Traigan a sus mascotas a la iglesia, dice sacerdote haitiano en EE.UU., «no me las voy a comer»
Mientras los amantes de las mascotas se congregaban el pasado sábado en el jardín de una iglesia de Nueva Hampshire para el evento anual de Bendición de Animales, fueron recibidos con una aclaración que nunca antes habían escuchado.
“Les digo: Traigan a su mascota. Traigan a su perro y gato. Soy haitiano y no me los voy a comer”, dijo el sacerdote Jean Beniste, un inmigrante haitiano y rector de la Iglesia Episcopal de St. Paul, minutos antes de que unas 60 personas ocuparan sus asientos. “Los bendeciré. Los abrazaré. Los abrazaré a ustedes. Haré comunidad con ustedes”.
Fue la primera de varias graciosas alusiones de los oradores en referencia a las declaraciones del expresidente Donald Trump durante el debate presidencial del 10 de septiembre, cuando afirmó falsamente que migrantes haitianos en Springfield, Ohio, se estaban “comiendo a las mascotas de la gente que vive allí”.
Este tipo de rumores, que se propagaron como la pólvora en redes sociales, han sido refutados. Pero a los activistas aún les preocupan los efectos de la retórica hostil dirigida a los haitianos y otros migrantes.
Aquellas personas reunidas en la iglesia decidieron convertir uno de los rituales más alegres del cristianismo —una bendición anual de animales— en un acto de resistencia.
La Bendición de Animales es un ritual que se celebra a principios de octubre al que asisten varias confesiones cristianas para honrar a San Francisco de Asís, un santo conocido por proteger a los pobres y a los animales. Los propietarios llevan a sus mascotas y en ocasiones ganado para que reciban la bendición que reconoce su importancia para Dios.
Sin embargo, el servicio celebrado en la capital de Nueva Hampshire también estuvo dedicado a demostrar que un acosado grupo de migrantes es digno de confianza y está capacitado para ofrecer bendiciones en nombre de Dios. Este replanteamiento atrajo a nuevos participantes que quisieron mostrar su solidaridad.
“Este año la Bendición de Animales adquiere un nuevo, e incluso profético, significado”, escribió el reverendísimo Robert Hirschfeld, obispo episcopal de Nueva Hampshire, mientras invitaba a toda la diócesis de Concord a participar. “Nuestra reunión de bendición… puede ser considerada como un acto de resistencia a una cultura que fomenta la violencia a través del pensamiento, palabra y acción”.
En el evento, Hirschfeld comparó la respuesta de la iglesia con la de Jesús, quien desafió a Herodes en Lucas 13 y sigue bendiciendo a la gente.
“Esta es una forma de poner de cabeza a la energía del mundo”, comentó Hirschfeld tras el evento. “Convirtamos esto en una bendición en lugar de seguir con la hostilidad”.
Para los analistas de la política de Nueva Hampshire, el evento obtuvo una notoriedad política.
Andrew Smith, encuestador y profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nueva Hampshire, dijo que el evento mantiene la declaración de Trump en la mente del público, “por lo menos otro fin de semana… y si estás explicando, estás perdiendo”.
“Podríamos tener un poco de troleo ecuménico por parte de la Iglesia Episcopal contra los republicanos y en particular contra el mensaje que sale desde Springfield, Ohio”, dijo Smith. “No me sorprendería si los organizadores y patrocinadores del evento lo difunden intencionalmente por todo Estados Unidos de tal forma en que se exponga con claridad el problema de los migrantes haitianos“.
Debra Ragen-Coffman, residente de Concord, dijo que nunca antes había asistido a una Bendición de Animales, pero pensó que era “particularmente importante” participar este año. Llevó a Tula, su perra cotón de tulear, luego de que una amiga le reenvió una publicación sobre “la bendición como un acto de resistencia“.
“No habría venido sólo por la bendición, sino que definitivamente quería estar aquí para participar en una comunidad de amor y resistencia al odio que se está propagando en nuestro país”, comentó Ragen-Coffman.
Los organizadores trataron de maximizar la visibilidad de lo que normalmente es un evento tranquilo. Generalmente se lleva a cabo en interiores, pero este año fue trasladado al aire libre, donde los paseadores de perros del centro de la ciudad podían meterse fácilmente o deleitarse viendo a todos los animales reunidos para recibir la bendición de un sacerdote haitiano.
El alcalde de Concord, Byron Champlin, le dio una mayor relevancia al evento al participar y compartir su opinión sobre la idea del Nuevo Testamento de que somos un solo cuerpo.
Las mascotas y sus propietarios recibieron ayuda extra debido a que Beniste sacó provecho a su papel como bendecidor. Puso sus manos sobre cada perro, cada fotografía impresa de gatos y cada imagen electrónica de mascotas fallecidas que le mostraron en los teléfonos. Más tarde caminó entre la multitud dando premios a los perros y salpicando a los dueños con agua bendita.
“¡Me gusta esto!”, dijo Beniste, quien ha sido pastor de St. Paul desde diciembre, con una enorme sonrisa mientras agitaba gotas de agua bendita sobre las cabezas inclinadas bajo resplandeciente y cálido sol de octubre.
Por más divertido que fuera el evento para Beniste y otros participantes, el sacerdote también aprovechó el momento para recordarle a la gente que los haitianos están “pasando un momento muy difícil” en Springfield, en Haití y en otras partes.
La invitación al evento incluía un llamado a contribuir al Centro de Apoyo y Ayuda a la Comunidad Haitiana de Springfield. El próximo año, el evento de Concord será aún más amplio en cuanto a su alcance y significado.
“Quiero hacerlo más grande”, dijo Beniste sobre la Bendición de Animales anual de St. Paul. “La próxima vez, quiero ponerme en contacto con todos los refugios de animales y con el cuartel de policía. Donde haya animales, podemos unir a la gente”.