Bajo el liderazgo de Biden, más de 8.2 millones de inmigrantes ilegales han ingresado a Estados Unidos.
Nueva York: Después que Biden se convirtió en presidente de los Estados Unidos, se estima que más de 8.2 millones de inmigrantes ilegales han cruzado la frontera con México. No obstante, estas estadísticas no muestran la cantidad real que ha aumentado en los últimos tres años, lo que implica que podría haber superado los 12 millones que se ingresaron en 2007.
La flexibilización de las regulaciones migratorias implementadas por el gobierno de Biden ha generado un aumento en el número de personas sin documentos que residen en Estados Unidos gracias a una nueva corriente de personas que no solo provienen de Centroamérica, sino que también vienen de todo el mundo.
La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos (CBP) encontró por primera vez que los migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras no eran más que los venezolanos, cubanos y nicaragüenses en el año fiscal 2022. Además, el año vio importantes llegadas de brasileños, ecuatorianos, haitianos y de países lejanos como Ucrania, India y Turquía.
Según datos proporcionados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de julio de 2023, más de 36,919 migrantes de nacionalidad dominicana entraron a Estados Unidos por la denominada «Vuelta de México».
La apertura total de la frontera con México es el mayor legado de la administración Biden.
En los últimos años, la crisis migratoria ha sido un tema de gran relevancia y controversia durante la administración de Biden. La situación en la frontera entre Estados Unidos y México ha visto un aumento significativo en el número de migrantes que intentan ingresar al país, lo que ha generado preocupaciones sobre la capacidad del gobierno para gestionar esta situación.
En comparación con el gobierno de Trump, la política migratoria ha cambiado durante el mandato de Biden. A su llegada, Biden tomó medidas para anular algunas de las políticas más limitantes, como la política de «Permanecer en México» que requería que los solicitantes de asilo esperaran fuera de Estados Unidos durante el proceso.
La crisis humanitaria de los migrantes está siendo rechazada por los propios latinos.
El aumento de los riesgos de seguridad ha permitido la entrada de personas con intenciones criminales o terroristas, lo que amenaza la seguridad nacional.
Dado que pueden ser más propensos a aceptar trabajos mal remunerados y sin garantías laborales, los migrantes ilegales con frecuencia enfrentan condiciones laborales precarias y explotación. Esta condición pone en riesgo la estabilidad de los inmigrantes que trabajan legalmente, ya que se enfrentan a una competencia laboral desleal que afecta a los trabajadores locales y a veces provoca salarios más bajos.
El conflicto en las comunidades de Nueva York
La situación de migración en Nueva York ha experimentado un aumento significativo debido al próximo agotamiento de los recursos financieros de la ciudad, lo que ha llevado a los migrantes a dormir bajo carpas, mientras el alcalde los culpa de los recortes presupuestarios y las tensiones en las comunidades.
El objetivo es crear un plan para trasladarlos de los refugios a hogares permanentes y obtener estatus legal. Para el próximo año fiscal, el alcalde Eric Leroy Adams declaró que debido a la crisis migratoria, se verá obligado a implementar recortes de presupuesto escalonados del 15% para cada una de sus agencias. Estos recortes implicarán, entre otros, 4,000 agentes de policía menos para patrullar las calles y millones de dólares en recortes para hospitales, bomberos y recolección de basura.
De acuerdo con estadísticas recientes de la ciudad, solo un 2 % de los 140,000 migrantes que han llegado hasta el momento han tenido la capacidad de solicitar permisos de trabajo en Nueva York.