Conozca la historia de amor de Ana y Víctor de 53 y 18 años

Desde que lo vi, los piecitos me temblaron”, confiesa Ana Iris, una mujer de 53 años que asegura haber reencontrado la felicidad junto a Víctor Rivas, un joven de apenas 18 años, con quien mantiene una relación sentimental que comenzó, según dicen, el Día de Reyes y ya va rumbo a cumplir nueve meses.
Lo que comenzó como una partida de parchís virtual se transformó en una historia de amor inesperada. Ana Iris se acababa de recuperar de una decepción amorosa cuando recibió el primer mensaje de Víctor, que en ese entonces tenía 17 años.
Él, decidido, le declaró su interés de forma clara: “Yo no te quiero como madre, yo te quiero como pareja”. La declaración provocó risas y dudas, pero también abrió una puerta que ninguno de los dos pensó cruzar.
La pareja se conoció a través de una aplicación de juegos en línea, y desde entonces mantuvieron contacto constante hasta que finalmente se vieron en persona en Montecristi, donde vivieron su primer encuentro. “Cuando lo vi, el corazón se me aceleró”, recuerda Ana Iris, quien describe a Víctor como un joven respetuoso, cariñoso y determinado.
A pesar de la diferencia de edad, el amor se consolidó en medio de prejuicios sociales, reproches familiares y la tensión interna de una madre cuya hija adolescente muestra celos por la relación.
Según relatan, la joven hija de Ana Iris ha intentado coquetear con Víctor, lo que ha generado fricciones dentro del hogar. “Yo le tengo confianza a mi esposo, pero no tanto a ella”, dice Ana Iris, al tiempo que reconoce que muchas personas le advirtieron sobre el peligro de que su hija intentara conquistar al joven. Ella de 53 y el de 18 años, conoce la historia de amor de Ana Iris y Víctor Rivas.
Víctor, por su parte, asegura que está comprometido con Ana Iris y no ha dado motivos para desconfiar. “Ella me dio un iPhone, un reloj, pero lo que más valoré fue cómo me trató. Me demostró amor desde el primer día”, afirma. Incluso planean tener un hijo juntos, aunque ya Ana Iris tuvo una pérdida reciente. “Yo tuve mi primera hija a los 40. Y si Dios lo permite, puedo tener otro”, dice con esperanza.
El entorno ha sido un obstáculo adicional. Según Ana Iris, ha tenido que lidiar con críticas de vecinos y compañeros de trabajo, quienes opinan constantemente sobre su relación.
Sin embargo, ella insiste en que su vida es solo suya y nadie tiene derecho a intervenir. “Yo soy como el jabón, todo me resbala. Mi pareja me llena todos los requisitos”, afirma.
Desde hoy, esta pareja, que desafía tabúes y normas sociales, continúa su relación apostando a la sinceridad, la constancia y la esperanza de construir un futuro a pesar de las diferencias.
“A mí me enamoró su forma de tratarme, su atención, su deseo de estar conmigo. Y eso vale más que mil opiniones”, sentencia Ana Iris, convencida de que, en su caso, el amor sí rompió las reglas de la edad.