Campesinos de Cotuí y Maimón exigen pago justo por sus tierras a Barrick Pueblo Viejo
Cotuí, Sánchez Ramírez, RD – En una jornada marcada por la tensión y la protesta, campesinos de las comunidades de Cotuí y Maimón han hecho un llamado urgente al gobierno dominicano y a la empresa minera Barrick Pueblo Viejo para que se establezca un acuerdo de compensación justo por las tierras que están en riesgo de ser despojadas para la construcción de una nueva presa de colas. Esta situación ha generado un clima de preocupación en la región, donde aproximadamente 600 familias podrían verse afectadas directamente por las acciones de la minera.
El descontento entre los campesinos ha ido en aumento, especialmente tras la aprobación del decreto 270-22 por parte del presidente Luis Abinader, el cual otorga derechos adicionales a Barrick Pueblo Viejo en la explotación de recursos naturales de la zona. Los agricultores, que se han dedicado a estas tierras durante generaciones, sienten que sus derechos no están siendo respetados y que el valor de sus propiedades no se ha llevado en cuenta en las negociaciones.
Las tensiones se intensificaron durante una manifestación pacífica, donde Isidro Coronado fue herido por efectivos militares, y al menos otros ocho comunitarios resultaron lesionados en el enfrentamiento. Testigos reportan que los manifestantes solo buscaban hacerse escuchar y solicitar una solución que garantice su bienestar y sus tierras.
«Pedimos que el Gobierno y Barrick se pongan en precio», declaró un líder comunitario, que enfatizó que la vida de muchas familias depende de la resolución de este conflicto. Los campesinos insisten en que el proceso de indemnización debe reflejar el verdadero valor de sus tierras, así como el impacto que la actividad minera puede tener en su forma de vida.
La situación se complica a medida que se aproxima la fecha de inicio de las obras para la presa de colas, lo cual ha llevado a los campesinos a aumentar su presión sobre las autoridades. La amenaza de desalojo se cierne sobre ellos, generando una creciente sensación de urgencia y desesperación.
Organizaciones locales e internacionales han comenzado a mostrar su apoyo a la causa de los campesinos, exigiendo un diálogo abierto y justo entre las partes involucradas. La comunidad se ha organizado para defender sus derechos, y muchos afirman que están dispuestos a llevar esta lucha hasta las últimas instancias si es necesario.
La situación en Cotuí y Maimón es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrentan muchas comunidades rurales en la República Dominicana cuando se trata de la explotación de recursos naturales por parte de empresas mineras. A medida que se desarrolla esta crisis, la atención del país se centra en la necesidad de encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección de los derechos de las comunidades afectadas.