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Demandan por RD$50 millones a «agentes» por incumplir a un niño

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Una pareja petromacorisana que entregó a su hijo de 12 años a unos supuestos agentes para prepararlo hasta llevarlo a una firma profesional a cambio del 50% del bono está demandando una indemnización de RD$50 millones por incumplimiento de contrato.

En marzo de 2022, Annie María Corporán y Francisco Andújar rubricaron un contrato de representación con Juan Carlos Acosta y Franklin José Bencosme, quienes se comprometieron a acoger en Santo Domingo al menor en una pensión, dotarlo de la utilería, alimentación, medicamentos, entrenamientos, estudios, pasaporte, aportes económicos y otras facilidades hasta llevarlo a firmar para 2026 cuando estaría hábil.

A cambio de esto, Acosta y Bencosme recibirían la mitad del bono de firma. Pero estos últimos no tenían las facilidades que prometían y la aventura de cinco meses en el Distrito Nacional fue una pesadilla.

Los padres alegan en la querella a la que tuvo acceso Diario Libre que el niño recibió maltratos físicos y sicológicos, que fue expuesto a entrenamientos forzados de hasta 15 horas en un día, que no fue inscrito en la escuela y que era hospedado en una casa de familia.

También arguyen que los alimentos que consumían eran adquiridos en los Comedores Económicos, que las vitaminas y proteínas nunca que llegaron y que las prácticas las recibía en un rincón del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

«(El dinero se exige) como justa reparación por los daños materiales y morales causados a Annie Corporán y Francisco Andújar por su incumplimiento y, muy especialmente, por los daños morales causados al menor», dice la querella, que también exige la entrega del contrato y cubrir las cotas legales.

La primera audiencia tuvo lugar el pasado 19 de julio en la Primera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional. La próxima será el 19 de agosto.

Cronología del caso

Los padres del niño, Acosta y Pérez rubricaron el acuerdo el 5 de marzo de 2022, para esa misma semana comenzar los trabajos, con retorno a San Pedro de Macorís los fines de semana.

Pero, a finales de abril todavía no recibía la llamada para integrarse, por lo que llamaron a la capital y fue en mayo cuando arrancó el proceso. El prospecto comenzó a trabajar con un entrenador en el Centro Olímpico, que lo hospedaba en su hogar y conseguía la comida de las que el Gobierno suple a los atletas del PARNI.

En esa dinámica pasó tres meses, sin apuntarlo en la escuela, por lo que los padres decidieron inscribirlo en un colegio los sábados y domingos, en La Romana.

En agosto, el niño fue llevado por espacio de un mes al programa Miami Miracle, de Félix Taveras, a quien trataron de traspasarlo por una porción del potencial bono de firma, pero no hubo acuerdo, todo sin la autorización de los padres.

El niño, frustrado, contó la historia a los padres, que decidieron no volverlo a enviar a la capital y lo inscribieron en la escuela en San Pedro. Pero el 23 de noviembre les llegó una notificación de Acosta y Bencosme, donde les daban un plazo de 24 horas para enviar al niño y de no proceder, «tendrían que pagar una multa de un millón de dólares».

La familia, que en todo momento pidió una copia del contrato y que nunca recibieron, decidió contratar un equipo de abogados y entablar la demanda que hoy cursa en los tribunales.

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