Del 9 / 11 al COVID – 19, dominicano dirige contingente de paramédicos en lucha contra la pandemia en Nueva York
NUEVA YORK._ El dominicano Alvin Suriel, quien desde 1989 está al rescate de muchas vidas en la ciudad y fue uno de los héroes que salvó a cientos de víctimas en la Zona Cero después de la asonada terrorista del 11 de septiembre de 2001, vuelve a encontrarse con miles de muertos, pero ahora como subdirector de los servicios de emergencias (EMT) del Departamento de Bomberos, dirigiendo uno de los más grandes contingentes de paramédicos de los Estados Unidos.
Suriel, criado en el Alto Manhattan y el Este de Harlem, fue juramentado en el cargo, como el primer latino en llegar a la posición en mayo de 2019.
Hijo de padres dominicanos que llegaron de la República Dominicana a Nueva York, Suriel estaba coordinando a los paramédicos en el sur de El Bronx, hasta su escogencia como subdirector de emergencias.
Lleva 30 años en los bomberos de Nueva York y dice que siente el orgullo de ser dominicano.
El jefe de los bomberos, Daniel Nigro dice de Suriel que “en sus décadas como miembro de EMS, ha demostrado un compromiso inquebrantable con la excelencia como técnico paramédico y en múltiples funciones como oficial de los servicios de emergencias”, dijo Nigro.
Nigro dijo que Suriel, comenzó su carrera salvando vidas como técnico paramédico en Harlem en 1989.
Cinco años más tarde, completó su entrenamiento de paramédico y durante tres décadas, escaló las filas del Departamento de Bomberos, sirviendo en diversas unidades y tareas en la ciudad.
El 11 de septiembre, estaba en una clase de recertificación paramédica, y él también respondió pasando muchos días participando en los esfuerzos de rescate y recuperación. Durante los últimos dos años, se ha desempeñado como subdirector adjunto de Operaciones de EMS, donde ha estado involucrado en todos los proyectos e incidentes importantes que han involucrado a miembros altamente capacitados de nuestro EMS.
Suriel dice que le encantó ser un técnico de emergencias en las calles del Alto Manhattan y Harlem, donde nació y creció.
“Comencé mi viaje de EMS a través de un programa de Técnico en Emergencias Médicas en la escuela secundaria George Washington High School, donde obtuve mi certificación. Este departamento me ha ofrecido la oportunidad de crecer, ha permitido numerosos desafíos y oportunidades promocionales”, explicó Suriel.
Dijo que está rodeado de los mejores técnicos de emergencias, paramédicos y oficiales del país y eso, en sí mismo, le da impulso.
“En mi puesto actual, estoy rodeado de personas muy comprensivas y siento que nosotros como grupo tenemos la oportunidad de hacer cambios positivos ahora y para el futuro de este departamento”, añadió Suriel.
Relató que el 16 de marzo de 2017, se encontró a cuatro cuadras del asesinato de la paramédica boricua Yadira Arroyo en El Bronx.
“Ese sería uno de los incidentes más difíciles de mi carrera. En junio de 2017, respondí y estaba a cargo de las operaciones de EMS en el incidente del tirador en el Hospital Lebanon de El Bronx”, narra.
Dijo que es un sentimiento tremendo el que sus padres sean inmigrantes de la República Dominicana y todos los días se esfuerzo por establecer el tono y ser un modelo a seguir. “Soy el primer latino en recibir este honor y es algo que no tomo a la ligera. Como segundo al mando, espero mejorar los tiempos de respuesta y hacer cambios positivos para mejorar el ambiente de trabajo, para nuestros EMT, paramédicos y oficiales”, señaló Suriel después de su toma de posesión el año pasado.
CADA LLAMADA ES OTRO MUERTO
Por su parte el paramédico Joshua Rodríguez, rescatista en la División 1 de la estación 4 de los servicios de emergencias, dijo que a él y a todos sus compañeros de trabajo les duele mucho seguir viendo tantos muertos todos los días.
“Estoy entrando en una casa y veo a 3 o 4 familiares que están enfermos. Y solo somos mi compañero y yo, y sé que la próxima ambulancia puede estar a 10 o 15 minutos de distancia porque todos estamos muy atados. Todos están muy ocupados”, dijo.
“Así que ahora sabes que tengo que evaluar a todos para ver quién está más enfermo y ver a quién voy a tratar primero y luego ir bajando”, relató Rodríguez.
“Entonces, siempre vamos al que respira más fuerte y que necesita más atención de inmediato. Y luego sabes que tenemos que elegir a quién podemos llevar, a cuántas personas podemos llevar, quién necesita ir al hospital, o cuantos pueden quedarse en casa”, agregó.
“Los hospitales no permiten visitas, así que ahora tengo que tratar a este miembro de la familia y tengo a toda la familia allí observando, preocupada, sabiendo que tengo que saber que este virus está tomando la vida de las personas”, cuenta Rodríguez.
“Tengo que sentarme allí y explicarles, necesitan decirle lo que tienen que decir a su familiar porque no sé si este paciente volverá del hospital”, dice el paramédico.
“Se puede ver cuán asustados están los pacientes al saber que van a estar solos en el hospital”, dijo.
“Duele verlo”, añadió dramáticamente.
“Tratamos de hacer lo mejor para tranquilizar a los miembros de la familia, pero tampoco podemos mentir y decirles que van a estar bien si no sabemos que van a estar bien”, explica Rodríguez.
“Solo tratamos de ser honestos con ellos y hacerles saber que esta puede ser la última vez que ven a sus familiares”, señaló.
Rodríguez tiene la más alta capacitación y certificación que se puede obtener como miembro de emergencias de los bomberos. Lleva nueve años como técnico y comenzó a los 19 años de edad, luego de su primer trabajo como salvavidas.
Fue uno de los primeros paramédicos de la ciudad, contagiado. Dijo que luchó contra el COVID-19 y ganó. Tenía fiebre, dolor de espalda, dolores de cabeza, pero sus pulmones estaban bien.
Se afeitó la cabeza para que el virus no pueda quedar atrapado en sus cabellos cuando llega a casa del trabajo y para que pueda ponerse su máscara N-95 en la cabeza más rápido.
“No puedo ir a casa y pasar el rato con mis amigos, no puedo ir a casa y ver a mi familia. No he besado a mi pareja desde que todo comenzó”, dijo Rodríguez que es gay.
“Es mucho tiempo a solas cuando llego a casa, por eso sé que recojo más turnos. Tengo la oportunidad de ir a trabajar y hacer lo que amo, ya sé que estoy ocupado “, dice.
“Más turnos, más llamadas, más muertes. Cada trabajo puede ser estresante, puede requerir mucho trabajo, además de hacerlo con EPP completo con una máscara N-95 completa y un vestido. A veces tengo dos pares de guantes en cada mano”, cuenta Rodríguez.
“Por lo tanto, se necesita mucho físicamente y mentalmente porque estás tratando de manejar a los pacientes lo mejor que puedes, sabes que a veces es un misterio, que necesitas descubrir qué está pasando, cómo puedo tratar mejor a este paciente y tienes que tratar de resolverlo”, explicó el paramédico.
“Creo que la gente debería saber que esta ciudad es resistente e ingeniosa, y que la gente en ella es dura y la estamos superando”, dijo acerca de Nueva York.
“Es difícil, está cobrando un gran precio pero lo estamos logrando y todavía estaremos aquí, EMS seguirá estando aquí, y no importa lo que sea, seguiremos regresando”, dijo en una entrevista con la plataforma digital CNBC.com.