¿Cómo proteger a sus hijos de la explotación sexual en internet?
Santo Domingo.-Durante el 2018, las líneas de denuncia virtual de Te Protejo recibieron más de 8.200 reportes de material de explotación sexual de niñas, niños y adolescentes. Esa cifra corresponde al 68 por ciento de los 12.060 reportes que fueron realizados para denunciar situaciones que afectan a menores de 18 años en internet.
Expertos en el cuidado de los menores identificaron perfiles de abusadores en internet con el fin de alertar a los colombianos y buscar que menos niños sean víctimas de engaños, maltrato y explotación.
Para el 2018, el Centro Cibernético Policial ha dictado orden de bloqueo a 3.180 páginas web por alojar contenidos ilegales. La red INHOPE, asociación mundial de líneas de denuncia, solicitó el desmonte de 6.087 contenidos de explotación sexual de menores. En 2018, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en el 2018 abrió 242 procesos de restablecimiento de derechos por explotación sexual comercial de niños en el territorio colombiano.
Estas cifras, presentadas en el marco del Día de Internet Segura, que se celebra el 5 de febrero, generan un fuerte llamado: “Unidos para proteger a nuestros hijos de la explotación sexual en línea”. Con ese objetivo, la línea de denuncia virtual Te Protejo, el Ministerio TIC, el ICBF, la Fundación Telefónica, la Red Paz, con el apoyo de la Fundación Renacer y con Unicef, publicaron recomendaciones para la mitigación de riesgos en los hogares y para la identificación de personas abusadoras en internet.
Abusadores directos: Suelen usar foros, redes sociales, blogs y páginas de intereses infantiles para contactar a los menores. Piden el envío de imágenes íntimas o de videollamadas y durante las videoconferencias con las víctimas, los abusadores pueden hacer videos, grabaciones de sonido o más imágenes de contenido sexual real o simulado. Estos abusadores suelen ser muy explícitos al momento de pedirles material erótico (imágenes, videos) o iniciar conversaciones sexuales con ellos.
Abusadores oportunistas: Son personas que encuentran fotos, videos o conversaciones no necesariamente sexuales o eróticas, entre niñas, niños y adolescentes, en Internet o en dispositivos (celulares, tabletas, computadores), y los modifican para convertirlos en material sexual. Este contenido es utilizado para chantajear con la amenaza de que, si no se produce y envía nuevo material sexualmente explícito, el modificado será divulgado.
Abusadores específicos: Son personas, muchas veces pedófilas o pederastas, que buscan material de abuso sexual infantil en Internet, y procuran tener encuentros virtuales para enganchar a sus víctimas y más adelante, establecer contacto sexual físico con ellos. Son personas que aparentan ser menores de 18 años y se toman el tiempo necesario para volverse amigos o novios virtuales de sus víctimas; como son “de confianza” puede ser difícil descubrirlos.
Los expertos aseguran que este tipo de predadores buscan ganarse la confianza de los menores y solicitar información o material que luego les sirva para chantajearlos y amenazarlos. Existen casos en los que adultos se hacen pasar por menores de las mismas edades que sus víctimas y con fotografías editadas presionan al menor para que reproduzca contenido de explotación.
Entre otro tipo de estrategias, las organizaciones de protección infantil apuntan que el interactuar con desconocidos es una de las principales preocupaciones. Los abusadores tratan de contactar a sus víctimas por teléfono, correo electrónico, mensajes o redes sociales, para pedirles información personal durante una conversación “casual”.
Después de ese tipo de charlas, los abusadores comienzan a manifestar supuestos sentimientos profundos hacia los niños, aunque la relación de ‘amistad’ esté muy prematura. Para ganarse la confianza ofrecen supuesta información personal y comparten anécdotas que simulen intereses similares.
Los factores de riesgo
Según los expertos, los menores pueden presentar comportamientos que suelen aumentar el riesgo de ser víctimas de violencias en los entornos digitales. En algunos casos, un uso excesivo y no supervisado de Internet o hablar con desconocidos en línea les exhibe ante los predadores.
Entre esos comportamientos se incluye el envío de información personal, como el lugar de estudio, la dirección de la casa o el número telefónico o conversar sobre temas sexuales, privados e íntimos.
Otra conducta de riesgo es subir demasiada información personal a internet y postear en redes sociales contenidos, reflexiones y datos íntimos que luego puedan ser utilizados para ganarse su confianza y engañarlos.
Las organizaciones aclaran que, en cualquier caso, “aunque los menores de 18 años incurran en estas conductas, ellos nunca serán culpables o responsables de un abuso o explotación, y deben ser protegidos”.