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Con 87 años, dominicana que superó COVID – 19 después de dos preinfartos y dos derrames pidió no comprarle ataúd caro

“Este hospital me salvó la vida. Estoy muy agradecida y espero que mi historia dé esperanza a otros”, dijo.
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NUEVA YORK._ Creyéndose al borde de la muerte y sin saber que de morir, a lo que era candidata por sus condiciones prevalentes, la dominicana María Rodríguez de 87 años de edad y que superó la fase crítica del coronavirus, pidió a su hija no comprarle un ataúd caro, sin saber que de haber muerto su cuerpo iba a estar en una caja de cartón y cremado.

La señora Rodríguez, que salió del hospital Longone de la Universidad de Nueva York (NYU) en Brooklyn, el pasado fin de semana (8 de mayo), había sufrido dos preinfartos y dos derrames cerebrales, antes de ser contagiada, era una de las adultas mayores más vulnerables para ser atacada por COVID-19, pero logró sobrevivir.

Franqueada por su nieto Octavio Vargas Junior, quien es el mayordomo del hospital y aplaudida por médicos, enfermeras, técnicos, paramédicos y otro personal esencial de salud, la dominicana fue la paciente número 850 en ser dada de alta de ese centro asistencial tras salir de cuidados intensivos.

Y pudo estar con sus hijos, nietos y biznietos celebrando el día de las madres estadounidenses, el domingo 10 de mayo, enviando el mensaje de  que el hospital de NYU le salvó la vida, esperando que su caso les dé esperanzas a otros.

«Estoy muy feliz de verla irse a casa después de vencer al coronavirus», dijo Vargas.

“Este es un gran día para nuestra familia y nuestra comunidad en Brooklyn. Estamos muy contentos de tenerla en casa a tiempo para el Día de la Madre este fin de semana”, añadió Vargas Junior.

Rodríguez, que reside desde hace mucho tiempo en el vecindario Sunset Park en Brooklyn, agradeció a los médicos, enfermeras, amas de casa y trabajadores de la dieta que la visitaron y cuidaron todos los días durante su recuperación.

Añadió que nunca pensó que iba a mejorar tan rápido.

“Este hospital me salvó la vida. Estoy muy agradecida y espero que mi historia dé esperanza a otros”, dijo.

«La pandemia de COVID-19 ha sido un desafío monumental para todos en la atención de la salud», dijo el doctor Frank Volpicelli, jefe de medicina del hospital NYU Langone.

“Esta recuperación es solo un ejemplo de cómo nuestro equipo estuvo a la altura de las circunstancias y trabajó incansablemente para ayudar a 850 personas, y aún contando, a recuperarse de esta grave enfermedad y regresar a casa con sus familias. Este es un momento de orgullo para todos los héroes que trabajan aquí”, añadió el médico.

“Estoy muy agradecida y espero que mi historia dé esperanza a otros”, dijo Rodríguez.

“Como yo estaba no pensé que iba a mejorar tan rápido,” dijo la dominicana a reporteros de medios locales que cubrieron su salida del hospital.

Se contagió después que su hija Norma Collado, contrajo el letal virus y llegó al hospital con neumonía aguda en ambos pulmones.

La hija relató que le pidió a Dios que limpiara los pulmones de su madre, y le diera oxigeno porque su mamá no podía vivir sin aire y no iba poder regresar a la casa.

Recordando los sendos ataques del corazón y el cerebro, que superó con éxito, María estaba convencida de que no iba a salir viva del hospital. Fue entonces cuando pensó en el ataúd que quería.

«Le dije a mi hija que no comprara  caja (ataúd) cara y que tenía que ser fuerte”, relató.

Dijo que ya no estaba resistiendo lo que se estaba yendo del cuerpo.

Fue tratada con hidroxicloroquina, un medicamento usado en pacientes atacados por la Malaria y recomendado para combatir el COVID-19.

Ya en su casa, María pidió a la comunidad no tener pánico y buscar la ayuda necesaria y adecuada.

Exhortó a no pensar en lo negativo.

La hija dijo que si su madre con 87 años de edad, logró superar el coronavirus, muchas otras personas contagiadas, también pueden lograrlo.

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