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Cinco estrategias para aprender a controlar el apetito

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Tener hambre es una reacción natural que no se puede, y no se debe, evitar. Es importante desarrollar una relación sana con la comida y parte de eso es entender que a veces comemos por motivos diferentes.

Para ayudar que nuestro metabolismo funcione de manera correcta, debemos aprender a identificar cuando tenemos hambre de verdad. Y aunque parece obvio, no siempre estamos consientes de ello.

Para Susan Bowerman, directora senior de educación y capacitación mundial en Nutrición en Herbalife Nutrition, «sentirse hambriento no es lo mismo que querer comer algo”. Por lo tanto, es necesario distinguir entre el hambre relacionada con el estrés o las emociones y la necesidad primaria.

Para determinarlo, aquí están algunas preguntas que se puede hacer:

1. ¿Su estómago hace mucho ruido?

2. ¿Su nivel de energía desciende?

3. ¿Tiene un poco de “neblina mental” o se siente malhumorado?

Si le pasa alguna de estas cosas, probablemente necesite un poco de combustible. Todos estos son síntomas de hambre, por lo que comer seguramente le hará sentir mejor.

Si come porque está aburrido, enojado, estresado o triste, el impulso detrás son las emociones, no el hambre. En ese caso hay herramientas que le permitirán controlarlo.

5 consejos para controlar el apetito

De acuerdo con Bowerman, los cinco tips más efectivos son los siguientes:

1. Usar proteína para calmar el hambre. «La proteína satisface el hambre mejor que los carbohidratos o las grasas, así que trata de incluir un poco de proteína magra en cada comida y bocadillo», dice.

2. Comer alimentos ricos en agua y fibra para saciarte. El agua y la fibra no tienen calorías, pero los alimentos altos en agua y fibra son “voluminosos” y ocupan más espacio en el estómago, por lo que te ayudan a sentir saciedad. La mayoría de las verduras tienen muy pocas calorías por porción, ya que contienen mucha agua y fibra. Las frutas como el melóny la piña, y las frutas con alto contenido de fibra, como las moras, también pueden ayudarte a sentir saciedad con un contenido relativamente bajo de calorías.

3. Hacer ejercicio puede ayudar a controlar las rutinas de alimentación. Pues es necesario comer lo suficiente para poder ejercitarse y  a veces, en su intento por controlar el peso, las personas reducen demasiado las calorías y no cuentan con energía suficiente para la actividad física. Entonces, el proceso tiene el efecto contrario. «Las personas me dicen frecuentemente que sienten como si el ejercicio les diera hambre, haciéndolas comer más, pero esto pasa a menudo porque no se alimentan adecuadamente antes y después del entrenamiento», dice Bowerman.

4- Beber líquidos ayuda a sentir más saciedad. Al mantenerse hidratado es menos probable sentir hambre constantemente.

5. Comer porciones pequeñas y frecuentes. Así se estabilizan los niveles de azúcar en la sangre a lo largo del día. Esto es importante, ya que cuando el azúcar en la sangre desciende, surgen los picos de hambre. Aunque no debe reemplazar las tres comidas principales si evitará ventanas de ayuno muy largas.

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