Algunos aspectos que los políticos no toman en cuenta en sus campañas
Ahora que formalmente inicia la precampaña, nosotros los observadores, nos divertimos al analizar las cosas que se ven y las que no se ven en los aprestos de los aspirantes a obtener una posición de tipo electivo.
Puede decirse que el tráfago de ideas, planteamientos y estrategias son ilimitadas, pero pocas resultan efectivas. Igualmente, uno de los grandes errores que comenten nuestros políticos es la falsa concepción de la todología; en este criterio ellos son los discursistas, los escritores, los estrategas, los armadores del aparato partidario, etc…
Ahí estriba el problema. Un político exitoso por lo común está rodeado de un equipo bien preparado, con elementos intelectuales para cada sección que amerite atención especial.
Algunos aspectos a considerar
La estrategia es el factor clave. Una buena estrategia, aun con una campaña mediocre es mejor que una campaña extraordinaria con una estrategia mediocre.
Muchos políticos y gente, elector, piensa y asume como verdadero el efecto del “voto al ganador” el cual no es del todo cierto.
La tesis universalmente aceptada de que mucha gente vota al presunto ganador de unas elecciones por estar con quien gana, es falsa. Muchas campañas están dedicadas exclusivamente a demostrar que el candidato ganador es el suyo, para ello filtran encuestas a la prensa demostrando que su candidato va por delante de los demás, aun esto siendo falso, con el objetivo de que los electores se movilicen para estar con el ganador.
De hecho, ocurre lo contrario. Los seguidores de un candidato que no tiene la victoria asegurada suelen trabajar más, mientras que los seguidores del candidato que tiene las elecciones ganadas tienden a confiarse y se movilizan menos.
¿La cantidad de gente en los actos es importante?
Presentar mucha gente en los mítines o actos proselitistas tiene poco que ver con el voto real.
No quien moviliza mejor a sus seguidores tiene garantía de obtener más votos, tiene garantías el que moviliza la gente el día de las elecciones.
¿Y las encuestas?
Las encuestas son sustanciales, pero la mayoría de los políticos se deja engañar de las mismas.
La única razón práctica para hacer una encuesta es obtener información que ayude a ganar las elecciones. Si la encuesta no va a hacerlo, es mejor gastar el dinero en otra cosa.
El miedo al talento
Muchos de nuestros políticos le temen al talento humano, quizás por envidia o por sombras autoimpuestas.
Hay que utilizar los mejores expertos que se puedan obtener sin preocuparse de herir los sentimientos de alguien. Comúnmente los políticos no les gustan el buen asesoramiento y ven a los pensantes como sombras a sus proyectos. Prefieren la lisonja antes que la auscultación real de su campaña.