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Congresista pide apoyo bipartidista a proyecto «Dignidad» para indocumentados

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Miami: (EFE).– La congresista republicana de Florida (EE.UU.) María Elvira Salazar pidió este jueves apoyo bipartidista al denominado proyecto «Ley dignidad», que presentó al Congreso el pasado martes para otorgar residencia legal a millones de inmigrantes indocumentados sin antecedentes penales y que paguen por la seguridad fronteriza.

«El proyecto que presenté al Congreso de los Estados Unidos esta semana lleva el nombre de ‘Ley Dignidad’ y logra tres cosas: Sellar la frontera sur de una vez y para siempre en contra de los narcotraficantes, de los traficantes de niños y de los coyotes despiadados», dijo Salazar hoy en una rueda de prensa.

«También ofrece vivir en dignidad a aquellos inmigrantes entre nosotros que han estado en la sombra durante años, pero han contribuido al bienestar de nuestro país», añadió la congresista que representa el distrito 27 de Florida.

El tercer aspecto que contempla el programa es ayudar «a esa clase empresarial, a la agricultura, la construcción, la manufactura, muchas otras industrias que necesitan ahora más que nunca una fuerza laboral confiable y de crecimiento para presentarse a trabajar todos los días».

«Si la economía más grande del mundo como es la de este país no crece exponencialmente, el ‘sueño americano’ para futuras generaciones está muerto», vaticinó.

En un video publicado esta semana en sus redes sociales, Salazar, de origen cubano, se presenta como «el producto de ese ‘sueño americano'».

La congresista recordó que su padres huyeron de Cuba hace 60 años «con cinco dólares en el bolsillo y, gracias al excepcional sistema norteamericano», lograron salir adelante y les fue muy bien.

De aprobarse, este proyecto de ley permitiría a los inmigrantes indocumentados que han permanecido en Estados Unidos al menos durante cinco años quedarse en el país y trabajar legalmente, si cumplen ciertos requisitos.

Los participantes en el programa tendrían que pasar una verificación de antecedentes penales, abonar impuestos atrasados y comenzar a pagar otros sobre la renta con base en los nuevos salarios.

Además, deberán pagar al Gobierno federal 10.000 dólares en restitución en un lapso de 10 años -1.000 cada año- por haber ingresado ilegalmente al país.

Según detalló hoy la congresista, para lograr definitivamente la ciudadanía estadounidense, quienes apliquen tendrán que pasar otros cinco años en la segunda fase del programa, denominada «Redención».

Eso significa, señaló, que «si se quiere convertirse en norteamericano, pase otros cinco años aprendiendo inglés, conociendo la historia y ayudando a la comunidad».

TECNOLOGÍA «DE LA ERA DE VIETNAM»

Sobre la seguridad fronteriza, indicó que «debemos sellar la frontera con mejor financiación, mejores herramientas, mejores políticas y mejores salarios».

«No sé si ustedes saben que parte del equipo que utiliza la Patrulla Fronteriza es de la era de Vietnam; eso es una vergüenza, por eso necesitan una última tecnología: cámaras infrarrojas, radares, drones, tecnología autónoma 24 horas y siete días a la semana para bloquear la comunicación entre los coyotes», detalló.

Cada aplicante del plan «Dignidad» beneficiará a dos trabajadores estadounidenses en cursos de formación, según el proyecto de ley de más de 400 páginas que comenzó a esbozarse cuando que Salazar llegó al Congreso, hace un año.

Según matizó, el proyecto «combina muchas otras partes de otras legislaciones de inmigración que ya han sido aprobadas con apoyo bipartidista en congresos anteriores; por lo tanto -afirmó- debiera tener el apoyo de ambos partidos».

Sin embargo, el presidente de Caucus Hispano en el Congreso, el representante por California Raúl Ruiz, no lo ve con buenos ojos.

«Cualquiera de las otras propuestas legislativas que dicen ayudar a nuestras comunidades, pero las penaliza con multas impagables o construyendo un muro dañino, no son adecuadas y no son nada más que politiquería», refutó Ruiz en un comunicado citado por CNN.

Según un informe de 2020 del Instituto de Política Migratoria (MPI), la cifra de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se ha mantenido relativamente estable, entre los 10,5 millones y 12 millones de personas desde la Gran Recesión de 2007-2009, pero el origen de esta población se ha hecho más diverso.

«Mi sueño es darles la oportunidad de salir de las sombras», aseguró Salazar poniendo por delante la seguridad de la frontera sur.

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