Los sepultureros del Diablo enterraron el «Plasma de Quinton» en el infierno
Esteban Cabrera
Philadelphia, PA: No hay nada en el mundo que le haya echo tanto daño a la humanidad como la industria farmacéutica. Ha tenido la habilidad de “venderle medicamentos a pacientes sanos”.
En esta ocasión, te vengo a hablar del “Plasma de Quinton”, probablemente nunca te hablaron de este tema, porque fue desterrado de los medios de comunicación, de los libros de textos y de los foros científicos. Simplemente, lo desaparecieron.
Su nombre le fue dado en honor al un filósofo francés, René Quinton, que en una ocasión enfermó de tuberculosis, una enfermedad que para la época no tenía cura.
René Quinton buscó ayuda con un amigo jesuita. Corría el año 1897, este sabio lo refirió a un libro de Platón. En este texto, el gran sabio narra cómo fue curado de una tuberculosis que lo afectó. Narra que unos sacerdotes egipcios curaron su enfermedad con un tratamiento que consistía en ponerlo en contacto con el mar y beber de sus aguas previamentedesalinizadas. Al igual que Platón, Quinton curó de su dolencia de tuberculosis.
Es así como nace “El Plasma de Quinton”, que no es más que la aplicación terapéutica del agua del mar. Quinton no se guardó el secreto, sino que pudo curar muchas enfermedades, incluso mortales, como el cólera, tuberculosis, desnutrición, entre muchas otras.
Los egipcios demostraron que las aguas del mar tienen poder altamente curativo, porque el plasma del mar, es el mismo que aparece en la sangre de los seres vivos, porque comparte el mismo origen.
Después de haber curado de sus dolencias pulmonares, René Quinton fundó los “laboratorios marinos”, en 1907. El poder curativo de ellos fue tan grande que pronto se corrió la voz y venían personas con diferentes enfermedades y curaban. Sin ser médico, Quinton se había convertido en toda una celebridad de la medicina, porque curaba casi todas las enfermedades sin cobrar a los pacientes que llegaban.
Con el tiempo los “laboratorios marinos” de René Quinton se habían propagado por casi toda Europa y Rusia, incluso se empezaban a instalar en Estados Unidos. Ya para esa etapa el nombre había evolucionado a “El Plasma de Quinton”.
René Quinton, se había convertido en un problema para la Industria Farmacéutica Internacional. La curación con agua del mar había sustituido el uso de medicamentos, por lo que la industria se sintió amenazada con la expansión de estos populares consultorios gratuitos, que sanaban a los enfermos de cualquier enfermedad.
Pronto se desató una despiadada confrontación con la comunidad científica, que se dedicó a fondo a desacreditar y cuestionar el método de curación implementado por el filósofo francés.
Las cosas se empezaban a complicar para Quinton, quien ahorró el trabajo sucio a la Industria Farmacéutica, siempre en complicidad con la comunidad científica, al morir en año 1925, luego, el “Plasma de Quinton” fue desaprobado por la Unión Europea, EE.UU y todo el mundo, en complicidad con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los médicos y las instituciones dedicadas al cuidado de la salud.
Así se silenció y ocultó un método de curación natural, por cuya ausencia han muerto millones y millones de seres humanos en el mundo entero.
Los últimos reductos del “Plasma de Quinton”, se los terminó de llevar la erupción de la penicilina y el caos producido por las dos guerras mundiales.