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Contaminación, humaredas, pestilencia, ratas y montones de basura afectan sectores del Alto Manhattan

“Ahora, tenemos que tomar cada plato y dividir la comida por aquí, el plato por allá. Imaginas que tienes que hacerlo todos los días, y si servimos dos turnos de almuerzo, tenemos que hacerlo entre cada turno”, dijo el empleado a The Forward.
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NUEVA YORK._ Contaminación a todos los niveles, polución, humaredas, pestilencia, ratas y toneladas de basura que se amontonan, incluso en zonas escolares, están afectando cotidianamente la calidad de vida y la salud de cientos de residentes en sectores del Alto Manhattan, el barrio neoyorquino con mayor población dominicana.
El tóxico ambiente que incluye la invasión de ratas en edificios, apartamentos y establecimientos comerciales, viene siendo denunciada sistemáticamente por grupos de defensa y activistas, sin que hasta ahora, las autoridades sanitarias de la alcaldía, hayan podido ni siquiera reducir los efectos causados por los desperdicios acumulados.
El espeso humo, que brota frecuentemente de las alcantarillas y huecos que conectan con los sistemas de electricidad, gas, televisión por cable, telefonía e internet, donde también se producen explosiones y fuegos, es ya parte de la estampa urbana de la megapolis.
Con Edison, la principal empresa proveedora de electricidad y gas, se ha comprometido varias veces a desmontar las obsoletas y disfuncionales conexiones que son uno de los factores cruciales en la situación, pero con el paso de los años, la inercia de esa corporación empeora el panorama.
Este reportero captó a mediados de semana un enorme escape de humo en una alcantarilla, situada en la cuadra de la calle 175, entre avenidas Saint Nicholas y Audubon donde está la iglesia católica La Encarnación y su escuela contigua, con docenas de estudiantes aspirando los elementos tóxicos en las horas de entrada y salida a sus clases.
El grito de los residentes de las áreas más afectadas es incesante, pero tampoco se han levantado las voces de los políticos locales ni oficiales electos que supuestamente representan a la comunidad para unirse a las quejas.
El Alto Manhattan, cuenta con el concejal Ydanis Rodríguez en el distrito 10, la asambleísta Carmen de la Rosa en el distrito 72 y el senador afroamericano Robert Jackson en el distrito 31, pero hasta el momento ninguno de ellos han dado respuesta a las quejas comunitarias ni convocado a foros para tratar el problema y las soluciones.
Es rutinario ver la enorme acumulación de basura en los alrededores de las escuelas públicas y los edificios de viviendas, donde los desperdicios de comida, son la materia prima para los criaderos de ratas, de las que según los críticos, su población supera con creces a la de los humanos en Nueva York.
Otras áreas de atracción y mucho tránsito afectadas por la situación, son las inmediaciones del icónico teatro United Palace, donde del lado de la avenida Broadway, entre calles 175 y 176, se ven frecuentemente a los bomberos combatiendo llamas que salen también de una las tapas de alcantarillas.
Similar a la situación del Alto Manhattan, en las áreas de las escuelas de Borough Park en Brooklyn, son visibles montañas de bolsas de basura apiladas en la acera, lo suficientemente grandes.
Al rechazo se unió la junta de vecinos #12, que en su cuenta de twitter emitió un comentario negativo contra el Departamento de Sanidad, responsable de recoger los desperdicios.
El concejal judío Kalman Yeger, quien representa al vecindario, afirmó que reducir las recogidas de basura fue una decisión deliberada por parte de la comisionada de saneamiento Kathryn García para dañar a la comunidad. Lo sé porque ella me lo dijo”.
Según el periódico controlado por los judíos, The Forward, en septiembre, la ciudad redujo la recolección regular de basura de cinco días a la semana a dos en las 27 escuelas públicas y privadas del vecindario, colegios ortodoxos privados conocidos como “jeshivas”.
Un conserje dijo que separar la comida, que debe colocarse en contenedores especiales, de otra basura crea más trabajo.
“Ahora, tenemos que tomar cada plato y dividir la comida por aquí, el plato por allá. Imaginas que tienes que hacerlo todos los días, y si servimos dos turnos de almuerzo, tenemos que hacerlo entre cada turno”, dijo el empleado a The Forward.
La agencia de sanidad dijo que contactó a los líderes escolares y comunitarios en la primavera sobre el programa y visitó las escuelas para brindar capacitación.
También negó que la comisionada dijera que la reducción en la recolección de basura fue deliberada.

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