Al final  2023 se cumplen 23 años de continuo endeudamiento y holocausto económico del pueblo dominicano

Nueva York: Como si fuera un designio, una premonición o un ininterrumpido derrotero de la economía dominicana, dentro de 7 días se cumplen 23 años que se inició un período que ya no tendría regreso en el infortunio económico de la República Dominicana. Fue un lúgubre período iniciado con el cuatreño de gobierno de Hipólito Mejía en (2000-2004) en el que, según el propio Banco Central de la República,  el endeudamiento público  aumentó de US$ 3,243.5 millones a US$6,585 millones, marcando un promedio anual de US$835.3.

Luego, en 2004 regresa Leonel Fernández al poder y tan solo en ocho años       (2004-2012) aumentó la deuda pública de US$6,585 millones a US$19,463.3 millones, para un promedio anual de US$1,609.7.3 millones.

En 2012 arriba al poder el presidente Danilo Medina por un período de 8 años (2012-2020) y arrastró la deuda pública de US$19,463.3 millones a US$44,622.3 millones  para un promedio anual de US$3,144.8 millones.

Por último, en 2020 llega el presidente Luis Abinader al poder (2020-2024) en solo dos años (2021 y 2022) aumentó la deuda pública de US$44,622.3 millones  a US$51,854.5 millones, para un aumento anual de US$3,616.1 millones. Al cierre (14-diciembre-2023).La Deuda del sector público no financiero representa el 45.8% del PIB. El saldo de la deuda externa e interna del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$55,017.9 millones, representando el 45.8% del Producto Interno Bruto (PIB) estimado del país.

Para ser bruto no hay que estudiar

No se necesita ser graduado de Harvard para predecir hacia dónde los políticos están llevando nuestro país. Y detrás de todos los presidentes, se podría decir que desde los gobiernos de Joaquín Balaguer hay una mente maestra, el mago de la “economía dominicana”, mejor conocido como Héctor Valdez Albizu, Gobernador del Banco Central. El 4 de enero de 1993 fue designado Administrador General del Banco de Reservas, cargo que ocupó hasta el 31 de agosto de 1994, cuando fue designado Gobernador del Banco Central de la República Dominicana y presidente de la Junta Monetaria. En esta posición fue confirmado en agosto de 1996 hasta el 16 de agosto de 2000. Nuevamente, en 2004, 2006, 2008, 2010, 2012, 2014, 2016, 2018, 2020 y 2022 ha sido ratificado como Gobernador del Banco Central de la República Dominicana, siendo confirmado por novena vez consecutiva en el mismo cargo y brindando sus servicios a 4 presidentes que han usado la misma fórmula de endeudamiento del país.

El bacanal de préstamos está hundiendo el país en una insoportable situación. Parece que la misión de cada nuevo presidente es aumentar la deuda del sector público no financiero (SPNF) más que su antecesor. Es como una mula loca, ciega y además coja. Cogen préstamos no solo para cubrir el déficit fiscal presupuestario, sino que ya los cogen para pagar vencimientos del propio endeudamiento. Cada uno viene y endeuda el país mucho más que su antecesor. Cada gobierno aumenta los gastos públicos para sostener el “sobre costo de la corrupción administrativa y clientelismo”, financiación de costosas campañas  políticas, etc. Etc.

Los gobiernos dominicanos han malgastado anualmente recursos equivalentes al 2.5% de su PIB a pesar de ser el tercer país de la región con la inversión social más baja, solo por detrás de Haití y Guatemala, según un informe de OXFAM. En vez de bajar el gasto público, los gobiernos lo han aumentado con el incremento del clientelismo,  las botellas, viáticos lujosos para funcionarios gubernamentales y la corrupción administrativa.

Según OXFAM, han creado cientos de entidades parasitarias con funciones duplicadas solo en la implementación de esta práctica se pierde el 0.65% del PIB cada año. Por ejemplo, el presidente Luis Abinader eliminó el despacho de la primera dama, que manejó el 0.24% del PIB. En la eliminación de los consejos y comisiones que sobran, el estado dominicano podría ahorrarse el 0.4% del PIB. Aparte del Despacho de la primera dama, existen más de 53 en el estado. El 45% funciona con recursos asignados a través de la Presidencia.

El modelo económico que los políticos dominicanos han diseñado e implementado ha fracasado. El sistema partidista de ese país está agotando la última parada de su tren, antes de recibir el repudio colectivo de una sociedad que cada día se inserta más en la globalización de la información.

Pronto le empezaré a explicar de la “primavera latinoamericana”, que promete arrasar con el viejo sistema de corrupción y a atraso para un nuevo despertar del bienestar colectivo de los pueblos de Las Américas. Estén atentos.