Despedir el año 2024 y recibir el 2025 lleno de optimismo.
Por Elías Barreras Corporán
Nueva York: En el inicio del año nuevo 2025, la humanidad se encuentra en un momento de introspección y esperanza. A medida que el mundo celebra la llegada de un nuevo ciclo y cerrando un viejo año, el nuevo viene cargado de posibilidades y sueños, no podemos ignorar los retos que siguen latentes: el 2024 un año de inseguridad ciudadana en nuestro país, las guerras, hambrunas, desigualdades y una creciente desconexión social. Este momento nos invita no solo a celebrar, sino también a reflexionar profundamente sobre el papel que jugamos como individuos y como sociedad.
Es un tiempo para elevar nuestras oraciones a nuestros Dios para que escuche nuestra voz, no solo con oraciones, sino con peticiones concretas por un mundo más justo. Este año necesitamos ir más allá de los deseos, exigiendo a los líderes de nuestro País y a los funcionarios una transformación radical en el sistema de gobernanza. Es hora de construir una sociedad en la que la paz, la justicia, el amor y la solidaridad sean las columnas que sostengan nuestro futuro.
Un clamor por la paz y la unidad
En nuestro País tenemos el derecho de vivir en Paz, sin tantas violencia y la destrucción de la familia como soporte de la sociedad, el contexto de la incertidumbre se ha adueñado de la familia, pedimos la guía divina para iluminar nuestras mentes y corazones. Que Dios inspire en nosotros el deseo y la acción de construir puentes, no muros; profundizar en los valores de la familia y crear una relación Familia y la Sociedad. Rogamos por líderes que comprendan que su mayor responsabilidad es servir con amor y justicia a su pueblo. Líderes cuya visión vaya más allá del poder.
Celebramos.
Agradecemos las oportunidades, los aprendizajes que han surgido, pero también es momento de reflexionar. A todos mis hermanos, familiares y amigos les pido perdón por los momentos difíciles que pasaron a mi lado en este 2024 y las palabras no dichas, por los actos que pudieron herir, por las oportunidades perdidas y el tiempo desperdiciado. Este ejercicio de humildad nos permite cerrar el capítulo del año que termina con gratitud, para abrir uno nuevo lleno de propósitos y esperanza.
El Apóstol Pablo nos recuerda: “Olvidemos lo que queda atrás y avancemos hacia la meta.” Este mensaje es una invitación a dejar atrás los errores y enfocarnos en construir un futuro mejor. El pasado no nos define, pero sí puede ser el maestro que nos enseña a elegir un camino más sabio y compasivo.
Un compromiso compartido
El año 2025 es un recordatorio de nuestra capacidad para influir positivamente en el mundo. Somos navegantes de este barco llamado planeta Tierra, y solo trabajando juntos logramos mantenerlo en el rumbo correcto. Este es un año para construir, para unirnos como familia, amigos y ciudadanos globales. Es un año para cultivar la paz, la justicia y el amor como pilares de nuestras vidas.
Con esfuerzo, valentía y colaboración, podemos superar cualquier adversidad. Que este año sea una oportunidad para cada uno de nosotros de marcar una diferencia, de contribuir a un futuro más brillante y equitativo. Recordemos que cada pequeño acto de bondad y solidaridad tiene el poder de transformar no solo nuestras vidas, sino también el destino de las generaciones futuras.
Un deseo para el 2025
¡Feliz Año Nuevo 2025! Que este nuevo ciclo sea un tiempo de renovación, superación y logros significativos. Que cada uno de nosotros encuentre la fuerza interior para hacer de este año un capítulo extraordinario en nuestras vidas y en la historia de nuestro mundo.
“El año es nuevo; que nueva sea tu esperanza. ¡FELICIDADES 2025!