Científicos dicen que hay una bomba de tiempo geológica escondida bajo Alaska
En los remotos confines de Alaska, los científicos han perforado un túnel en las profundidades de la tundra, y han revelado algo espantoso. Sin embargo, en este preciso momento, el increíble peligro que les rodea está sellado por el permafrost. Sin embargo, eso no ofrece mucho consuelo a los científicos. ¿Por qué? Porque saben que el suelo congelado está empezando a derretirse. Y cuando el permafrost se derrita desencadenará una bomba de relojería que podría tener consecuencias aterradoras para la humanidad…
Los expertos conocían el peligro, por supuesto. Alaska siempre ha sido un lugar salvaje y hermoso, pero un preocupante secreto ha permanecido enterrado durante miles de años en este impresionante paisaje de hielo y nieve. Y aunque la vida ha cambiado poco a lo largo de los siglos aquí, este secreto tiene el potencial de causar estragos en la Tierra tal y como la conocemos hoy.
Pero, ¿qué podría ser esta bomba de relojería bajo la naturaleza de Alaska? Pues bien, en las afueras de Fairbanks -la segunda ciudad más grande del estado- los científicos han hecho algunas revelaciones inquietantes. En la década de 1960, investigadores del ejército estadounidense decidieron excavar un túnel cerca de Fairbanks. Y allí descubrieron mucho más de lo que esperaban.
Al parecer, el objetivo de los militares era estudiar el fenómeno natural conocido como permafrost. ¿Qué es el permafrost? Se trata de un término que engloba el tipo de suelo congelado que cubre alrededor del 85% de todo el estado. Básicamente, es un suelo que se ha congelado. ¿Y por qué es importante? Según los científicos, el permafrost afecta a alrededor del 25 por ciento del hemisferio norte.
Formado por sustancias como la grava, la arena y la tierra, el permafrost se produce normalmente cuando el suelo permanece a temperaturas de congelación durante más de un par de años. Y el permafrost no sólo aparece en la tierra, sino que también puede encontrarse bajo las profundidades de los océanos de nuestro planeta. Y es ahí donde puede causar más daños.