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¿De quién depende, que Leonel vuelva al poder?

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Por: Ramón Reví

(El autor es abogado y analista político, reside en la ciudad de Washington, D.C.)

Tras la desaparición física de las figuras políticas hegemónicas, post la era de Trujillo, los llamados líderes carismáticos e ilustrados,Prof. Juan Bosch, Dr. José Francisco Peña Gómez y Dr. Joaquín Balaguer; la sociedad dominicana inició la identificación del liderazgo, que tuviera las condiciones de llenar ese vacío.

Hay quienes afirman que los líderes nacen, otros por el contrario sugieren que se construyen, yo diría que es una combinación de ambos factores; no hay liderazgos, sin sacrificios, sin sabiduría y sin carisma. ¿Cuántos líderes han estado a la puerta del poder, a un paso de la gloria y terminan en el ostracismo? Mientras otros, sin preparación, ni carisma, un golpe de suerte les brinda la gloria en bandeja de plata. No obstante, hay que subrayar, que ya en el poder, se debe demostrar la profundidad del liderazgo.

Algunos seres humanos tienen la gracia de haber nacido líder, sus pueblos lo identifican y lo asumen como tal, es una especie de amor a primera vista. Otros adquieren esa condición, a base de preparación académica, carisma y trabajo político al servicio de su pueblo. Ejemplos nos sombran; Juan Pablo Duarte, Juan Bosch, Francisco Alberto Caamaño, Deñó, entre otros grandes dominicanos.

Es en la categoría de estos tres ilustres dominicanos, que inscribimos a un hombre, emergido de las mismas entrañas de un barrio pobre, que ha sido en tres ocasiones presidente de la República y el destino lo empuja nueva vez, a un cuarto mandato.

Su historia nos muestra que los mesías son escasos, que la construcción de un verdadero liderazgo no es un cuento de hadas. Que el líder auténtico se forja, desenvainando la espada en el campo de batalla, como lo hiciere luego del Grito de Capotillo de 1863, el General de Generales, Gregorio Luperón, para devolver a los dominicanos su dignidad, su nacionalidad.

Los líderes identifican líderes.

Una frase del fundador del PLD, el profesor juan Bosch, le acarreó a lo interno de su partido, muchos inconvenientes al muchacho de Villa Juana;  pero también le trajo mucha suerte en su vida política:“en Leonel el PLDtiene una minita de oro”.

Siendo prácticamente un desconocido, en el año de 1994, Leonel compite por la candidatura vicepresidencial del PLD y gana de manera contundente, con más de un 58% de los votos orgánicos de su partido.

Decía Issac Asimov, que “la suerte favorece sólo a la mente preparada”. Acompañar en la boleta presidencial al fundador y líder histórico del PLD, el profesor Juan Bosch, en aquellas elecciones del año de 1994, ofrece al joven político, la plataforma perfecta para presentarse ante la sociedad dominicana. Muy pronto la población comprendió porque Bosch había hablado de “una minita de oro”. En poco tiempo el nombre del pupilo de Bosch, andaba de boca en boca; hasta sus más acérrimos oponentes reconocían su carisma y sus grandes dotes de orador.

Ya para las elecciones del año de 1996, el fundador del PLD, debido a su avanzada edad y quebrantos de salud, se ve impedido de seguir en la actividad política. Para escoger al candidato presidencial del partido de Bosch, se realiza un Congreso Elector en el que participa el Dr. Euclides Gutiérrez Feliz, el Lic. Norge Botello y el Dr. Leonel Fernández. Nadie podía imaginarse, que un jovencito sin historia, tendría alguna posibilidad de derrotar a estos dos grandes colosos; para sorpresa de la comunidad política, el Dr. Leonel Fernández no solo ganó, sino que lo hizo con un  porcentaje de un 92%.

En resumen: Leonel Fernández gana su elección interna a la vicepresidencia, en el año de 1994, con un 58%,  su elección a la candidatura presidencial en ese partido en el año de 1996, con un 92%, la Presidencia de la República en el año de 1996, con más de un 51%, la Presidencia de la República en el año 2004, con más de 57% y la Presidencia de la República en el año 2008 con más de un 53%. Podríamos agregar, si es que pidiesen “la ñapa”, que también en los años 80s, Leonel gana una candidatura a Diputado por su partido y le hacen declinar.

Un líder autentico, tiene sentido de la historia. 

Al finalizar su mandato en el año 2000, se levantan voces en la sociedad dominicana y a lo interno de su partido, solicitándole y en algunas ocasiones hasta exigiéndole, que modifique la constitución, que intente reelegirse. El poderoso Presidente del Senado de la época, el reformista Amable Aristy Castro, ante la negativa del Dr. Fernández a violentar la constitución; lo emplaza públicamente con la siguientes palabras: “Póngase los pantalones Presidente Fernández, que nosotros tenemos los votos”.

La historia no miente. Con una popularidad que rondaba el 60%, el apoyo de todo su partido y de las llamadas fuerzas conservadoras, el Presidente Fernández prefiere la alternabilidad.

Es así como en el año 2000, Leonel se convierte en un juez imparcial y propicia una competencia a lo interno de su partido, entre dos de sus grandes amigos, el Dr. Jaime David y el Lic. Danilo Medina. En esa oportunidad, por muy estrecho margen de votos sale electo candidato del PLD, el Lic. Danilo Medina; quien posteriormente sería derrotado en las elecciones generales del citado año, por el perredeísta, Perito Agrónomo, Hipólito Mejía Domínguez.

 

Fernández, compite por la Presidencia de la República, en los años 1996, 2004 y 2008, en esas tres oportunidades lleva su partido al poder. ¿A esto se le puede llamar injusticia, egoísmo? Surge otra pregunta. ¿A qué profesional del marketing político, se le podría ocurrir, que una organización por cuidar la alternabilidad, eche a un lado su mejor carta para unas elecciones presidenciales y por el contrario presente a un seguro perdedor?

No puede albergar mezquindad el corazón de un líder, que teniendo el terreno fértil para continuar en el poder más allá del año 2012, decide motus propios declinar sus aspiraciones para apoyar a un adversario interno. Solo los grandes hombres tienen sentido de la historia. No se puede decir lo mismo, de quienes exigían renovación, alternabilidad, sangre nueva y  en  la primera oportunidad reniegan de la palabra empeñada.

Lo cierto es, que desde el año 2012 al 2016, el Dr. Leonel Fernández pasó, como se dice popularmente, el “Niagara en bicicleta”. Él fue perseguido hasta por sus propios correligionarios. Inventaron expedientes de todo tipo, fabularon con déficit fiscal, trataron de asociarlo al narco, siendo él, precisamente quien más persiguió en sus tres períodos de gobierno ese terrible flagelo. En fin, pusieron la isla al revés tratando de borrar su liderazgo y fracasaron.

Mientras todo esto acontecía, ante la mirada indiferente de los más beneficiados de sus gobiernos; ninguno, óigase bien, ninguno de los eufemísticamente llamados “líderes emergentes” creció ni logró hacerle sombra.

La actividad política se nutre de lo fáctico, de lo real.

Cuando tu pueblo, te valora y confía en ti, estando en el poder y fuera del mismo; entonces te puedes considerar un estadista, un  líder.

A pesar de haber gobernado en tres oportunidades, la mayoría de las encuestas creíbles dicen que él representa la alternabilidad, lo nuevo. Su popularidad es igual o mayor en estos momentos, a la que tenía en el proceso electoral del año 2004 y antes de dejar el poder en el año 2012. Se percibe en el ambiente político dominicano, que el retorno del Dr. Leonel Fernández al poder, en el año 2020, ya no depende de sus adversarios internos y externos; es un hecho.

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