Símbolo de lucha social y reconciliación etno-cultural en el continente americano y el Mundo
Por Araceli Aguilar Salgado
“La paz no puede existir sin justicia, la justicia no puede existir sin equidad, la equidad no puede existir sin desarrollo, el desarrollo no puede existir sin democracia, la democracia no puede existir sin el respeto a la identidad y el valor de las culturas y los pueblos”. Rigoberta Menchú
Rigoberta Menchú Tum nació el 9 de enero de 1959 en la Aldea Laj Chimel -San Miguel Uspantán, Quiché, Guatemala, en una numerosa familia campesina de la etnia maya-quiché, cuyos ancestros forjaron, entre los siglos III y XV, la esplendorosa civilización de los mayas, hija de Vicente Menchú Pérez y Juana Tum Kotoja, su madre era una indígena partera tradición pasada de generación en generación, realizada en zonas rurales donde no llegan los servicios médicos.
Su infancia y su juventud estuvieron Bajo el gobierno militar de Fernando Romeo Lucas García (1978-1982), varios miembros de su familia fueron torturados y asesinados por los militares o por la policía paralela de los «escuadrones de la muerte».
Desde pequeña marcada por la pobreza, la discriminación racial y la violenta represión con la que las clases dominantes guatemaltecas trataban de contener las aspiraciones de justicia social del campesinado, conoció las injusticias, discriminación y la explotación a la que son sometidos los indígenas de Guatemala, en la pobreza extrema, a los 5 años comenzó a trabajar en una finca de café, en condiciones tan pésimas que fueron la causa de la muerte de hermanos y amigos, así como de la represión de la que fue víctima su comunidad por parte de terratenientes y miembros del Ejército de Guatemala.
Posteriormente, en la adolescencia, trabajó durante dos años en la capital guatemalteca como empleada doméstica, y desde joven se involucró en las luchas reivindicativas de los pueblos indígenas y campesinos lo que le valió persecución política y el exilio, en 1978, bajo el gobierno militar de Fernando Romeo Lucas García (1978-1982), en 1979 fue miembro fundadora del CUC (Comité de Unidad Campesina) y de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) de la que formó parte de su dirección hasta 1992.
La guerra civil de Guatemala tuvo lugar entre 1962 y 1996, aunque la violencia estalló años antes, Rigoberta Menchú percibió que, en el intento de sofocar la rebelión, las dictaduras cometieron las más grandes atrocidades, se arrasaron aldeas, se asesinaron decenas de miles de campesinos, principalmente indígenas, centenas de sindicalistas y estudiantes, numerosos periodistas por dar a conocer la información, connotados intelectuales y políticos, religiosos y religiosas.
Miembros de su familia, incluida su madre, fueron torturados y asesinados por los militares o por la policía paralela de los escuadrones de la muerte, el 31 de enero de 1980, su padre Vicente Menchú y su primo Francisco Tum fueron 2 de las 37 personas entre las que se contaba el cónsul español Jaime Ruiz del Árbol que la Policía Nacional de Guatemala quemó vivas con fósforo blanco en la Masacre de la embajada española en la ciudad de Guatemala.
Uno de sus hermanos, con sólo dieciséis años, fue víctima de los terratenientes que empleaban escuadrones a sueldo para arrebatar las tierras a los indígenas; su padre, Vicente Menchú, murió con un grupo de treinta y ocho campesinos que se encerraron en la embajada de España en un acto de protesta, cuando la policía incendió el local quemando vivos a los que estaban en su interior (1980), posteriormente meses después, su madre fue secuestrada, torturada y asesinada por grupos paramilitares.
Mientras sus hermanos optaban por unirse a la guerrilla, Menchú inició una campaña pacífica de denuncia del régimen guatemalteco y de la sistemática violación de los derechos humanos que tenían de objeto a los campesinos indígenas; ella personificaba el sufrimiento de su pueblo con notable dignidad e inteligencia, añadiéndole la dimensión de denunciar la situación de la mujer indígena en Hispanoamérica.
Para escapar a la represión se exilió en México, donde publicó su autobiografía, en el libro Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Dicha publicación atrajo una gran atención internacionalmente y recorrió el mundo con su mensaje y consiguió ser escuchada en las Naciones Unidas,
En 1987 fue la narradora de una película llamada Cuando las Montañas Tiemblan. A través de los años se dio a conocer por liderar grupos que luchan por los derechos de los indígenas.
En 1988 regresó a Guatemala, protegida por su prestigio internacional, para continuar denunciando las injusticias.
En 1991 participó en la preparación de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas por parte de las Naciones Unidas.
En el Libro Guinness de los récords fue, en su momento, la ganadora más joven del Nobel y la primera indígena en ganarlo.
En 1992 fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz otorgado en reconocimiento a su lucha por la justicia social y reconciliación etno-cultural basado en el respeto a los derechos de los indígenas, coincidiendo con la celebración oficial del quinto centenario del descubrimiento de América, y con la declaración de 1992 como Año Internacional de los Pueblos Indígenas, con los recursos que recibió del galardón, estableció la fundación Rigoberta Menchú Tum, con sede en Guatemala; una filial en México, bajo la figura jurídica de Institución de Asistencia Privada (IAP) y otra en Nueva York, para apoyar las comunidades mayas y sobrevivientes de varios ataques durante el Conflicto Armado Interno.
En la lectura del premio, reivindicó los derechos históricos negados a los indígenas y denunció la persecución sufrida desde la llegada de los europeos, momento en que concluyó una civilización desarrollada en todos los ámbitos del conocimiento; reflejó la necesidad de la desmilitarización y la justicia social en Guatemala, así como el respeto por la naturaleza y la igualdad para las mujeres, Menchú se había opuesto por ignorar las dimensiones trágicas que aquel hecho tuvo para los indígenas americanos, su posición le permitió actuar como mediadora en el proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla en los años siguientes.
En 1998 estuvo galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, junto con Fatiha Boudiaf, Fatana Ishaq Gailani, Somaly Mam, Emma Bonino, Graça Machel y Olayinka Koso-Thomas por su trabajo, por separado, en defensa y dignificación de la mujer.
En 2006, fue embajadora de buena voluntad de la Unesco del gobierno de Óscar Berger.
Recibió el Premio Odebrecht en 2014.
Cuenta con 28 Doctorados Honoris Causa en Ciencias Sociales, Letras y Humanidades, por diversas universidades.
Después de analizar posibles opciones políticas, Rigoberta anunció su candidatura a la presidencia de Guatemala con el partido izquierdista Encuentro por Guatemala, en las elecciones de septiembre de 2007. Para ese proyecto se hizo necesario el pacto entre el partido indígena creado por Menchú y el EG, dirigido por la diputada y activista humanitaria Nineth Montenegro.
Menchú intentaba cumplir su ilusión de ser la primera mujer en presidir su país, la quinta indígena en América Latina después de los mexicanos Benito Juárez y Victoriano Huerta, el peruano Alejandro Toledo Manrique y el boliviano Evo Morales, y la decimoséptima premio Nobel en ocupar la presidencia de una nación, después del francés Léon Bourgeois, el sueco Hjalmar Branting, José Ramos-Horta, de Timor Oriental, el alemán Willy Brandt, el egipcio Anwar el-Sadat, los israelíes Menachem Begin y Shimon Peres, el costarricense Óscar Arias, el soviético Mijaíl Gorbachov, el polaco Lech Walesa, los sudafricanos Frederik de Klerk y Nelson Mandela, y los estadounidenses Woodrow Wilson, Theodore Roosevelt, James Carter y Barack Obama.
En septiembre de 2006, en los resultados de la primera vuelta electoral para candidatos a presidente y vice, Encuentro por Guatemala quedó séptimo, con el 3,09 % de los votos. Después, el pacto entre WINAQ y Encuentro por Guatemala se disolvió, siguiendo cada proyecto agendas individuales.
Sin embargo, la III Cumbre Indígena Mundial en marzo de 2007 decidió no apoyar las aspiraciones políticas de Menchú ya que algunos indígenas no se sentían representados por el proyecto.
El 7 de mayo de 2011, la alianza partidaria Frente Amplio Guatemala, integrada por el partido indígena WINAQ, la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), Alternativa Nueva Nación (ANN), y el comité preformación del Movimiento Nueva República (MNR) proclamaron a Menchú como candidata presidencial para las elecciones del 11 de septiembre de 2011 en Guatemala. Quedó en la sexta posición, con el 3,27 % de los votos válidos emitidos.
De igual manera Rigoberta Menchú Tum tiene en su haber la publicación de varios libros como ‘Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia’, libro testimonial publicado en 1983 que ha sido traducido a más de doce idiomas y ha merecido decenas de reconocimientos internacionales; el libro ‘La nieta de los Mayas’, publicado en el año 1998 y en los últimos años ha publicado los libros para niños como ‘Li Mi’n, una niña de Chimel’ y ‘El Vaso de Miel’.
Otra parte de su trayectoria es Fundadora y Presidenta Vitalicia de la Fundación Rigoberta Menchú Tum, Vice Presidenta de la Asociación «Menchú Tum, Hacia Una Cultura de Paz, A.C.» con sede en México, es miembro fundador de la Fundación PeaceJam, Miembro y cofundadora de la iniciativa Mujeres Premio Nobel de Paz, es investigadora Extraordinaria y Titular de la Cátedra Extraordinaria Rigoberta Menchú Tum, por parte de la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Como podemos ver a lo largo de su trayectoria de vida y lucha, Rigoberta Menchú también ha reivindicado las valiosas aportaciones culturales del pensamiento milenario de los pueblos indígenas. Menchú hace hincapié en la necesidad de buscar la unidad a través de la diversidad de pueblos, fortaleciendo así la solidaridad, la fraternidad y la reciprocidad para luchar contra la exclusión social y la discriminación.
Actualmente, Rigoberta Menchú lleva más de 41 años dedicada al trabajo por los mayas, y otras comunidades originarias americanas, dándoles apoyo, herramientas, voz y sigue luchando por promover el diálogo y la justicia social en la tierra que la vio nacer y persiste en la búsqueda de alternativas para reforzar la participación activa de los pueblos indígenas en la toma de decisiones sobre sus necesidades y sus derechos.
“La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz”. Rigoberta Menchú Tum
Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.
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