Senado da el primer paso para poner fin al cierre del gobierno

Washington — El Senado de Estados Unidos dio este domingo el primer paso hacia la reapertura del gobierno federal, tras una votación clave que reunió a demócratas y republicanos bajo una presión creciente de la opinión pública y de los trabajadores afectados por más de cuarenta días de parálisis.
La medida, aprobada con 60 votos a favor y 40 en contra, permite avanzar un proyecto temporal de financiamiento que mantendría en funcionamiento las agencias federales hasta finales de enero. A pesar de que el acuerdo aún debe ser ratificado por la Cámara de Representantes y firmado por el presidente Donald Trump, representa el primer avance concreto desde que comenzó el cierre más prolongado en la historia moderna del país.
El nuevo paquete presupuestario incluye la garantía de pago retroactivo para cientos de miles de empleados federales que permanecen sin cobrar desde el inicio de la crisis, así como fondos esenciales para el funcionamiento de aeropuertos, programas sociales y servicios de salud pública. Sin embargo, no resuelve de manera definitiva el debate sobre los subsidios del Obamacare ni las diferencias entre ambas bancadas sobre el gasto social.
La votación reflejó un cambio de estrategia en el Senado, donde algunos demócratas moderados se unieron a los republicanos para evitar que la parálisis gubernamental continúe agravando el impacto económico y social. La presión de los sindicatos, las cámaras empresariales y la creciente impaciencia de la ciudadanía influyeron en la decisión de avanzar, aunque sin un acuerdo final sobre los temas más polémicos.
El líder republicano Mitch McConnell destacó el esfuerzo bipartidista como “una señal de madurez institucional frente a un país cansado del estancamiento político”, mientras que la bancada progresista demócrata advirtió que el compromiso no puede convertirse en una rendición que deje sin solución los problemas estructurales de salud y bienestar.
Las consecuencias del cierre han sido devastadoras. Familias enteras de empleados federales han sobrevivido gracias a bancos de alimentos y donaciones comunitarias. Programas como SNAP y WIC enfrentan retrasos en los desembolsos, y el transporte aéreo ha sufrido cancelaciones por falta de personal en control de tráfico.
De aprobarse la medida en la Cámara Baja, el gobierno podría reabrirse en los próximos días, aunque solo de manera temporal. Los temas de fondo —como la financiación de los subsidios médicos y las reformas al sistema de gasto público— seguirán en la mesa de negociación.
Mientras tanto, el país observa con cautela. El cierre del gobierno, que comenzó como una pugna política, se ha convertido en una prueba de resistencia para millones de estadounidenses y un recordatorio del costo humano detrás de las disputas en Washington.



















