El ex primer ministro de Gran Bretaña Boris Johnson engañó deliberadamente al Parlamento sobre sus fiestas que incumplieron el confinamiento, lo que socavó su credibilidad y contribuyó a su caída, dijo un comité de legisladores el jueves tras una investigación de un año.
El demoledor informe del Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes determinó que las acciones de Johnson fueron violación tan flagrante de las normas que justificaban una suspensión de 90 días del Parlamento.
Aunque es una acusación que condena la actitud del exmandatario, la recomendación es en gran medida simbólica ya que Johnson renunció airadamente a su acta de diputado el viernes luego de que el comité le hiciese saber sus conclusiones.
“Hemos concluido que al engañar deliberadamente a la Cámara, el sr. Johnson cometió un desacato grave”, apuntó el reporte del grupo. “El desacato fue tanto más grave porque fue cometido por el primer ministro, el miembro de mayor rango del gobierno. No hay precedentes en los que se haya descubierto que un primer ministro haya engañado deliberadamente a la Cámara”.
El comité dijo también que Johnson no debería recibir un pase de acceso al Parlamento.
Johnson, de 58 años, respondió con un comunicado teñido de ira. Describió al comité como una “parodia” que llevó a cabo una “caza de brujas” para expulsarlo del Parlamento. La mayoría de los siete miembros de la comisión pertenecen al Partido Conservador de Johnson.
“El comité dice ahora que engañé deliberadamente a la Cámara y que en el momento en el que hablé estaba ocultando conscientemente a la Cámara mi conocimiento sobre hechos ilícitos”, apuntó Johnson. “Eso es basura. Es una mentira. Para llegar a esta conclusión desquiciada, el Comité está obligado a decir una serie de cosas que son manifiestamente absurdas, o contradichas por los hechos”.
El informe es el último capítulo del escándalo “partygate” que ha distraído a los legisladores desde que la prensa local reveló que miembros del equipo de Johnson celebraron una serie de fiestas en 2020 y 2021, cuando estaban prohibidas por las restricciones impuestas para luchar contra la pandemia del COVID-19.
El pleno de la Cámara de los Comunes debatirá el informe y decidirá si está de acuerdo con las conclusiones y con las sanciones recomendadas.
El miércoles, en la víspera de la publicación del reporte, Johnson pidió también la renuncia del conservador de mayor rango en el comité, Bernard Jenkin, alegando que él había incumplido las restricciones pandémicas.
Daisy Cooper, vicepresidenta de los liberaldemócratas de la oposición, dijo que se trataba de “una táctica de distracción típica de Boris Johnson que no cambia el hecho de que violó la ley y mintió sobre ello”.
La decisión de Johnson de dejar su acta de diputado supone que no puede ser suspendido. El próximo titular de su escaño por Uxbridge y South Ruislip se decidirá en una elección especial en julio.
La Policía Metropolitana multó el año pasado a Johnson y a su esposa, Carrie, por infringir las normas contra el COVID-19 en una fiesta de cumpleaños para el entonces primer ministro en junio de 2020 en su residencia oficial en Downing Street.
El actual primer ministro, Rishi Sunak, es una de las docenas de personas multadas por una serie de fiestas de oficina y “viernes de vino” que tuvieron lugar en 2020 y 2021 en edificios gubernamentales.
Las revelaciones sobre este tipo de reuniones en las que abundaba el alcohol, que ocurrieron en un momento en el que millones de personas tenían prohibido ver a sus seres queridos e incluso asistir a funerales familiares, enojaron a muchos británicos y se sumaron a los escándalos éticos que labraron la caída del mandatario. Johnson renunció como primer ministro en julio de 2022 tras el éxodo masivo de funcionarios gubernamentales en protesta por su liderazgo.
Johnson ha reconocido que engañó a los legisladores cuando les aseguró que no se habían violado leyes, pero insistió en que no lo hizo de forma deliberada.
En marzo, le dijo al comité que “creía honestamente” que las cinco reuniones a las que asistió, incluyendo la fiesta de despedida de un miembro del personal y su propia celebración sorpresa de cumpleaños, eran “reuniones de trabajo legales” destinadas a levantar la moral de los desbordados trabajadores que lidiaban con una pandemia letal.