Caminatas terapéuticas, una forma de eliminar el estrés, la ansiedad y el agotamiento
Las caminatas terapéuticas en entornos naturales, guiados por el “lobo que todos llevamos dentro” y dejando que aflore nuestra esencia y fluya nuestro poder, nos ayudan a superar el estrés, la ansiedad y el agotamiento, y a recuperar la claridad en medio de la confusión, según un reconocido psicoterapeuta británico.
La vida está llena de transiciones, que muchas veces son inevitables y no somos capaces de reconocer, pero que pueden provocar cambios en nuestra manera de pensar, sentir o comportarnos, señala el reconocido psicoterapeuta británico Jonathan Hoban.
Explica que a veces los acontecimientos se precipitan y nos producen estrés y ansiedad, y entonces nos gustaría volver a tener un estado de ánimo más positivo.
En otras ocasiones, desearíamos retomar la relación que teníamos con nosotros mismos en la infancia, estar más conectado con nuestro cuerpo y disfrutar más de nuestro entorno, intuyendo que eso nos hará más felices y disipará nuestros nubarrones anímicos, puntualiza.
Para recuperar la claridad en esos momentos de confusión y dar los pasos que nos hará sentir mejor, Hoban propone una actividad muy sencilla, saludable y al alcance de la inmensa mayoría de las personas.
Este terapeuta propone caminar. No se trata de caminar de cualquier manera, sino de un modo que Hoban denomina “caminar con nuestro lobo”, lo cual nos ofrece “la oportunidad de volver a conectar con nuestra parte más animal, salvaje y despreocupada”, según asegura este especialista con sede en Londres y actividades en la Isla de Wight (Reino Unido).
Hoban es miembro registrado de la Asociación Británica de Consejería y Psicoterapia (BACP, por sus siglas en inglés; www.bacp.co.uk) que agrupa a los profesionales dedicados a la mejora del bienestar psicológico y la salud mental.
NUESTRO LOBO INTERIOR
Es el creador de la ‘Caminoterapia’ o ‘terapia de caminar’, que combina los paseos por la naturaleza, ya sea en el campo o en los espacios verdes de la ciudad, siguiendo una serie de pautas, que convierten el simple acto de desplazarse de un lugar a otro con la piernas, en un práctica con efectos sanadores en el cuerpo, la mente y las emociones, según asegura.
“La naturaleza es nuestro mejor terapeuta y cuando la recorremos entramos en conexión con `nuestro lobo interior´. Entonces afloran, se liberan y comienzan a fluir en nuestro ser, las capacidades de ese animal errante y salvaje, que tod@s llevamos dentro, como la intuición, la confianza y el poderío”, describe.
Este enfoque terapéutico, que describe en su libro ‘Camina con tu lobo’, traducido al español y donde propone distintos tipos de caminatas sanadoras que ayudan a superar el estrés, la ansiedad y el agotamiento, ha llevado a asombrosas mejoras en sus pacientes, desde ejecutivos estresados y celebridades a personas con todo tipo de problemas, según asegura.
Para Hoban “los seres humanos hemos dejado de ser parte de la naturaleza y hemos renunciado a nuestro lado animal”.
“Las grandes ciudades y el estrés diario, los espacios cerrados, las prisas y la rutina han provocado que nos apartemos de nuestra verdadera esencia, aquella que se desenvuelve con facilidad ante los desafíos y las situaciones límite”, destaca.
“También dejamos atrás nuestros ritmos naturales, generalmente sin darnos cuenta, cuando somos víctimas de las presiones de los lugares de trabajo modernos, donde predomina la luz artificial, el aire viciado y la gente estresada”, advierte.
Para volver a conectar con esa esencia y esos ritmos, Hobanpropone un método simple e innovador: “olvidar nuestro entorno forzado y volver a los inicios. Caminar sin el objetivo de llegar a ningún sitio en particular, simplemente avanzando”.
“Caminando con nuestro lobo y aplicando una serie de ejercicios prácticos, podremos observar cómo nuestros sentidos, emociones y sensaciones se vuelven a conectar con nosotros. Es el poder de la naturaleza y de regresar a uno mismo”, enfatiza.
Caminar en espacio verdes, “disfrutando de las vistas, los sonidos y los olores como si fuéramos niños, descubriendo el mundo natural”, favorece la salud mental, asegura este destacado psicoterapeuta, cuyo método incluye ejercicios para ayudar a las personas a “reiniciarse” mientras caminan, sintonizando con los ritmos naturales que dejaron atrás.
“Vivimos rodeados de pequeñas partes de naturaleza. Es hora de volver a formar parte de ella, de caminar con nuestro lobo. Al reencontrarnos con ambos, nos volvemos a conectar con nosotros mismos, con nuestra esencia y nuestros sentimientos”, señala.
“Caminar en entornos naturales nos aclara las ideas y nos proporciona el espacio necesario para escucharnos a nosotros mismos, sin juicios ni distracciones. Nos aporta sinceridad y provoca que nos abramos a la posibilidad de una nueva perspectiva”, señala.
PASO A PASO, EN LA NATURALEZA
“¿Por qué me he enfocado en el lobo? Todos somos animales y poseemos la capacidad innata de conectar con nuestro lado más salvaje e instintivo. Este animal es una metáfora de la dualidad humana”, reflexiona Hoban.
Considera que el lobo “representa lo que tenemos de salvaje y peligroso, las energías primigenias que nos hacen reaccionar sin la mediación del pensamiento y todo lo que necesitamos para sobrevivir”.
“Por otro lado, es una especie muy social, fiel a su manada, comunicativa, instintiva y libre”, apunta.
¿Quiere aprender a “caminar con su lobo”, ese símbolo del poder de la naturaleza, esa especie de rey de la fauna en muchos países, cuya imagen se asemeja simbólicamente a la del león en África?
Jonathan Hoban describe a EFE algunas opciones sencillas para conseguirlo, paso a paso, es decir caminando.
– Programa tu tiempo de paseo o caminata. Consulta tu agenda o calendario ‘online’ de la semana y añade una hora para dedicarla a caminar.
– Pasea preferiblemente por las mañanas, cuando tienes el cerebro descansado y te sirve para activar los sentidos para el resto del día.
– Levántate y pasea por paisajes naturales: parques, el campo, la costa o incluso los rincones verde ocultos del centro de la ciudad.
– Rodéate de verde y procura pisar la hierba siempre que puedas, incluso en la ciudad, sin sentirte obligado a buscar la naturaleza virgen.
– En vez de caminar con la cabeza gacha, hazte consciente de tu postura, camina erguido, con determinación y confianza.
– Echa los hombros hacia atrás y mantén la cabeza alta; tu fuerza y equilibrio mejorarán y verás lo que te rodea desde otra perspectiva.
– Da pasos largos, fuertes y seguros. Estampa tus pies en el suelo como si quisieras dejar tu huella en el planeta Tierra.
– Experimenta las “zancadas de poder”, yendo un poco más deprisa de lo normal y balanceando los brazos al compás de las zancadas.
– Activa tu mente y dale libertad a tu imaginación para que acceda a tu parte más creativa durante la caminata.
– Dale espacio a tu mente y tu cuerpo para deambular, permitiéndote ir sin rumbo fijo, observando lo que te rodea al igual que hacen los animales, y soñando.
– Vuelve a recordar tu infancia; retoma la despreocupación que había en ti y disfruta dejándote llevar por tus recuerdos.
– Mira tu entorno con nuevos ojos. Fíjate en cuántos árboles o pájaros podrías nombrar durante tu recorrido a pie y observa qué te llama la atención.
– Dependiendo de si el día es frío, caluroso, húmedo o ventoso, descubre qué sensaciones te inspiran los distintos elementos climatológicos.
María Jesús Ribas.