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ADN del PRM

"Esas divisiones le costó la confianza del pueblo dominicano por catorce años y la muerte de su líder José Francisco Peña Gómez".
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Por Ovany Michel

(Autor es Abogado y Periodista)

Desde la dictadura militar de Rafael Leónidas Trujillo Molina, se fue gestando una organización política que aglutinara todo el exilio de dominicanos en las Américas, es por ello que reunidos en Cuba la crema de los exiliados, gente muy ilustrada fundan el Partido Revolucionario Dominicano, el partido de la tea, símbolo de la revolución cubana, que la implementó el generalísimo Máximo Gómez.

Desde ese inicio empezaron las pugnas en el exterior apenas fundado, entre Juan Bosch y Juan Isidro Jiménez Grullón, y así es que empieza la estrambótica historia del partido que en sus años de gloria fue uno de los que más aportó a la democracia Dominicana, y el mismo que se dividió en cuanto a pedazos quisieron sus líderes desde su prehistoria hasta nuestros días.

La historia es muy larga para entender el ADN del PRM y para donde va, solo mostraremos hechos históricos que demuestran su fisonomía y parte de su espíritu para que entendamos a que nos enfrentamos con su devenir histórico y la conformación de sus dirigentes.

Superados los cismas de Juan Bosch y Juan Isidro Jiménez Grullón, llega del exilio dicho partido de la mano de Ángel Miolan, Ramón Castillo y otros, los cuales emprenden una titánica labor de promoción del partido revolucionario dominicano y van a san José de Ocoa y fundan el primer comité de dicho partido revolucionario dominicano en 1961, ya a la espera de Juan Bosch quien era el líder indiscutible de ese partido.

La primera división en el país se da entre Ángel Miolan Juan Bosch y Ramón Castillo quienes salen del llamado PRD para apoyar a Balaguer, ya para 1973 el propio Juan Bosch abandonaría al PRD para fundar un nuevo partido. Ya cinco años más tarde para 1978 el PRD llega al poder de la mano de José Francisco Peña Gómez llevando como presidente a Antonio Guzmán Fernández, quien tuvo la más férrea oposición del propio partido encabezada la misma por el grupo de Salvador Jorge Blanco.

Ya para 1982, gana Jorge Blanco la presidencia y el ex vicepresidente y presidente Jacobo Magluta, es quien empieza hacer oposición a su propio partido de la misma manera que Salvador Jorge Blanco lo hizo con su predecesor, con rebatiñas internas, embestida fratricidas, que llevó al mismo presidente Jorge Blanco a traicionar a su partido y permitir que declararán ganador al contrario porque para el, lo veía como una amenaza mayor que el adversario de siempre el Dr. Joaquín Balaguer, así retorna al poder y la historia de Jorge Blanco, al zafacón de la historia, perseguido y preso.

Esas divisiones le costó la confianza del pueblo dominicano por catorce años y la muerte de su líder José Francisco Peña Gómez, el cual en esos años se convirtió en el bombero, apagaba todos los asomos de división y mantenía cohesionada la tropa del partido del jacho, el cual siempre botaba humo y se mantenían ardiendo para futuras divisiones.

En el año 1998 llega al poder legislativo el PRD con una abrumadora mayoría de diputados y senadores de igual manera gana las más importantes alcaldías del país, ya para el año 2000 con Hipólito Mejía y Milagros Ortiz Bosch, el PRD hace historia y gana la presidencia del país, al estilo Balaguer con todos los poderes del estado en sus manos.

Desde el 2001, comenzaron los discursos de algunos dirigentes del PRD, que buscaban reelección, cosa que se consuma en el año 2002, con una modificación constitucional que sólo revisó el cambio del modelo no reelección por el modelo norteamericano dos períodos consecutivos y nunca jamás.

Esto selló la división entre Hatuey Decamps y el presidente del país, Hipólito Mejía, quienes dividieron al PRD nuevamente estando en el poder y al igual que en el año 1986 lo sacó del poder esta vez por siempre ya que esas siglas no han llegado más al poder ejecutivo más que como bisagra del PLD en las elecciones malogradas por el presidente de la junta Rosario Márquez.

En el año 2012, sucede lo inédito pero no inesperado viniendo del PRD, se divide de manera indeleble justo antes de las elecciones esta vez otra vez Hipólito Mejía, pero ahora lo hace con el presidente de dicho partido el comerciante y negociante de la política el Ing. Miguel Vargas Maldonado, quien junto con una parte importante de sus seguidores arrean los bueyes en sentido contrario.

Esto, más las metidas de lengua del candidato Hipólito Mejía, más la inversión del presupuesto nacional realizado por Leonel Fernández a favor del candidato del PLD, Danilo Medina hicieron que zozobrara el proyecto llegó papá, igualmente, el control casi absoluto del PLD en las altas cortes y la JCE, que previamente se habían repartido entre Miguel Vargas Maldonado y Leonel Fernández, con amparo de la Constitución del año 2010.

Pasadas esas elecciones presidenciales, gana Danilo Medina y el PRD comienza a reproducir su ADN, la división entre los líderes de ese partido Hipólito Mejía y los que creyeron que Miguel Vargas jugó en contra de su partido, ya para el 2014 se habían repartido las sillas en un encuentro del Comité ejecutivo nacional, un intento de asalto al local de la Jiménez Moya, le daría a Miguel Vargas las estructuras partidaria de ese monstro blanco, amparado esta vez, por quien había ayudado a ganar en el 2012, así el TSE del PLD con Mariano Rodríguez a la cabeza acompañado de dirigentes del PLD le dan ganancia de causa a Miguel Vargas Maldonado, favoreciéndolo de manera descarada y emitiendo sentencias al margen de la legalidad.

Con ese recuento del ADN del PRM, inicia en el año 2015 la historia del partido del dedo pulgar, símbolo popular perremeísta, pero no registrado como tal. Se le ha olvidado a muchos que quién impidió en ese año que el partido revolucionario mayoritario fuera debidamente acreditado en la junta fue Rosario Márquez, el mismo que hoy se pinta como el gran demócrata, y que tiene pendiente con la patria los escaners, los mismos del tollo del 2016.

En ese año los seguidores de Hipólito Mejía y Luis Abinader tuvieron que cambiar de casa y lo tuvieron que hacer desde la plataforma del partido alianza social Dominicana, partido que fue de Juan Isidro Jiménez Grullón, vinculado desde siempre a la familia Abinader, es así como comienza la disputa del voto entre PRD, PRM, siendo vencedor el PRM quien alcanza un segundo lugar mientras el PRD apenas más de 5% de los votos mal contados de esas elecciones.

Gana Danilo Medina su reelección y el PRD con él, la cancillería y algunos puestos más del botín, mientras el PRM enarbola la bandera de la unidad partidaria, la lucha contra la corrupción y se pone al frente de las luchas sociales, unido y fuerte va a unas primarias donde sale sin objeciones Luis Abinader derrotando a llegó papá mientras el PLD con el Penco (Gonzalo Castillo) y Leonel Fernández, se dividen.

El resultado, gana tras cinco años de fundado el PRM, con una inmensa mayoría de los que antes fueron perredeístas, Senado, Diputados y la Presidencia, todos los poderes legislativo y ejecutivo con Luis Abinader, quien con lo esencial, transparencia y cero impunidad, el pueblo le compró esperanza.

Luego de siete meses de gestión empieza a salir el ADN de la división, la diatriba, la mal querencia política, fruto de la pandemia por un lado y el manejo torpe por el otro de la comunicación entre los funcionarios del presidente Luis Abinader con los dirigentes del partido, situación que tiene al presidente y al gobierno en una situación de bombardeo constante desde diferentes frentes y provincias del país por empleos, ya esto, ha pasado a ser un frente de oposición interna al propio gobierno que todavía por miopía política, no ve, que se le puede poner difícil y malograr su gestión por la deserción de su base de sustentación, la que está desmotivada por ver las mismas cosas de siempre en las instituciones, más que los funcionarios en una mayoría aplastante no cogen llamadas, no devuelven mensajes, simplemente van a programas de radio y televisión, siendo ese el único medio o canal de comunicación entre los dirigentes y los funcionarios del gobierno de Luis Abinader.

La división, en al ADN de este partido, no es un fantasma, es una realidad que veremos, si ya aprendieron la historia de su padre el PRD, o si están condenados a repetirla por los mismos errores o por otros mayores.

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