Al Pacino rememoró el instante en que Adam Sandler lo rescató de la insolvencia.
Durante una trayectoria que va más allá de las cinco décadas, Al Pacino experimentó épocas de gran éxito y otras en las que el triunfo le parecía esquivo. En su reciente autobiografía, Sonny Boy, el personaje principal de Serpico, realiza diversos balances y utiliza un capítulo para hacer un mea culpa por la incorrecta gestión de su patrimonio, e incluso reveló un instante en el que se encontraba en bancarrota.
En una sección del libro, Al Pacino sostiene que solo obtuvo US$35.000 por El Padrino (un monto significativo considerando que no era reconocido), pero que no le bastó para abonar a sus agentes, quienes recibían sus ingresos a partir del sueldo del film. Y posteriormente, él afirmó que durante la década de los 80, su economía no se mejoró: “Mantenía un estilo de vida extremadamente activo. Poseía una vivienda rural, a la que no deseaba abandonar, pero estaba invirtiendo en lugar de producir ganancias. Mi equipaje era considerable pero traía poco. Podría afirmar que se beneficiaron de mí o responsabilizar a mis contadores. Podría responsabilizar a mi jefe, o a mí mismo, y en ese punto debería asumir la responsabilidad de mis elecciones (…). No comprendía el funcionamiento del dinero, ni tampoco una carrera. Solo, era una lengua que no hablaba.
En un escenario económico extremadamente adverso, Al Pacino no vaciló un momento cuando Francis Ford Coppola lo convocó para la tercera película de El Padrino, y aclaró: “La elección no pudo ser más sencilla. Estoy en deuda. Francis se encontraba en quiebra. Nos requería una rebanada de dinero ambos. Una vez más, Pacino amasó una riqueza, pero su modo de vida llevó a que su patrimonio alcanzara casi los US$50 millones. Dieciséis vehículos, 23 teléfonos móviles y un masajeador que le cobraba US$400.000 al año, constituían ese conjunto de costos que volvieron al actor a una condición económica desfavorable.
Al inicio del siglo XXI, Pacino se enfocaba en encontrar nuevos proyectos que le proporcionaran un ingreso significativo, a pesar de que muchos de estos no le resultaran atractivos. En relación a esto, él afirmó: “Jack y Jill fue la primera cinta que hice, tras perder todo mi capital. Para ser honestos, la hice ya que no tenía más a qué dedicarme. Adam Sandler me quería en ese lugar y me abonó una gran suma de dinero por aquel trabajo. “Lo amo a Adam, es una persona extraordinaria con la que colaborar y se transformó en un amigo muy apreciado”.
Finalmente, admitió que Scarface es el film que todavía le representa una importante fuente de ingresos, y reveló: “Hoy en día, es el título más relevante en el que he trabajado. Sus beneficios todavía me sostienen. “Podría sobrevivir a partir de esa película, ya lo sabes, si se comportara como un individuo normal”.
Su persistente memoria del covid-19
En 2020, durante la pandemia, Al Pacino contrajo el virus del Covid y prácticamente falleció, aunque nunca había hecho referencia a ello. Durante una entrevista hecha por The New York Times, el periodista le preguntó: “Casi morís”, y Pacino contestó: “Sí, me informaron que mi pulso había desaparecido”. Así sucedió: estás aquí, ya no estás. Creí: ‘Ni siquiera posees tus memorias. No posees nada’. Lo sucedido fue que me sentí mal, de manera inusual. Después experimenté fiebre, estaba deshidratándome y todo eso. Así conseguí una enfermera para mantenerme hidratado. Se encontraba sentado en mi hogar y de repente, ya no estaba. De manera tan veloz. No contaba con pulso. En pocos minutos, estaban ahí: la ambulancia justo delante de mi casa. En esa sala de estar había seis paramédicos y dos médicos, todos con atuendos que parecían provenir del espacio exterior o algo similar. Fue algo asombroso abrir los ojos y observarlo. Todos se encontraban a mi lado y gritaban: “Regresó. “Está aquí”.
El laureado del Oscar por el perfume de mujer también confesó que en lo que pensaba que eran sus instantes finales no experimentó la muerte: “No percibí una luz blanca ni nada similar. “No existe nada allí”. De acuerdo con su declaración en otra entrevista a la revista People, la experiencia tampoco modificó su forma de vida: “En absoluto”, asegura. Dice que tener hijos es un alivio después de la muerte, junto a su galardonada obra cinematográfica, que se extiende por décadas. Al Pacino ha tenido cuatro hijos: dos con la actriz Beverly D’Angelo, una con la entrenadora de actuación Jan Tarrant y uno más que nació el año pasado con la escritora Noor Alfallah, quien es su actual pareja.