¿Asesinato de Nikola Tesla?
Nueva York: Hasta hace poco se conocía sólo una opinión sobre la muerte de Tesla que nadie se había atrevido a contradecir: Había muerto miserablemente en un hotel de Nueva York, pero hay gente e incluso testimonios que niegan esa versión de los hechos e indican que este fue vilmente asesinado por sicarios de la CIA y el Servicio Secreto de Alemania (esta versión sólo se basa en estos testimonios, que para muchos son absolutamente creíbles): Todo empezó con una simple conversación grabada entre Eric Bermen y Grez Syzmanski sobre el descubrimiento suyo de que su prometida era hija de un ex Nazi SS, conocido en esos círculos como Comandante Otto Skorzeny y que por esa causa conoció a los vetustos agentes nazis, este había permanecido durante un largo tiempo en EE.UU haciéndose pasar como carpintero, con una identidad falsa facilitada por la CIA.
Bermen, quien se hacía pasar en ocasiones también por el sobrenombre de Eric Orion, afirma haber escuchado una conversación completa en la que Skorzeny, quien se encontraba en la postrimería de su miserable existencia, al borde de la muerte, en la que lo escuchó decir, no sin antes ver una caja de zapatos repleta de fotografías, que le permitían sustentar lo que decía entre muchísimas revelaciones comprometedoras que había asfixiado a Nicolás Tesla el día 6 de enero de 1943 ayudado por el otro Nazi Reinhard Huelen.
Según el relato, Skorzeny y Huelen se presentaron en la habitación de Tesla y lo confundieron con mentiras, quien para ese entonces era un anciano de 86 años, vulnerable e indefenso. Según la versión de Skorzeny, él y Huelen habían engañado a Tesla el día anterior para que revelara todos los pormenores de sus descubrimientos más trascendentales. Siempre siguiendo el hilo de la versión, después que lo asesinaron, robaron una caja fuerte repleta de documentos que fueron entregados a Hitler en Alemania.
Cuando finalizó la segunda guerra mundial, el ejército de EE.UU repatrió el tesoro de inventos vía una operación denominada Paperclip (Originalmente operación Overcast), fue su nombre clave. A través de esta operación EE.UU extrajo de Alemania científicos especializados en las conocidas “armas maravillosas del tercer Reich, como cohetes, armamentos químicos y experimentación médica, como la clonación, después que el régimen Nazi había colapsado (en otro artículo de este libro “Bajo mis ojos”, te hablo de “Operación Paperclip).
Es decir, la versión de que Reinhard Huelen y Otto Skorzeny asesinaron a Nikola Tesla es irrefutable si se toma en cuenta la categoría de estos sicarios, donde el segundo se desempeñó como guardaespaldas de Hitler y reputado asesino. A Huelen también se le atribuye ser uno de los creadores de la CIA y haberla dirigido en los albores de sus cimientos con técnicas de espionaje extraída de su vasta experiencia como agente de los servicios de inteligencia alemanes.
De este modo se evidencia un rastro palpable de los nazis que fueron filtrados y traídos juntos a sus familias a EE.UU, donde se les cambió sus identidades, incluyendo militares y científicos que terminaron fundando la NASA y se les atribuye haber puesto en la luna al primer hombre.
Se dice que los rusos sabían que Adolfo Hitler no se había suicidado y advirtieron al presidente norteamericano de un consenso de los países de Occidente para proteger información clasificada y personal militar de Hitler que facilitaron el escape de Hitler, para evitar un avance del ejército rojo soviético sobre los demás países europeos, principalmente Gran Bretaña.
Antes de morir, el sicario Otto Skorzeny, no sólo confesó haber estrangulado a Nikola Tesla, sino que también describió cómo ayudó a escapar a Hitler a Australia en un avión pilotado por una mujer llamada Hanna Reitsch. Esta versión de los hechos es totalmente diferente a la planteada en los libros de historia auspiciados por la CIA. En su relato Skorzeny dice textualmente: “Hitler no se suicidó. Su doble fue disparado entre los ojos y los registros dentales demostraron que no era Hitler. Los estadounidenses lo mantienen en secreto, preocupados, ya que la verdad podría enojar a los rusos”. Se cree que Hitler fue llevado desde su bunker secreto en Alemania a una base militar, desde donde partió probablemente con destino la Patagonia de Argentina, donde se piensa que vivió el resto de su vida junto a su amante.
Cuando encontraron el cadáver de Tesla, quien se cree fue asesinado por sicarios nazis para robar sus patentes e inventos, muchos de los cuales están aún inéditos, según confesión de Skorzeny, uno de los criminales materiales, fue encontrado en la cama, vestido con un solemne traje negro y los brazos cruzados sobre el pecho.
Se dijo siempre que Tesla con su gran mente sintió que sus días se estaban acabando, se puso el traje solemne y “luego murió”. La otra versión reza que los asesinos Reinhard Gehlen y Otto Skorzeny lo vistieron de ese modo y lo dejaron en la cama después de estrangularlo.
La carrera exitosa de Nikola Tesla fue obviamente opacada por los intereses de los gobiernos en darle un uso militar a sus experimentos e inventos en el descubrimiento de nuevas tecnologías, también por la desmedida ambición de los intereses industriales que generaron enormes fortunas dejando a Tesla en la pobreza extrema, sin familia, sin hogar, sin un miserable pan para mitigar el hambre en sus últimos días.
Casi todo lo que es el mundo hoy, se lo debemos al gran Nikola Tesla, sino piense qué fuéramos en estos momentos sin energía eléctrica alterna, Internet, satélites, teléfonos, celulares, aviones y la radio, rayos x, bombilla sin filamento, dispositivos de electroterapia, tecnología de radar, lámpara fluorescente, submarino eléctrico, oscilador vibracional mecánico, el Teslascopio, control remoto y rayos T. Para no mencionar más.
Nikola Tesla fue sacado de los libros, borraron su historia, para adjudicarse sus inventos o robar sus tecnologías para usarlas como armamentos bélicos y eso no lo hicieron rateros cualesquiera, no, eso lo hicieron varios países que ya he mencionado. La humanidad se mantendrá atada a la grandiosidad inventiva de Tesla por el resto de su existencia en este planeta. Por eso, mi libro “Bajo mis ojos”, está dedicado a él, es un homenaje a su nombre y grandeza.