El Senado se prepara para votar la controversia candidatura de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de salud
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El Senado de Estados Unidos se apresta a votar el próximo jueves sobre la confirmación de Robert F. Kennedy Jr. para asumir el cargo de secretario de salud del país, una decisión que genera un intenso debate y polarización en el ámbito político. Kennedy, un abogado de 71 años, es ampliamente conocido por ser un crítico vocal de las vacunas y ha estado en el centro de atención nacional desde su infancia, influenciado por su célebre apellido y la historia trágica que lo rodea.
En las últimas décadas, Kennedy ha construido una imagen pública que combina su escepticismo sobre la vacunación con posturas populistas sobre temas como la alimentación y los productos químicos. Su rechazo a las vacunas ha resonado especialmente entre ciertos grupos de la población, quienes se sienten atraídos por su crítica a la industria farmacéutica y a las entidades gubernamentales que promueven la vacunación como un componente esencial de la salud pública.
A pesar del recelo mostrado por varios senadores republicanos hacia su candidatura, las proyecciones indican que Kennedy tiene una buena oportunidad de ser confirmado. Esto se debe en parte a su impresionante capacidad para atraer seguidores a través de sus opiniones acerca de los alimentos y los químicos, además de su discurso en contra de las grandes corporaciones.
Recientemente, Kennedy se benefició de una suma considerable de dinero; el año pasado, recibió más de 850,000 dólares por referir clientes a un bufete de abogados que ha demandado a los fabricantes de vacunas. Esta situación ha generado un debate adicional sobre su idoneidad para el cargo, dado que muchos cuestionan su imparcialidad y su agenda en relación a la salud pública.
Durante la pandemia de COVID-19, Kennedy intensificó su actividad en redes sociales y en su organización sin fines de lucro, que tiene como objetivo legalizar acciones contra la industria de vacunas. Utilizó estas plataformas para promover su mensaje y erosionar la confianza no solo en las vacunas, sino en las agencias gubernamentales encargadas de garantizar la salud pública.
La votación en el Senado no solo es crucial para Kennedy, sino que también tiene el potencial de influir en la dirección de la política de salud en los Estados Unidos en los próximos años. El desenlace de esta controversia podría no solo afectar la futura regulación de vacunas, sino también el enfoque del país hacia la gestión de crisis de salud pública.
Con la fecha de la votación acercándose, los senadores se enfrentan a la difícil tarea de evaluar no solo la experiencia y las credenciales de Kennedy, sino también el impacto que su confirmación podría tener en la percepción pública de las vacunas y las políticas de salud en general.