Benévola sentencia a desabollador dominicano por robo de identidad lo salvaría de la deportación
NUEVA YORK._ Una benévola sentencia de 12 días (tiempo cumplido) y un año en libertad condicional, impuesta esta semana al desabollador dominicano Luis Alberto Fernández Fernández, de 28 años de edad, lo salvaría de la deportación y preservarse como un residente legal en Estados Unidos.
Fernández, un residente en la ciudad de Salem en Massachusetts, entró a Estados Unidos como turista, la visa expiró y decidió quedarse sin autorización, comprando en una barbería documentos de un puertorriqueño que usó para solicitar una identificación estatal.
No tenía antecedentes judiciales ni roces con la policía, está casado con una dominicana ciudadana americana, empleada del Departamento de Educación, con la que se casó para obtener la residencia permanente que le fue concedida.
Con ella ha procreado una hija y le está criando dos de una relación anterior que tuvo la mujer.
Pero, según el abogado de Fernández, su principal error fue desesperarse y adquirir los documentos del boricua, yendo a la División de Vehículos y Motores, a solicitar una tarjeta de identificación del estado (State ID).
Llegó a Estados Unidos con la visa de paseo en 2016.
Poco después de llegar, según los fiscales federales, Fernández, sabiendo que su visa expiró, utilizó la identidad y número del seguro social del boricua.
Fue fotografiado y su información asentada en la base de datos de la agencia estatal.
La solicitud fue rechazada, porque otra persona ya había utilizado los papeles del mismo puertorriqueño para obtener una licencia de manejar, según el expediente.
Los funcionarios no conocieron la identidad de Fernández hasta más de un año después, en febrero de 2018, cuando él apareció como un residente legal, utilizando su propio nombre, y solicitó un permiso de aprendizaje para conducir vehículos.
Funcionarios compararon la foto tomada en el año 2018 a la foto tomada en 2016 y sospechaba que eran de la misma persona, cuando Fernández reveló su verdadero nombre en una entrevista.
Confesó el fraude, y les dijo a los agentes que había obtenido la información de la identificación falsa de alguien en una barbería.
Su abogado dijo que Fernández estaba desesperado para tratar de permanecer en los Estados Unidos y sabía que su visa de turista expiraría.
Dos meses después de su visa de turista se venció, Fernández se casó, y se convirtió en elegible para la residencia permanente legal. Fernández fue acusado como parte de una redada dirigida a detectar, disuadir e interrumpir a organizaciones e individuos involucrados en varios tipos de esquemas de fraude de identidad, beneficios y documentos», dijo la Oficina del fiscal federal de New Hampshire en un comunicado de prensa anunciando la sentencia.
En un memorándum el abogado de Fernández Oscar Cruz Junior, dijo que su cliente estaba petrificado cuando lo arrestaron, porque era la primera vez que lo detenían en su vida y que había cometido un error de juicio, un error innecesario.
El defensor dijo en su memorándum que Fernández se estableció rápidamente como un miembro responsable de la comunidad de Salem, donde trabaja en un taller de carrocería y vive con su esposa, que trabaja para el departamento de educación de esa ciudad.
Cruz también presentó seis cartas de apoyo de familiares, amigos y el empleador de Fernández.
La jueza Allison Burroughs acordó imponer la sentencia solicitada por la defensa, 12 días como tiempo cumplido en la cárcel y un año en libertad condicional.