Fundador de la industria del taxi en Nueva York exhorta taxistas a vacunarse masivamente contra coronavirus para proteger sus vidas
NUEVA YORK._ El empresario fundador y uno de los fundadores de la industria del taxi organizada en Nueva York, Jaime Vargas, brokerage de seguros de vehículos y director de su propia escuela de choferes, Vargas Drive School en el Alto Manhattan, que sirve a los taxistas por décadas exhortó a los choferes a vacunarse masivamente contra el coronavirus (COVID-19) después de ser incluidos como parte de los sectores prioritarios para recibir las dosis en los centros abiertos por el estado y la ciudad.
Vargas, dijo que la mayor cantidad posible de taxistas deben vacunarse para proteger sus vidas del virus letal, recordando que unos 20 murieron en el pico de la pandemia, entre ellos cinco que eran clientes de su agencia.
El empresario que fue también presidente de la Asociación de Taxistas de Nueva York, la primera entidad en la que se organizaron los conductores de la industria en la ciudad, recordó que el alcalde Bill de Blasio y el gobernador Andrew Cuomo han autorizado que puedan ser vacunados en esta nueva etapa.
“Los taxistas obviamente son trabajadores esenciales en la línea del frente, y es muy importante que su rol en la pandemia en beneficio de nuestras comunidades haya sido reconocido por las autoridades”, añadió Vargas.
Explicó que de acuerdo a lo trazado por el gobernador Cuomo, no importa la edad que tenga un taxista para ser vacunado.
Llamó al alcalde para que agilice la vacunación de los taxistas siguiendo la línea del gobernador que dejó a opción de los alcaldes, el que se vacunen o no a los taxistas en las ciudades que dirigen.
La agencia de Vargas, “J&J Brokerage” situada en la avenida Saint Nicholas entre calles 174 y 175 en el Alto Manhattan, expresó que todos los taxistas deben aprovechar la oportunidad para no dejar de vacunarse.
“Las vacunas están demostrando su efectividad, porque quien está vacunado tiene menos posibilidad o riesgo de ser contagiado”, dijo.
Señaló que las vidas de los taxistas de Nueva York, especialmente los liveries que sirven a las comunidades más pobres, son muy valiosas por lo que deben ser preservadas.
