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Abren campaña por libertad de dominicano condenado a dos cadenas perpetuas que alega inocencia

El caso de Reynoso, quien cometió el error de no sellar su pasaporte legalmente en la República Dominicana, cuando viajó, llevó al jurado y al juez a considerarlo un “mentiroso”, para condenarlo.
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Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ Una campaña en las redes sociales pidiendo la liberación del dominicano Pedro Juan Reynoso, condenado a dos cadenas perpetuas consecutivas, por los asesinatos de dos hombres vinculados al narcotráfico el 23 de julio de 1991 en Filadelfia, fue abierta en las redes sociales con una de sus páginas principales en twitter – Free Pedro Juan Reynoso – que cuenta con la participación del Proyecto Inocencia (Innocense Project), reputados abogados, ex fiscales, criminalistas y activistas por la justicia.
Reynoso, fue sentenciado a los dos condenas de por vida, en base a falsos testimonios de testigos manipulados por la policía y los fiscales, pero él se encontraba en la fecha de los homicidios en Santo Domingo, asistiendo al bautizo de una hija de 5 años de edad.
A pesar de que los testigos se retractaron y admitieron que fueron amenazados por los detectives para declarar contra Reynoso, y el sacerdote que bautizó a la entonces, además de la esposa, otros familiares y amigos, testificaron en su favor, los jurados decidieron declararlo culpable.
El caso de Reynoso, quien cometió el error de no sellar su pasaporte legalmente en la República Dominicana, cuando viajó, llevó al jurado y al juez a considerarlo un “mentiroso”, para condenarlo.
Y como también se la acusó de narcotraficante en las calles de Filadelfia, esa imputación tampoco le favoreció.
Pero todas las evidencias que lo favorecen y que forman parte de la moción de los abogados del Proyecto Inocencia para que un juez las revise y anule el veredicto, poniéndolo en libertad, no han sido evaluadas todavía.
Familiares de Reynoso, dijeron ayer domingo que esperan que en las próximas semanas el caso pueda ser reabierto.
La petición también es apoyada por el consulado general dominicano en Nueva York, que por disposición del cónsul Carlos Castillo, puso su equipo legal a trabajar en el caso de Reynoso, que incluyó visitas a la cárcel donde purga las condenas.
En un reportaje publicado por el periódico Philadelphia Inquirer, los testigos y parientes de Reynoso, ratificaron sus declaraciones a la periodista Samantha Melamed, que los ubicó, incluyendo a una hermana de una de las víctimas, que desvincula al dominicano de los asesinatos.
En el reportaje titulado “Ella dice que sabe quién mató a su hermano, pero nadie escuchará”, la señora Marisol Colón Torres, le dijo a la periodista que ella estaba en su casa en el norte de Filadelfia, cuando ocurrieron los homicidios y cuando “Chuito”, un reconocido narcotraficante dominicano fue a buscar a su hermano Carlos Colón Torres.
La hermana relató que “Chuito estaba enojado, y Colón Torres dijo que ya sabía que era peligroso. Se dirigió a un punto de drogas a unas pocas puertas de su casa en la cuadra 3000 de la calle North Darien, y una vez, cuando la contrató para limpiar otra casa de su propiedad, se volvió agresivo con ella sexualmente. En otra ocasión, cuando su esposo le robó, dijo, Chuito lo sostuvo bajo una ducha caliente para darle una lección”.
Entonces, recordó, que dobló la esquina para esperar a su hermano, para hasta que saliera de su auto y le advirtió que no fuera a la cuadra ese día.
Mientras estaba sentada en una escalinata esperando, sus hijos, los niños corrieron.
“Nunca olvidaré sus caras, nunca”, dijo la testigo. “Mis hijos corrieron hacia mí y me dijeron: ¡tío, tío, algo le pasó a tío!”.
Ella corrió de vuelta a la cuadra, donde, dijo, encontró a su hermano y al pasajero, un adolescente de 17 años llamado Charles Rivera, que había recibido un disparo.
Rivera ya estaba muerto. Torres Colón recuerda que estaba frenéticamente tratando de empujar a su hermano al auto para que pudiera ponerse detrás del volante y llevarlo al hospital. En cambio, la policía vino y lo arrojó a la parte trasera del patrullero. Ella lo siguió y recibió la noticia en el hospital Temple University. Ella recuerda que perdió sus zapatos en algún lugar del camino, que estaba descalza en el suelo de baldosas frías cuando su hermano fue declarado muerto.
“Cuando regreso, Chuito está en la casa con una pistola en la mano. Le dije: ¿estás listo para matarme también?, hazlo. Él dijo: te hice un favor. Dije: “será mejor que me mates también, porque me aseguraré de que estés encerrado”. Y él dijo: “lo que sea. Se metió en el automóvil que conducía para matar a mi hermano y se fue”.
Después de eso, dijo, su enojo superó su miedo y le dijo a la policía lo que sabía.
Chuito no estaría encerrado. En cambio, durante las últimas dos décadas, otro hombre ha sido encarcelado por el asesinato.
Colón Torres dijo que el hombre, Pedro Reynoso, no había sido visto en el vecindario desde unas semanas antes del incidente. De hecho, 10 testigos de coartada, incluido un sacerdote, todos afirmaron que estaba en la República Dominicana.
“Hemos tenido miembros del consulado llamándonos sobre este caso, diciendo que también creen que estaba en la República Dominicana en el momento del asesinato”, dijo Marissa Boyers Bluestine, directora ejecutiva del Pennsylvania Innocence Project (Proyecto Inocencia de Pensilvania). “Eso está muy bien, en cuanto a coartadas”.
En abril, un juez federal rechazó una petición de hábeas corpus de Reynoso, el último esfuerzo en una lucha de dos décadas por su absolución.
Incluso la declaración jurada de Colón Torres en 2011, en apoyo de Reynoso, no ayudó. “Tal declaración jurada tardía no tiene un gran peso”, escribió en su informe la jueza magistrada estadounidense Lynne Sitarski. Ella encontró la declaración “ni exculpatoria ni creíble”.

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