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Daniel Ortega desata una nueva cacería contra la Iglesia Católica en Nicaragua

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El régimen nicaragüense inició esta semana una nueva ola de detenciones contra sacerdotes de la iglesia católica, particularmente contra religiosos de Matagalpa, diócesis de la que, hasta hace dos años, era obispo el ex preso político y desterrado monseñor Rolando Álvarez.

Este lunes se conoció de la captura del sacerdote Jarvin Torrez, rector del Seminario de Filosofía San Luis Gonzaga y párroco de la iglesia Santa María de Guadalupe, del barrio Guanuca, Matagalpa,

“Nos llega la información que el régimen sandinista acaba de secuestrar al Padre Harvin Tórrez (Jarvin Torrez), Rector del Seminario de Filosofía San Luis Gonzaga de la Diócesis de Matagalpa”, denunció el opositor nicaragüense y excarcelado político Medardo Mairena en un post de X.Tórrez es el último de varios sacerdotes capturados por el régimen en los últimos días sin que exista una explicación oficial sobre ello.

“Hoy la cacería en contra de La libertad religiosa en Nicaragua continúa. La dictadura Ortega Murillo acaba de secuestrar al padre Harbin Torres (Jarvin Torrez), Ermita Guadalupe, Matagalpa, Nicaragua. Urgimos su intermediación para la libertad en Nicaragua. Salve a su iglesia”, expuso por su parte la defensora de derechos humanos, Haydeé Castillo.

La abogada Martha Patricia Molina denunció que “la mayoría de los curas secuestrados fueron llevados con violencia y algunas propiedades, como las casas curales, fueron allanadas y se robaron los equipos como computadoras y celulares”.

Molina, autora del Informe “Nicaragua: Una iglesia perseguida”, llama “secuestros” a las detenciones porque se producen sin orden judicial y sin que hasta ahora se inicie proceso contra los sacerdotes apresados o sustraídos de su domicilio.

Algunos sacerdotes han sido llevados al Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua, donde son sometidos a un régimen de arresto domiciliar de facto. Al momento de la entrega, los policías exigen las autoridades del Seminario firmar un recibo en el que consta que los religiosos se encuentran buenas condiciones.

Los religiosos que han sido sacados de sus parroquias son sacerdote Frutos Constantino Valle Salmerón, administrador “ad Omnia” (a todo) de la Diócesis de Estelí; monseñor Ulises Vega Matamoros, párroco de la iglesia San Ramón Nonato, en Matagalpa; monseñor Edgar Sacasa Sierra, vicario de la Pastoral de la Diócesis de Matagalpa y párroco de la iglesia San Isidro Labrador; sacerdote Víctor Godoy, vicario parroquial de la iglesia Inmaculada Concepción de María, en Sébaco; sacerdote Jairo Pravia Flores, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de María, en Sébaco; sacerdote Marlon Velásquez, administrador de la parroquia Santa Lucía en Darío, Matagalpa; fray Silvio Romer, de la Orden de Frailes Menores (OFM) y quien se desempeñó como vicario de la Catedral Metropolitana de Managua; sacerdote Raúl Villegas, mexicano, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en Matiguás; y sacerdote Jarvin Torrez, rector del Seminario de Filosofía San Luis Gonzaga y párroco de la iglesia Santa María de Guadalupe en el barrio Guanuca, de Matagalpa.

De estos sacerdotes, siete pertenecen a la diócesis de Matagalpa, uno a Estelí y otro a Juigalpa. Se presume que hay más sacerdotes presos o en situación de arresto domiciliar, de los cuales no se tiene más información.

Según la investigadora Martha Patricia Molina, en Matagalpa solo quedan 22 sacerdotes activos, de los 70 que había hace dos años, como consecuencia de la persecución que el régimen ha desatado contra la iglesia Católica y particularmente contra esta diócesis que era dirigida por el obispo monseñor Rolando Álvarez.

Este 27 de julio pasado el régimen impidió una ordenación sacerdotal en Estelí. “Con un corazón lleno de esperanza, gozo y salud espiritual, quiero informarles que la ordenación espiritual de este indigno servidor del Señor, ha sido cancelada por razones que aún no son claras pero que son externas a nuestra vida eclesial”, expuso la carta el diácono Wendell Fuentes Chavarría de la Diócesis de Estelí, uno de los tres diáconos que iban a ser ordenados sacerdotes.

FUENTE/ INFOBAE 

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