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Cadena perpetua para mujeres que mataron al niño Lucio Dupuy en Argentina

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La Justicia argentina condenó este viernes a la pena máxima de prisión perpetua a las dos mujeres lesbianas acusadas de matar a Lucio Dupuy, de 5 años. Magdalena Espósito Valenti, madre del menor, fue declarada culpable del homicidio triplemente calificado de su hijo de 5 años, mientras que Abigail Páez, pareja de la mujer, fue acusada del homicidio doblemente calificado del menor y también de abuso sexual con objeto fálico.

Sus abogados defensores apelaron  la sentencia.

Lucio Dupuy vivió desde julio de 2020 con su madre y la pareja de ella. Desde entonces, para la Justicia, el niño fue víctima de “una modalidad abusiva crónica”. Según se estableció en el veredicto, Lucio sufrió repetidas lesiones. Algunas de ellas con “especial forma de crueldad”, narra la sentencia.

Las dos mujeres ocultaron las terribles heridas en el cuerpo de Lucio hasta el día en que murió.

Durante el juicio se expusieron algunos mensajes entre las dos. “Cualquier cosa Lucio se cayó del árbol y se golpeó la cara, oka? Ya sabe él que tiene que decir eso. Pasa que no lo tiene que ver nadie”, decía un mensaje el 12 de febrero de 2021.  

El 6 de octubre de ese año, Páez le escribió a Valenti: “Fijate cómo está el Lucio de las piernas, ponele crema y habla con él y pregúntale si quiere ir a dormir mañana a lo de (unos amigos a hacer una pijamada)… al otro día lo voy a buscar obviamente o vos, nada y que no fantasmee con la lastimadura que tiene, que si le preguntan algo que se cayó, listo.. no.. me raspé con el árbol que se yo, que invente algo si es más inventor…“.

Lucio murió un mes y medio después de ese mensaje: el 26 de noviembre de 2021. Los médicos forenses determinaron que falleció por “edema cerebral con enclavamiento, asociado a múltiples golpes violentos”.

La autopsia reveló que el día de su muerte, el niño de 5 años sufrió siete hematomas, dos escoriaciones y múltiples lesiones externas e internas en la cara, cabeza, tórax, abdomen, genitales, brazos, corazón, pulmones, intestinos, hígado y cráneo.

Estos signos de extrema violencia no eran novedad para Lucio. Su cuerpo también presentó otros hematomas provocados 7 días antes de su homicidio.

Incluso, su historia clínica registra lesiones en 2020, año en el que comenzó la convivencia con quienes fueron sus homicidas. “El 15 de diciembre de 2020 fue atendido en el Hospital Evita, en el sector de pediatría, donde se le diagnosticó ‘FX expuesta en dedo de mano’ y luego, el 18 de diciembre de 2020, en traumatología se le diagnostica ‘fractura a nivel de la muñeca de la mano’, conforme el código general utilizado. Según el relato de la madre que aparece registrado en la historia clínica “refiere que se cayó de la bicicleta lastimándose el dedo anular”, señala la condena.

Las lesiones se repetían. En enero de 2021 hay constancia de un trauma en la mano derecha. A su vez, el descuido era notorio. En marzo hay constancia que no usó la férula necesaria para recomponerse del trauma en su mano, según su historia clínica analizada durante el juicio.

Además, una pericia policial halló en el cuerpo de Lucio la huella de la zapatilla de Páez, compatible con un pisotón.

Pese a esto, la defensa de Espósito Valenti argumenta que hay dudas sobre la participación de la madre en el asesinato de Lucio, razón por la que había solicitado su absolución.

Por su parte, la defensa de Páez sostuvo que no hubo intención de matar al niño porque, según narró en el juicio, “lo comienza a agredir, cuando ve el estado en que estaba entrando el niño, cesa voluntariamente en la agresión”. El Tribunal respondió a este argumento: “El empleo de golpes de puño, patadas y pisotones, ejecutados por dos personas adultas sobre un niño de 5 años de edad sobre la cabeza y el tórax, de ningún modo representan el empleo de un medio” que no pueda ocasionar la muerte.

Los hechos

Según consta en el expediente, Espósito Valenti fue a buscar a Lucio al jardín de infantes. Pasadas las 5 p.m. llegaron de regreso a la casa donde convivían con Páez. El Tribunal afirmó en su sentencia que las lesiones que mataron al niño se produjeron entre las 6 y las 7 p.m. Luego de ese horario, las dos mujeres se fueron de su casa y continuaron con sus actividades sociales. Espósito Valenti fue a trabajar y Páez a comprar unas entradas para asistir a un espectáculo musical. Esta última regresó a la casa a las 8:49 p.m., tal como muestran las cámaras de seguridad recabadas por la Justicia.

Un testigo que estaba sobre la calle, afuera de la casa, relató que vio salir a Páez “con desesperación y urgencia”. El testigo le preguntó si necesitaba ayuda, a lo que Páez le contestó que “le habían entrado a robar y habían golpeado al niño”. Luego, el testigo le practicó resucitación cardiorrespiratoria, pero rápidamente se dirigieron al hospital donde 9:45 P.M. los médicos firmaron el deceso.

Las pericias de la Policía Científica determinaron que no hubo ningún robo, dado que ni la puerta ni las ventanas tenían rastros de haber sido violentadas.

“No es fácil llevar al hijo que estás criando al hospital muerto”, declaró Páez durante el juicio. Además, agregó que no sabe cómo pasó, que tiene “lagunas en la cabeza”.

Espósito Valenti admitió no haber cumplido su deber como madre y haber faltado a todos los derechos que tenía su hijo. A su vez, declaró: “Lucio era un niño feliz”.

El caso Lucio Dupuy se ha vuelto emblemático en Argentina. Por este motivo, el Congreso trabaja un proyecto de ley llamado “La Ley Lucio” cuyo objetivo es mejorar los resortes del Estado para prevenir que la historia de Lucio la vivan otros niños. Este proyecto cuenta con media sanción en la Cámara de Diputados pero aún aguarda su tratamiento en el Senado.

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