A medida que la ómicron se propaga y los casos se disparan, los no vacunados continúan con su actitud desafiante
CLEVELAND— Debido a una nueva variante del coronavirus que se está propagando rápidamente por todo el país, los hospitales de Ohio que se están quedando sin suficientes camas y personal publicaron hace pocos días un anuncio de página completa en un periódico en el que le rogaban a los estadounidenses no vacunados que se vacunaran. Decía, simplemente: “Ayuda”.
Pero en un café de los suburbios de Ohio, Jackie Rogers, una contadora de 58 años, ofreció una respuesta igual de concisa en nombre de los Estados Unidos no vacunados: “Jamás”.
En el año que ha pasado desde que comenzaron a aplicarse las primeras inyecciones, la oposición a las vacunas pasó del escepticismo y la cautela a algo parecido a un artículo de fe para los aproximadamente 39 millones de adultos estadounidenses que aún no han recibido ni una sola dosis.
Ahora, los expertos en salud afirman que cerca del 15 por ciento de la población adulta que tercamente sigue sin vacunarse tiene el mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave y morir por la variante ómicron, además de saturar los hospitales que ya están repletos de pacientes con COVID-19. En Cleveland, donde los casos de ómicron están aumentando, una unidad médica de la Clínica Cleveland que brinda soporte vital a los pacientes más enfermos ya está repleta.
Para agravar el problema, el ritmo de la aplicación de primeras vacunas parece haberse estancado este mes, incluso ante el afianzamiento de la ómicron, y el número de niños que se vacunan y de adultos elegibles que reciben dosis de refuerzo es más bajo de lo que algunos expertos en salud esperaban. Alrededor del 20 por ciento de los niños entre 5 y 11 años han recibido una dosis de la vacuna. Solo alrededor de 1 de cada 3 estadounidenses completamente vacunados se han aplicado una dosis de refuerzo.
Todavía es muy pronto como para saber si el incremento de las infecciones por la variante ómicron en Nueva York, el resto del noreste y el medio oeste del país producirá un aumento en las hospitalizaciones y muertes. Los estudios preliminares sugieren que la nueva variante podría causar una enfermedad menos grave que la de las variantes anteriores.