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China prohíbe publicación de contenidos religiosos en Internet

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BEIJING.- A partir del 1 de marzo, en China, entran en vigor nuevas reglas para la publicación de información religiosa en Internet. Las normas administrativas exigen que cualquier persona que quiera publicar contenidos religiosos debe tener un permiso del Estado.

La autorización está disponible apenas para cinco instituciones religiosas aprobadas por el Estado. El objetivo es restringir la difusión pública de la Fe y obligar a todas las religiones alinearse al socialismo chino.

En diciembre, el presidente Xi Jinping prohibió el uso de Internet y de redes sociales para hacer propaganda religiosa. Eso significa que los cristianos chinos podrán acceder a sermones, estudios bíblicos o cualquier otro mensaje religioso, textos, fotos, audio o vídeo solamente a través de páginas aprobadas por el Estado. Todos los contenidos serán revisados primero por las autoridades para asegurarse que se ajustan a los valores socialistas y apoyan al partido comunista de China.

Las instituciones religiosas, como los seminarios, podrán enseñar a los estudiantes utilizando únicamente plataformas y aplicaciones aprobadas. El contacto con el mundo exterior sólo puede realizarse a través de redes especializadas en las que se verifica la identidad de los participantes.

Debido a la pandemia del COVID-19, los cristianos de China dependen más que nunca de Internet como fuente de información, conexión y estímulo. “Las reuniones de la iglesia, en línea, se han convertido en la nueva normalidad. Esta nueva ley, restringe el uso de internet. Herramienta que la iglesia usa para la evangelización y la formación espiritual en línea”, dijo un cristiano local a la organización Puertas Abiertas.

Al aumentar la presión y no saber cómo se aplicará la normativa, algunos miembros de las iglesias clandestinas de China comenzaron a abandonar los grupos de chat, según la fuente local. La aplicación de la ley en China es variable y depende de las condiciones locales.

Los líderes eclesiásticos que están bajo sospecha pueden ser invitados a “tomar un té” con las autoridades locales, lo que lleva a un interrogatorio. También pueden recibir advertencias, así como enfrentarse a la detención administrativa y otras formas de presión.

Cuando se anunció la nueva normativa, incluso antes de aplicarse, las autoridades se pusieron en contacto con algunos socios locales de Puertas Abiertas pidiendo que retiren contenidos religiosos e interrumpir actividades en línea.

La vigilancia en China es una de las más opresivas y sofisticadas del mundo. La asistencia a las iglesias está estrictamente controlada y muchas de ellas están siendo cerradas. El país ocupa el 17 lugar en la Lista Mundial de la Persecución 2022.

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