Antes del atentado contra Trump, el Servicio Secreto tenía información de un complot de Irán para matarlo
Nueva York: El Servicio Secreto de Estados Unidos reforzó la seguridad del expresidente Donald Trump tras recibir información sobre un complot iraní para asesinarlo. Aunque la inteligencia no ha encontrado conexión entre esta amenaza y los eventos que casi le cuestan la vida al expresidente en Butler, Pennsylvania, cuando un tirador identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, fue eliminado por el Servicio Secreto en el acto, presuntamente disparó contra Trump, quien milagrosamente salvó su vida.
Las autoridades estadounidenses obtuvieron información de inteligencia humana en las últimas semanas sobre un complot de Irán para asesinar a Donald Trump, lo cual llevó al Servicio Secreto a incrementar la seguridad alrededor del expresidente, según múltiples fuentes informadas sobre el asunto citadas por CNN. No hay indicios de que Thomas Matthew Crooks, quien intentó asesinar al expresidente el sábado, estuviera relacionado con dicho complot.
Sin embargo, la amenaza de una agencia de inteligencia extranjera hostil, las publicaciones amenazantes hacia Trump en redes sociales, y las frecuentes visitas de Thomas Matthew Crooks a campos de tiro o armerías, así como la compra de una escalera, deberían haber llamado la atención de las agencias de seguridad estatales de Pennsylvania e incluso del FBI, lo cual no ocurrió.
El simple hecho de que el Servicio Secreto estuviera alerta por una amenaza creíble contra Trump por parte de un estado enemigo como Irán plantea interrogantes sobre por qué se permitió que Trump hablara en un lugar tan vulnerable, sin la presencia de drones sobrevolando el perímetro aéreo. Además, ¿cómo pudo un edificio cercano albergar al tirador a la vista de los francotiradores que protegían a Trump y que, según se informa, luego lo neutralizaron?
Un funcionario de seguridad nacional de Estados Unidos afirmó que el Servicio Secreto y la campaña de Trump fueron informados de la amenaza antes del mitin del sábado. Todas estas preguntas sin respuesta plantean dudas razonables sobre fallas creíbles en la seguridad, las cuales deberían tener serias consecuencias para los altos mandos del Servicio Secreto, a fin de evitar que las especulaciones y teorías conspirativas ganen terreno ante el hecho de cómo un hombre de 20 años logró acceder a una azotea cercana y disparar contra el expresidente en Pennsylvania.
«El Servicio Secreto se enteró del incremento del peligro por esta fuente de amenazas», dijo un funcionario a CNN. “El NSC contactó directamente con altos niveles del Servicio Secreto para asegurarse de que continuaran rastreando los últimos informes. El Servicio Secreto compartió esta información con el jefe de la unidad y la campaña de Trump, quienes fueron informados sobre la evolución de la amenaza», añadió. “En respuesta al aumento de la amenaza, el Servicio Secreto incrementó los recursos y activos para la protección del expresidente Trump». Todo esto ocurrió antes del sábado, pero deja más preguntas que respuestas y señala responsabilidades en los encargados de la seguridad de Trump.
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