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Demócratas y republicanos cierran campañas de medio término

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De costa a costa, candidatos y las grandes figuras que los respaldan hicieron el lunes un último llamado a los votantes en las horas finales de una tensa temporada electoral en Estados Unidos, en la que los republicanos se muestran entusiasmados ante la posibilidad de recuperar el control del Congreso, mientras que el presidente Joe Biden insiste en que su partido “sorprenderá a muchos”.

Los demócratas afirman que los triunfos republicanospodrían reconfigurar profunda y adversamente al país, eliminando el derechos al aborto a nivel nacional y desatando una amplia gama de amenazas al futuro mismo de la democracia estadounidense. Los republicanos aseguran que la población está harta de las medidas de Biden en medio de una enorme inflación y preocupaciones sobre la delincuencia.

“Sabemos en el fondo que nuestra democracia está en riesgo”, declaró Biden durante un evento de campaña en Maryland, donde los demócratas tienen una de sus mejores oportunidad de retomar una gubernatura que actualmente se encuentra en manos republicanas. “Quiero que sepan que estaremos a la altura”.

A su regreso a la Casa Blanca poco tiempo después, Biden fue más sincero: “Creo que ganaremos el Senado. Pienso que es más difícil con la Cámara de Representantes”. Cuando se le preguntó como sería gobernar así, respondió: “Más difícil”.

El evento en Maryland fue parte de la estrategia de la etapa final de campaña de Biden de concentrarse en los bastiones del partido en lugar de adentrarse a territorio más competitivo, donde a fin de cuentas podría decidirse el control del Congreso. Biden ganó Maryland con más del 65% de los votos en 2020 y estuvo acompañado de Wes Moore, quien podría convertirse en el primer gobernador de raza negra en el estado.

Horas antes, en un evento virtual, el presidente declaró: “Imagínense lo que podríamos hacer en un segundo periodo si mantenemos el control”.

La mayoría de los analistas políticos no creen que los demócratas lo mantendrán, y pronostican que los resultados del martes tendrán un enorme impacto en los próximos dos años de la presidencia de Biden, desde los gastos del gobierno hasta el apoyo militar a Ucrania.

En la primera elección nacional desde la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal, los demócratas han intentado centrar la atención de las contiendas clave en cuestiones fundamentales sobre los valores políticos del país.

La figura central de la mayor parte del debate del 6 de enero, el expresidente Donald Trump, estuvo en Ohio para su último mitin de la campaña de 2022, y ya contempla su propio futuro para 2024. Ohio tiene un significado especial para él en momentos en que prepara una nueva carrera por la Casa Blanca. Fue uno de los primeros lugares en donde pudo comprobar su gran influencia entre los votantes republicanos hace dos años.

El respaldo de Trump a JD Vance en Ohio este año fue fundamental para ayudar al escritor e inversionista — quien alguna vez fuera detractor de Trump — a obtener la nominación republicana para el Senado. Ahora se enfrenta al demócrata Tim Ryan.

“Cuando pienso en mañana, es para asegurar que el sueño americano sobreviva para la siguiente generación”, declaró Vance ante miles de simpatizantes, algunos de los cuales llevaban gorras y camisetas de Trump 2024 en el Aeropuerto Internacional de Dayton.

Aunque el Partido Republicano confía en tomar el control de la Cámara de Representantes, hacer lo mismo con el Senado podría depender de unas cuantas contiendas. Entre ellas se incluyen las de Georgia, Arizona y Pensilvania, donde el vicegobernador John Fetterman se encuentra enfrascado en una reñida batalla con el cirujano republicano Mehmet Oz.

“Esta es una de las contiendas más importantes de Estados Unidos”, dijo Fetterman a unos 100 simpatizantes reunidos el lunes afuera de una sala sindical cerca de una siderúrgica en Coatesville, a unos 65 kilómetros (40 millas) al oeste de Filadelfia. “El doctor Oz ha gastado más de 27 millones de dólares de su propio dinero. Pero este escaño no está a la venta”.

En un mitin nocturno en los suburbios de Filadelfia, la ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, presentó a Oz ante una multitud de unos 1.500 asistentes.

“Hay demasiadas posiciones extremas en Washington, demasiadas cosas que nos alejan de donde están las verdaderas respuestas”, dijo Oz. “Yo traeré el equilibrio a Washington. ¿Pero John Fetterman? Él traerá más extremismo”.

En Georgia, el senador demócrata Raphael Warnock, quien estaba en medio de una apretada contienda con el republicano Herschel Walker, intentó proyectarse como alguien pragmático y capaz de tener éxito en Washington incluso si el Partido Republicano tiene más poder. Warnock prometió el lunes “hacer lo que tenga que hacer y trabajar con quien tenga que trabajar para lograr que se hagan las cosas”.

El senador demócrata por Arizona Mark Kelly también intentó mantenerse moderado. Elogió al difunto senador republicano del estado, John McCain, al tiempo que resaltó que no le pidió a Biden que lo acompañara en su campaña pero que “el presidente sería bienvenido a visitarnos en cualquier momento”.

El rival republicano de Kelly, Blake Masters, se refirió al senador como “un simple voto de cajón por la agenda fallida de Joe Biden”.

“Si ven lo que Biden y Mark Kelly están haciendo. ¿O son incompetentes o están tratando de destruir al país?”, se preguntó Masters. “Yo creo que son las dos cosas”.

Elon Musk, cuya adquisición de Twitter ha enturbiado al mundo de las redes sociales, usó la plataforma el lunes para expresar su apoyo al Partido Republicano, escribiendo: “Recomiendo votar por un Congreso republicano, considerando que la presidencia es demócrata”.

La recomendación llegó tarde para los más de 41 millones de estadounidenses que votaron de forma anticipada. Biden por su parte, no fue del todo optimista en el último día de campaña. Durante semanas advirtió de actos de extremismo y el lunes declaró: “Estamos frente algunas de las fuerzas más oscuras que hayamos visto en nuestra historia”.

“Estos republicanos MAGA son harina de otro costal”, dijo refiriéndose al eslogan de campaña de Trump “Make America Great Again” (Hagamos grande a Estados Unidos otra vez). Biden también planteó inquietudes sobre la intimidación de votantes durante las elecciones de mitad de periodo, incluso llegando a insinuar que había personas armadas con fusiles automáticos afuera de los centros de votación.

El presidente tenía programado ver los resultados electorales del martes desde la Casa Blanca.

Trump ha asegurado desde hace tiempo que perdió las elecciones de 2020 sólo porque los demócratas hicieron trampa, y ha comenzado a plantear la posibilidad de fraude electoral este año. Muchos candidatos republicanos de todo el país siguen apegados a su negacionismo electoral, incluso después de que agencias federales de inteligencia han advertido sobre la posibilidad de que extremistas de derecha incurran en actos de violencia política.

Las amenazas también podrían llegar desde el exterior, tal como ha sucedido en comicios anteriores. El empresario ruso vinculado al Kremlin Yevgeny Prigozhin admitió el lunes que ha interferido en elecciones estadounidenses en el pasado y lo seguiría haciendo.

“Si quieren frenar la destrucción de nuestro país y salvar el sueño americano, entonces mañana deben votar por los republicanos en la gigantesca ola roja de la que todos hemos escuchado”, declaró Trump en el mitin del lunes en Ohio. También arremetió contra la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, diciendo: “Creo que es una animal”, apenas pocos días después de que su esposo, Paul, resultara gravemente herido por un hombre que lo atacó dentro de su residencia en San Francisco.

La primera dama Jill Biden acompañó a su esposo en Maryland, pero horas antes también hizo campaña por la representante demócrata Jennifer Wexton en el norte de Virginia. Si Wexton pierde su escaño ante el candidata republicano Hung Cao podría ser un indicador temprano de fortaleza republicana en los comicios de mitad de mandato.

La primera dama dijo a unas 100 personas reunidas afuera de una residencia en Ashburn, a unos 50 kilómetros (30 millas) de Washington, que la contienda podría reducirse a unos cuantos votos. Y advirtió que, en el Congreso, una “mayoría republicana atacará los derechos de las mujeres y la atención médica”.

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