Washington Post revela que militares iraníes minimizaron impacto de ataques estadounidenses

Washington, D.C: Comunicaciones interceptadas por agencias de inteligencia de Estados Unidos que fueron filtradas a The Washington Post y divulgadas por este medio, revelan que altos mandos militares iraníes calificaron como “menos devastadores de lo esperado” los recientes bombardeos ordenados por Washington contra instalaciones nucleares clave en Irán.
El informe periodístico, sustentado en filtraciones de inteligencia, señala que funcionarios iraníes discutieron de forma confidencial que varias infraestructuras nucleares, como Fordow y Natanz, habrían sufrido daños significativos pero no irreversibles. Algunas centrífugas quedaron intactas, y parte del uranio enriquecido habría sido evacuado antes de los ataques.
Estas revelaciones contrastan con las declaraciones del expresidente Donald Trump, quien afirmó públicamente que el programa nuclear iraní había sido “completamente destruido”. Desde la Casa Blanca, portavoces de seguridad nacional rechazaron la información publicada y acusaron al Washington Post de “sacar de contexto filtraciones sensibles”.
El mismo medio también reportó que el Pentágono evaluó inicialmente que los bombardeos podrían haber retrasado el programa nuclear de Irán por un período estimado de entre seis meses y un año, pero no lograron eliminar su capacidad científica ni su infraestructura básica en su totalidad.
Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), bajo la dirección de Rafael Grossi, indicó que si bien los ataques comprometieron parte de las instalaciones, Irán aún conserva conocimiento técnico suficiente para retomar el enriquecimiento en poco tiempo, dependiendo de decisiones políticas y estratégicas.
El embajador iraní ante la ONU declaró esta semana que su país “no renunciará jamás a su derecho soberano al enriquecimiento de uranio”, y denunció los bombardeos como una violación del derecho internacional. Al mismo tiempo, el Parlamento iraní aprobó nuevas restricciones al acceso de inspectores del OIEA, endureciendo aún más la supervisión internacional sobre sus actividades nucleares.



















