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Cadáveres de dominicanos fallecidos en Nueva York no se pueden ser transportados a RD por falta de apostilla

"Es un momento aterrador", dijo la directora de una funeraria en Queens, Irene Elcock. "Tenemos que dar la vuelta y pensar en mantener a todos a salvo".
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NUEVA YORK._ Los cadáveres de dominicanos fallecidos en la ciudad y otros estados de Estados Unidos, infectados por el coronavirus, no pueden ser transportados a la República Dominicana, último deseo de muchos de los difuntos que en vida pidieron ser sepultados en su tierra natal, o se hace por decisión de sus familiares, debido al cierre de oficinas municipales de servicios no esenciales como parte de la estrategia “Nueva York en Pausa” del gobernador estatal y otras medidas del alcalde Bill de Blasio.

Numerosos cadáveres de hombres y mujeres dominicanos, han permanecido por días en las neveras del edificio del Médico Forense y las morgues de funerarias contratadas para los funerales.

En los cementerios, los deudos tienen que quedarse dentro de los vehículos como forma de evitar la propagación aunque los difuntos no hayan muerto de coronavirus.

Además de la falta de apostillas que autorizan a los parientes, refrendado el documento por los consulados, a trasladar los cuerpos a la República Dominicana, una restricción de las autoridades locales, exige que solo los familiares inmediatos de los muertos, velarlos en las funerarias, acompañados por algunos deudos cercanos, pero el número de asistentes no puede exceder las 10 personas.

Ana Pérez, una dominicana cuya madre Carmen, de 82 años de edad, murió de un cáncer terminal la semana pasada, dijo que su dolor es mucho más fuerte al no poder cumplir con el último deseo de su progenitora de ser enterrada en la República Dominicana.

“Este virus, nos está perjudicando en todos los niveles, porque ni siquiera podemos rendirles los respetos y dar la última despedida, como acostumbramos a nuestros seres queridos”, añadió la dominicana.

Explicó que ella y su familia tuvieron que tomar la dolorosa decisión  de incinerar los restos de su madre en una hermética ceremonia a la que asistió muy poca gente, debido a la restricción.

La situación, que también afecta a todas las funerarias de la ciudad, ha hecho a que a partir de la semana pasada los funerales se transmitan en vivo desde las salas de velatorios y sin nadie presente, para que los deudos puedan seguir las ceremonias fúnebres desde sus hogares en teléfonos móviles, televisores y otros dispositivos.

En varias agencias dominicanas en el Alto Manhattan que gestionan el apostillamiento para el transporte de cadáveres, se dijo que algunas se han visto obligadas a cerrar en medio de la crisis del coronavirus, y otras dejaron de ofrecer ese servicio a los deudos por el cierre de las oficinas.

«Es un momento aterrador», dijo la directora de una funeraria en Queens, Irene Elcock. «Tenemos que dar la vuelta y pensar en mantener a todos a salvo».

La disposición del gobernador de Nueva York dice que los funerales se pueden realizar con la asistencia de familiares inmediatos, incluso después de la cuarentena obligada que comenzó el domingo a las 8:00 de la noche, en todas las reuniones no esenciales  no es específica sobre la cantidad de personas permitidas.

Las funerarias deberían posponer los servicios cuando sea posible, según pide el edicto de la oficina de la gobernación. De lo contrario, deberían limitar cualquier servicio o reunión a la menor cantidad de participantes posible como los familiares inmediatos.

Elcock dijo que la funeraria que dirige está permitiendo hasta 10 personas si una familia decide mantener un servicio fuera de línea, lo que está de acuerdo con la guía recomendada por los Centros de Prevención de Enfermedades Contagiosas (CDC) para las reuniones.

Ella dijo que su funeraria celebró su primer servicio de transmisión en vivo la semana pasada, y atrajo a unas 15 personas en el lugar, y muchas más virtualmente.

«Podríamos poner medidas adicionales en su lugar y poner una red sobre el ataúd para asegurarnos de que las personas no toquen el cuerpo y solo para alejarse un poco, porque simplemente no  sabes si murió de coronavirus», dijo.

El director de funerarias, Jonathan Green, de Fairfield en Connecticut, dijo que la situación puede llegar al punto en que incluso los rabinos judíos se quedan en casa para hacer los servicios desde allí.

Los religiosos actualmente presiden los servicios en persona, incluso si se trata de un funeral virtual.

Green dijo que algunos rabinos están particularmente preocupados porque están en casa con sus hijos y por infectar a sus familias.

De los servicios recientes transmitidos en vivo de su casa funeraria Abraham L. Green y Son, el director de la funeraria dijo que cree que es un alivio para el estrés y la comodidad de las familias que perdieron a alguien que no tienen que preocuparse por cómo unirse, si tienen restricciones o problemas de salud.

Pero los trabajadores rígidos que arreglan y maquillan los cadáveres no pueden escapan de la preocupación.

«Nos dijeron cómo protegernos, pero no nos han dado nada concreto sobre cuánto tiempo dura ese virus en el huésped», dijo Elcock, señalando que los trabajadores usan máscaras y guantes.

«Algunos cementerios no permiten que la gente salga de los automóviles, o la gente tiene que esperar a que los trabajadores de las tumbas completen su trabajo, antes de poder visitarlos», dijo Elcock en medio de la preocupación por la propagación.

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