De elefantes a explosiones de globos gigantes, un siglo del desfile de Acción de Gracias de Macy´s
En Estados Unidos la celebración de Acción de Gracias tiene tres pilares: el pavo, los partidos de fútbol americano y el desfile de Macy´s -cabalgata que cumple este año un siglo de vida y, pese a celebrarse en Nueva York, es seguida por todos los estadounidenses a través de la televisión-.
Esta edición es «la mayor hasta el momento», con 17 globos gigantes de personajes de ficción, 22 carrozas, once bandas de música, 700 payasos y más de 90 kilos de confeti. Cien años atrás, el desfile del 27 de noviembre de 1924 fue mucho más modesto.
No tenía ninguno de los globos gigantescos, su gran atracción eran los animales del zoológico de Central Park -como los elefantes-, y ni siquiera se centraba en el feriado de Acción de Gracias, ya que se llamaba «Desfile de Navidad de Macy’s«.
Lo único que no ha cambiado en un siglo es que el desfile termine en Herald Square -donde está la tienda principal de Macy´s, que llegó a ser la más grande del mundo- y que la última carroza sea la de Papá Noel para dar el pistoletazo de salida a las compras navideñas.
- Los pinchazos y las huidas de los globos gigantes
En 1927, el gato Félix se convirtió en el primer globo de helio del desfile y, según Time, Macy´s no tenía un plan para desinflarlo cuando este terminara, por lo que el globo simplemente fue liberado y explotó.
Al año siguiente, se repitió la misma técnica, pero para evitar la explosión final tras soltarlo, el almacén incorporó válvulas para que el helio se expulsara lentamente, un proceso que podía durar hasta una semana.
«Había una etiqueta en la parte inferior de cada globo, y si lo encontrabas en tu patio trasero y llevabas esa etiqueta a Macy’s, recibías un regalo«, explicó a la cadena NPR en 2015 la entonces productora ejecutiva del desfile del Día de Acción de Gracias de Macy’s, Amy Kule.
No obstante, según anota Time, este proceso no fue ni sencillo ni pacífico. En una ocasión, un globo aterrizó en Long Island, pero fue destrozado por los vecinos que competían por hacerse con el premio de 100 dólares y el peor incidente ocurrió en 1932 cuando, según un ejemplar del New York Times de esa época, un globo del gato Tom de más de 27 metros se enroscó en una ala de un avión, haciéndolo caer en picado; evento que escandalizó a los testigos, pero no dejó heridos.
En 1933, el almacén dejó de soltar globos al aire, pero eso no significó que dejaran de haber incidentes.
En 1928, otro globo gigante con forma de perro se escapó de las manos de los encargados de sujetar al personaje con cuerdas y voló contra una señal de la calle y se desinfló; algo que volvió a pasar en 1956, pero con un globo de Super Ratón.
Brendan Kennedy, director de producción creativa de Macy´s Studios, explicó a EFE que es muy poco probable que un globo explote ahora, ya que «se construyen con varios compartimentos para contener el aire que los ayuda a flotar», pero también para que no explote repentinamente.
El peor de los incidentes en este siglo de desfiles sucedió en 1997, cuando un globo de ‘El gato en el sombrero’, personaje de los libros de Dr. Seuss, hizo que un poste de la luz cayera sobre la cabeza de Kathleen Caronna.
La joven de 33 años pasó tres semanas en coma y luego demandó a Macy’s y a la ciudad de Nueva York por 395 millones de dólares. Más tarde llegó a un acuerdo con Macy’s, que no se hizo público.
- Ni el covid paró el desfile, pero sí la guerra mundial
Pese a que desde el primer desfile ha pasado un siglo, el desfile número cien será en 2026, ya que la cabalgata se suspendió entre 1942 y 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Macy´s decidió reciclar sus globos de caucho y donarlos al Ejército.
La revista Time señala que en 1945 los neoyorquinos estaban tan contentos por el regreso del desfile que más de 2 millones de personas acudieron al evento.
Ni la pandemia de 2020 consiguió parar el desfile, aunque ese año se redujo la ruta de cuatro kilómetros (2.5 millas) a una manzana, en la que participaron muy pocos globos y se colocaron vallas policiales para garantizar que nadie se acercara demasiado.