Temores en Venezuela ante una posible acción militar de EE. UU.
Caracas, Venezuela: En los últimos días, los rumores y advertencias sobre un posible ataque militar de Estados Unidos contra Venezuela han encendido todas las alarmas. En medio de una escalada de tensión diplomática y militar, en Caracas se respira una mezcla de preocupación, movilización y advertencias.
El gobierno venezolano ha denunciado una “incursión ilegal de aeronaves de combate” cerca de la costa, a unos 75 kilómetros del territorio nacional, y ha acusado a Washington de provocar de manera deliberada para justificar una intervención mayor.
Desde la presidencia, Nicolás Maduro ha anunciado que se ha iniciado un proceso de consulta para declarar un estado de emergencia, con el argumento de que Venezuela debe proteger su soberanía ante lo que considera agresiones externas.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez afirmó ante diplomáticos que Maduro firmó ya un decreto que le otorga “poderes especiales” para actuar en materia de defensa y seguridad si hay una agresión estadounidense.
En paralelo, el gobierno ha reforzado su presencia militar. En los últimos días se han observado maniobras, ejercicios y despliegues en puntos estratégicos del país, incluyendo zonas fronterizas y costas marítimas. También se han hecho visibles fotografías y videos del entrenamiento de milicias civiles, como parte de lo que el Ejecutivo llama “preparación nacional para la defensa ante amenazas externas”.
La presión psicológica se ha convertido en parte de la estrategia. Desde medios y redes oficiales han circulado mensajes advirtiendo que Venezuela no permitirá intervenciones foráneas y que cualquier agresión será respondida con firmeza. Algunos analistas han interpretado estas acciones como un intento de disuadir a Washington mediante la construcción de una narrativa de resistencia.
Estados Unidos, por su parte, ha mantenido un perfil de ambigüedad calculada. Las operaciones navales recientes en el Caribe, sumadas al uso de buques de guerra y submarinos como parte de patrullajes antidrogas, han sido presentadas por la Casa Blanca como acciones legítimas contra el narcotráfico. Sin embargo, en Caracas estos movimientos son vistos como preparación para un acto militar más directo.
La comunidad internacional observa con cautela. Gobiernos y organismos regionales han llamado a la moderación y al diálogo. Organizaciones de derechos humanos alertan que una escalada militar podría traer consecuencias graves para los civiles y que las operaciones en zonas fronterizas o marítimas podrían vulnerar la soberanía de Venezuela y otros países del Caribe.
En las calles de Caracas hay discursos de movilización y vigilancia. La población sigue con atención los comunicados oficiales y los movimientos militares. Aunque muchos venezolanos tienen certeza de que una invasión total es poco probable en el corto plazo, persiste el miedo a ataques quirúrgicos selectivos, bombardeos sobre instalaciones estratégicas o acciones puntuales orientadas a desestabilizar el gobierno.
Venezuela se encuentra en una encrucijada: entre la retórica desafiante que insiste en el control territorial y la incertidumbre profunda de lo que podría ocurrir si el conflicto pasara de la palabra a la acción militar.
