le recorrió el cuerpo cuando revisaba sus resultados. Luchó por navegar un nuevo y complicado sistema de atención médica. A través de una organización de VIH que encontró en internet, recibió una lista de proveedores médicos en Washington, D.C., donde estaba en ese momento. Pero no le devolvieron las llamadas durante semanas.

Hermida, que sólo habla español, no sabía a dónde ir.

Para cuando Hermida recibió su diagnóstico, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) impulsaba desde hacía unos tres años una iniciativa federal para acabar con la epidemia de VIH en la nación, invirtiendo cada año cientos de millones de dólares en algunos estados, condados y territorios con las tasas de infección más altas.

El objetivo era llegar a las aproximadamente 1,2 millones de personas que viven con VIH, incluidas algunas que ni siquiera lo saben.

En general, las tasas estimadas de nuevas infecciones por VIH han disminuido un 23% de 2012 a 2022. Pero un análisis de KFF Health News y Associated Press comprobó que la tasa no ha bajado para los latinos (que pueden ser de cualquier raza) tanto como para otros grupos raciales y étnicos.

Si bien en general los afroamericanos continúan teniendo las tasas más altas de VIH en el país, los latinos representaron la mayor parte de los nuevos diagnósticos e infecciones de VIH entre hombres gays y bisexuales en 2022, según los datos disponibles más recientes, en comparación con otros grupos raciales y étnicos.

Los latinos, que constituyen aproximadamente el 19% de la población de Estados Unidos, representaron alrededor del 33% de las nuevas infecciones por VIH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). El análisis determinó que los latinos están experimentando un número desproporcionado de nuevas infecciones y diagnósticos en todo el país, con las tasas de diagnóstico más altas en el sureste.

Oficiales de salud pública en los condados de Mecklenburg, en Carolina del Norte, y de Shelby, en Tennessee — donde los datos muestran que las tasas de diagnóstico han aumentado entre los latinos — dijeron a KFF Health News y AP que no tienen planes específicos para abordar el problema del VIH en esta población, o que éstos aún no se han finalizado.

Incluso en lugares con buena cantidad de recursos como San Francisco, en California, las tasas de diagnóstico de VIH aumentaron entre los latinos en los últimos años mientras disminuían entre otros grupos raciales y étnicos, a pesar de los objetivos del condado de reducir las infecciones entre los latinos.

“Las disparidades de VIH no son inevitables”, dijo en un comunicado Robyn Neblett Fanfair, directora de la División de Prevención del VIH de los CDC. Destacó las inequidades sistémicas, culturales y económicas, como el racismo, las diferencias de idioma y la desconfianza en los médicos.

Y aunque los CDC proporcionan algunos fondos para grupos minoritarios, defensores de las políticas de salud para los latinos quieren que el HHS declare una emergencia de salud pública con la esperanza de dirigir más dinero a las comunidades latinas, argumentando que los esfuerzos actuales no son suficientes.

“Nuestra invisibilidad ya no es tolerable”, dijo Vincent Guilamo-Ramos, co-presidente del Consejo Asesor Presidencial sobre VIH/SIDA.

Perdido sin un intérprete
Hermida sospecha que contrajo el virus mientras estaba en una relación abierta con un compañero masculino antes de llegar a Estados Unidos. A fines de enero de 2022, meses después de que comenzaran sus síntomas, fue a una clínica en la ciudad de Nueva York que un amigo lo ayudó a encontrar y finalmente recibir tratamiento para el VIH.

Demasiado enfermo para cuidarse solo, Hermida finalmente se mudó a Charlotte, Carolina del Norte, para estar más cerca de su familia y con la esperanza de recibir atención médica más constante. Se inscribió en una clínica de Amity Medical Group que recibe fondos del Programa Ryan White de VIH/SIDA, un plan de la red de seguridad federal que atiende a más de la mitad de los diagnosticados con VIH en la nación, independientemente de su estatus migratorio.

Después que se contactó con gestores de casos, su VIH se volvió indetectable. Dijo que, con el tiempo, la comunicación con la clínica se volvió menos frecuente y no recibía ayuda regular de un intérprete durante las visitas con su médico, que hablaba inglés.

Un representante de Amity confirmó que Hermida fue cliente, pero no respondió preguntas sobre su experiencia en la clínica.

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