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Sucesión Severino: Mata Palacio Vive!

"La Sucesión Severino es una unidad familiar que reclama por la vía de derecho, una herencia dejada por su antecesor Don Tomás Severino Vázquez".
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Por Jesús Belén de la Cruz

El Distrito Municipal de Mata Palacio tiene su historia, todavía vive, a pesar de la espantosa miseria en que subyacen sus habitantes. Es una comunidad perteneciente a la provincia Hato Mayor del Rey, expresión visible del olvido y la desolación colectiva. Aun así, la esperanza y los deseos de superación de su gente permanecen latentes.

Por sus calles polvorientas se observan hombres que caminan pisando la amargura de sus cuerpos desvalidos, maltratados por la explotación inmisericorde de empresarios crueles y funcionarios públicos complacientes con las malas prácticas de la corrupción y la explotación propia del feudalismo empresarial de estos tiempos, según publicó el autor en el periódico dominicano, Gobernanzasdigital.

Lugar donde las mujeres trabajan la tierra, cuidan de sus hijos y acompañan a sus maridos en el terrible trajinar del día a día sin descanso. Igual viacrucis pasan los niños, quienes se las pasan distrayéndose entre el hambre y cualquier juguete hecho de los mismos residuos que le proporciona su indeseable hábitat. Sabiendo que a futuro les cambiarán los libros y cuadernos por el hacha y el machete.

Entre ese claro-oscuro panorama nace y se desarrolla la Sucesión Severino, continuadores jurídicos de Don Tomás Severino. Estas familias disponen de una inmensa cantidad de tierras dejadas en herencia por sus antecesores. Como el derecho de propiedad no perime, estos poseen todos sus registros de compras por décadas y han ganado tres sentencias emanadas de la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Superior de Tierras del Este y el Tribunal Constitucional.

La Sucesión Severino es una unidad familiar que reclama por la vía de derecho, una herencia dejada por su antecesor Don Tomás Severino Vázquez. El colectivo está amparado en las leyes inmobiliarias de la República Dominicana, basado en el principio IV de la Ley 108-05, que sustenta que “el Derecho Registrado es imprescriptible y goza de la protección y garantía absoluta del Estado”.

El Consejo Estatal del Azúcar (CEA), ha sido evidenciado por la Suprema Corte de Justicia como una institución que se ha apoderado de miles de tareas de tierras ajenas de manera fraudulenta; así quedó demostrado en la Sentencia #135-19, donde la Sucesión Severino obtuvo ganancia de causa, quedando como los únicos propietarios de 11,100 tareas de tierras que el CEA les había sustraído en violación a las leyes inmobiliarias del país.

En perjuicio de los humildes y maltratados ciudadanos residentes en esas localidades de la región Este del país, allí se produce lo que se puede definir como un entramado societario entre el emporio empresarial privado denominado Grupo Inicia (familia Vicini), el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), miembros corruptos de la Policía Nacional, fiscales complacientes con el poder del dinero y hacendados poderosos de San Pedro de Macorís y Hato Mayor del Rey.

La familia Vicini, ahora grupo INICIA, a través de sus empresas Putney Management Capital y La Finca Unidad, se han apoderado de más de 3,000 tareas de tierra de la Sucesión Severino, mediante contratos fraudulentos. Aunque la sentencia de la SCJ les ordena devolver los terrenos a sus propietarios, estos se resisten y usan su poder económico contra esta humilde familia, para lo que han tenido como socios y aliados a funcionarios corruptos y serviles del Consejo Estatal del Azúcar (CEA).

En aquella apartada localidad existe un personaje conocido como el soldado del mal, coronel (r) Ramón Antonio Bautista Calderón, actual jefe de seguridad de la empresa La Finca Unidad, propiedad de la familia Vicini, quien actuando siempre como verdugo a favor de sus amos se pasea por doquier rodeado de hombres fuertemente armados.

El hostigamiento, el acoso policial, los apresamientos e intento de homicidio han sido sus modus operandi, así lo demuestra la persecución, con orden de darle muerte, al secretario general de la Sucesión Severino, Roberto Reyes Severino, quien hace unos meses pudo salvar su vida encondiéndose entre unos matorrales, todo esto ante la mirada indiferente y la complicidad de las autoridades policiales provinciales.

Los residentes en los bateyes El Bejucal, La Plaza, Casa Colorada, El Botecito, Monte Coca, Doña Ana, Don López, Barrancón, Amistades, Tabacón y El Salto, entre otros, se quejan de que la familia Vicini no cumple con su responsabilidad social, dicen que luego de extraerles todo el jugo a su fuerza laboral, los dejan al abandono en esos bateyes, donde más que poblaciones humanas, parecen cementerios de hombres vivos.

Para hacer valer sus derechos de propiedad, amparados en varias sentencias a su favor, la Sucesión Severino se ha visto precisada a realizar un periplo de visitas y denuncias nacionales e internacionales, apelando a la sensibilidad de diversas entidades para condenar la violación de sus derechos registrados por décadas. Para tales fines, una selecta comitiva de familiares representantes de ultramar visitó diversos organismos de la Organización de las Naciones Unidas, donde expresaron sus quejas bajo una denuncia formal.

La comitiva del colectivo familiar estuvo integrada por el Dr. Juan Belén, secretario de Asuntos Internacionales; Francia Villanueva Severino, vicepresidenta; Ana Luisa Garrido, Providencia Garrido y Maria Garrido, delegadas de ultramar de la Sucesión Severino. Junto a la denuncia de violación de derechos y abuso de poder, la Sucesión Severino hizo entrega de un documental videográfico que narra las vicisitudes que atraviesan los campos donde la familia Vicini realizan la siembra y corte de caña de azúcar.

La Sucesión Severino continúa su lucha para recuperar todas sus propiedades dejadas en herencia por Don Tomás Severino Vázquez. Dicen alcanzarán a mejorar las condiciones de vida de miles de familias pobres, poseedores de una inmensa riqueza que en la actualidad está en manos públicas y privadas en violación a las leyes del país y a los derechos individuales de esas personas. Estos sucesores se mantienen amparados en la Esperanza, la Transparencia y la Unidad Familiar.

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