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¿Se deberían eliminar los diputados dominicanos de ultramar ?

Fernández y el PLD utilizaron la figura del diputado de ultramar para extender los vicios de clientelismo y corrupción. Posteriormente, Luis Abinader y el PRM continuaron con esta práctica corrupta, "robando" la tercera diputación de la circunscripción 1 en 2020. En 2024, lograron ganar los siete escaños con una abstención del 90%.
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Nueva York: La figura del diputado de ultramar fue creada por la reforma constitucional de 2010, impulsada por el expresidente dominicano Leonel Fernández, bajo la Ley 136-11, que regula el voto de los dominicanos en el exterior. Esta ley establece siete representantes distribuidos en tres circunscripciones del exterior. Los diputados fueron elegidos por primera vez en las elecciones dominicanas en el exterior de 2012.

La primera circunscripción abarca a EE. UU. y Canadá; la segunda, a Centroamérica, el Caribe y Florida; y la tercera, a Europa, Asia y África. Sin embargo, los dominicanos solo votan en España, Italia, Suiza, Holanda, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Inglaterra y Francia.

Doce años después, los diputados de ultramar se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para el pueblo dominicano. Estos diputados, con su título de «honorables», tienen un sueldo base de RD$175,474.65, que asciende a RD$300,000 mensuales cuando se suman dietas y otras compensaciones. Además, cobran RD$36,000 mensuales por asistir a las sesiones del Pleno (un total de ocho al mes). También reciben pagos por su labor en comisiones, participación en sesiones, pago de celulares, asignación de combustibles de hasta RD$25,000, choferes, guardaespaldas, secretarias, ayudantes en nómina, barrilito, entre otros viáticos ocultos.

En total, el gasto combinado del Congreso Nacional hasta noviembre de 2024 asciende a RD$7,619,765,783.33, una cifra que casi supera el presupuesto originalmente asignado de RD$7,714,072,665. Con un costo de casi 300 millones de pesos, los diputados de ultramar no han logrado representar los intereses de la comunidad en el exterior. En lugar de eso, se han convertido en una élite cuyos nombres pasan desapercibidos para la mayoría de los dominicanos del exterior.

Kenia Felicia Bidó Parra de Dell’Aquila, Norberto Rodríguez Vásquez, Cirilo Ustacio Moronta Then, Adelis de Jesús Olivares Ortega, Edward Enrique Cruz Asunción, Julio César López Peña y Angélica Natividad Novas Sierra.

El rechazo de la diáspora a los partidos políticos dominicanos se refleja en los altos niveles de abstención en cada circunscripción del exterior.

Ninguno de estos diputados puede exhibir algún proyecto de ley aprobado en el Congreso en beneficio de la diáspora. Sus logros se limitan a resoluciones sobre el cambio de nombres de clubes, calles, reconocimientos banales, clientelismo proselitista y una casi absoluta ausencia en la diáspora, lo que les ha ganado el repudio de la comunidad.

La desconexión que sienten los partidos y políticos dominicanos con la diáspora quedó reflejada en la indiferencia de esta comunidad hacia el proceso electoral dominicano en el exterior en 2024. Esto debería ser motivo de profunda reflexión para determinar si realmente vale la pena que el Estado dominicano siga gastando millonarias sumas en estos comicios, especialmente cuando los funcionarios de la JCE  desfalcaron los fondos, como ocurrió en 2020 y parece haberse repetido en 2024. Unas elecciones que, evidentemente, no son de interés para una comunidad que aborrece el clientelismo, la corrupción administrativa y partidaria.

La ridícula votación con la que fueron elegidos los siete diputados de ultramar plantea la interrogante de si realmente deben ser considerados legítimos. Este hecho refuerza la narrativa comunitaria de que la diáspora no está interesada en unos legisladores que solo buscan el beneficio personal y mantener vivo el agonizante sistema partidario dominicano, tan golpeado por el clientelismo y la corrupción.

Por ejemplo, en la circunscripción 1, donde están empadronados 549,553 dominicanos hábiles para votar. Kenia Felicia Bidó Parra de Dell’Aquila, obtuvo solo 18,031 votos; Norberto Rodríguez Vásquez consiguió 11,906 votos, y Cirilo Ustacio Moronta Then fue elegido con 12,882 votos. Es decir, entre los tres sumaron menos de 43,000 votos de un universo de casi 550,000 votantes, con una abstención superior al 90%, lo que plantea serios cuestionamientos sobre la legitimidad de esos escaños.

En la circunscripción 2, Adelis de Jesús Olivares Ortega se reeligió con solo 7,074 votos; Edward Enrique Cruz Asunción ganó con 4,742 votos de un padrón de 164,795 electores. En esta circunscripción, la abstención superó el 86%. Con menos del 14% de los votos, también queda en entredicho la legitimidad de la elección de estos diputados.

En Europa, perteneciente a la circunscripción 3, Julio César López Peña se reeligió con 8,099 votos, mientras que Angélica Natividad Novas Sierra obtuvo 6,409 votos de un universo de 149,436 votantes, lo que representa una abstención superior al 75%, planteando las mismas interrogantes sobre la legitimidad de estas elecciones.

Los primeros diputados de ultramar fueron: en la circunscripción 1, Alfredo Rodríguez Azcona, Rubén Darío Luna Martínez y José Ernesto Morel; en la circunscripción 2, Adelis de Jesús Olivares Ortega y Levis Suriel Gómez; y en la circunscripción 3, Ana Emilia Báez Santana y Marcos Cross.

Los primeros diputados de ultramar fueron: en la circunscripción 1, Alfredo Rodríguez Azcona, Rubén Darío Luna Martínez y José Ernesto Morel; en la circunscripción 2, Adelis de Jesús Olivares Ortega y Levis Suriel Gómez; y en la circunscripción 3, Ana Emilia Báez Santana y Marcos Cross.

Los resultados de estos diputados para la diáspora han sido desastrosos, y nadie se siente representado por ellos. Más bien, se perciben como un intento fallido de los partidos políticos dominicanos de extender su poder a una comunidad que no representan. Los partidos parecen querer congraciarse con la diáspora debido a la poderosa influencia económica de las remesas, que superan los 10 mil millones de dólares cada año y su influencia sobre el voto en RD.

Fernández y el PLD utilizaron la figura del diputado de ultramar para extender los vicios de clientelismo y corrupción. Posteriormente, Luis Abinader y el PRM continuaron con esta práctica corrupta, «robando» la tercera diputación de la circunscripción 1 en 2020. En 2024, lograron ganar los siete escaños con una abstención del 90%. Los siete funcionarios electos en el exterior pertenecen al Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Esta es una noticia en desarrollo,  regrese a este periódico para ver otras actualizaciones de siete reportajes individuales, uno por cada uno de los actuales diputados de ultramar.

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